El ataque terrorista de este jueves en Barcelona sorprendió a muchos analistas locales e internacionales, entre ellos a Ben Rich, profesor de Relaciones Internacionales y Estudios de Seguridad, en la Universidad australiana Curtin.
El grupo Daesh se apresuró a reclamar la responsabilidad del ataque, en el que una furgoneta fue atropellando deliberadamente a peatones en las famosas Las Ramblas de Barcelona. Al menos 13 personas han muerto y más de 100 han quedado heridas.
"La ubicación y la orientación del ataque se desvía de los esfuerzos anteriores de Daesh. Éstos se han centrado típicamente en castigar a los países directamente implicados en las operaciones militares contra ellos en Siria e Irak", explica Rich, según recoge el diario de Dubai Khaleej Times.
Pero, ¿cuán fiables son sus reivindicaciones de responsabilidad? ¿Y por qué España fue elegida, dado su papel relativamente intrascendente en la lucha contra Daesh?, se pregunta el profesor.
"Verificar la culpabilidad de los ataques terroristas puede ser tradicionalmente un asunto complicado. Dado que las organizaciones que se dedican al terrorismo lo hacen desde una posición de debilidad, siempre hay un incentivo para mentir con el fin de reforzar la mística e inflar su imagen de amenaza. Pero a este respecto, Daesh parece diferir de los grupos anteriores. Normalmente ha sido confiablemente veraz al reinvidicar sus acciones".
"Un ejemplo de esto es el caso del australiano en el asedio en 2014 del Lindt Cafe. El perpetrador, Man Haron Monis, proclamó que estaba actuando bajo los auspicios de Daesh. Pero a pesar de esta declaración, y la potencial propaganda que podría traer, Daesh se distanció del incidente y no se encontró ninguna relación preexistente en la investigación posterior".
"Este incidente, junto con muchos otros, parece indicar que, cuando Daesh reclama un proyecto de carnicería de actividades atroces, no tiende a mentir abiertamente sobre ellos. Tal política, mantiene la percepción de Daesh como una fuente confiable de información. Esto es particularmente importante en los esfuerzos de reclutamiento, y hace difícil para los gobiernos desafiar las demandas de Daesh en contra-propaganda. Para Daesh, mantener un sentido retorcido de la virtud caballeresca sigue siendo primordial".
"El ataque de Barcelona también refleja la visión de Daesh del mundo como un enfrentamiento entre civilizaciones".
"Descrito como un 'socio reticente' en la coalición anti-Daesh, España ha resistido las súplicas para unirse a los esfuerzos militares. En cambio, ha optado por lo que considera un rol menos arriesgado: proporcionar ayuda logística y capacitación a las fuerzas iraquíes locales, así como prevenir los intentos locales de apoyar a Daesh en el extranjero. El limitado papel de España en la lucha, especialmente en contraste con otras víctimas del terrorismo como Francia y Estados Unidos, podría llevar a esperar que no se encontrara en la lista de Daesh. Pero para la narrativa del conflicto de Daesh, España representa apenas otra manifestación de una civilización occidental hostil".
"A nivel espiritual, España también ocupa un lugar especial en la mitología de Daesh. Una vez formó parte del imperio islámico, Al-Ándalus, por ello, es visto por muchos ideólogos de Daesh como una parte territorial natural del califato y actualmente bajo la ocupación directa de infieles".
"Daesh sigue dependiendo en gran medida de una imagen de dinamismo desafiante y un compromiso de desafiar el status quo internacional. A medida que su habilidad para funcionar como un 'estado' continúa declinando, buscará cada vez más mantener tal mística a través de actos de rencor contra aquellos que le han impedido alcanzar su meta de un 'califato'. A pesar de un probable aumento futuro en los ataques terroristas, Daesh también corre el riesgo de un creciente desinterés público y apatía hacia sus actividades", concluye el análisis de Rich.
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Hace justo un año los medios de comunicación españoles publicaron: Los yihadistas hablan castellano y ‘apuntan’ a España
