martes. 19.03.2024

(Foto portada: EFE) Cuando la guerra en Siria entra ya en su tercer año, el número de niños y niñas sirios obligados a huir de su patria como refugiados alcanza el millón.

“Este millonésimo niño refugiado no representa sólo una cifra estadística más”, señaló Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF. “Se trata de un niño o una niña real que ha sido arrancado de su hogar, quizá hasta separado de su familia, y que sufre horrores que nosotros no podemos comprender plenamente”.

“Todos debemos compartir la vergüenza”, añadió Lake, “porque aunque trabajamos para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por la crisis, la comunidad internacional no ha cumplido con su responsabilidad hacia ese niño. Deberíamos preguntarnos honestamente si podemos continuar fallándoles a los niños y niñas de Siria”.

“Lo que está en juego es ni más ni menos que la supervivencia y el bienestar de toda una generación de seres humanos inocentes”, comentó António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Los niños, niñas y jóvenes de Siria están perdiendo sus hogares, sus familiares y su futuro. Aunque crucen las fronteras y se pongan a salvo, esos menores están traumatizados y deprimidos y necesitan urgentemente razones para sentirse esperanzados”.

Según datos de esos dos organismos de las Naciones Unidas, los niños y niñas constituyen la mitad de los refugiados del conflicto de Siria. En su mayoría, han logrado refugio en el Líbano, Jordania, Turquía, Iraq y Egipto. De manera creciente, las personas y familias que huyen de Siria se dirigen a África del Norte y Europa.

Los datos más recientes demuestran que cerca de 740.000 niños y niñas refugiados sirios son menores de 11 años.

En Siria, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el conflicto ya ha dejado un saldo de unos 7.000 niños y niñas muertos. ACNUR y UNICEF calculan que más de dos millones de niños y niñas sirios han sufrido desplazamientos dentro de su país.

Los trastornos físicos, el miedo, el estrés y los traumas que sufren muchos niños y niñas constituyen sólo una parte de la crisis humanitaria en Siria. Tanto ACNUR como UNICEF destacan también que los niños y niñas refugiados son vulnerables al trabajo infantil, el matrimonio prematuro, la explotación sexual y la trata de personas. Más de 3.500 niños y niñas que hoy se encuentran en Jordania, Líbano e Iraq cruzaron las fronteras desde Siria sin acompañantes o separados de sus familias.

Ante una crisis de tal magnitud, ACNUR y UNICEF prestan apoyo a millones de niños, niñas y familias mediante la mayor operación de ayuda humanitaria de la historia.

En el marco de esa campaña, por ejemplo, más de 1,3 millones de niños y niñas sirios alojados en campamentos de refugiados y comunidades anfitrionas en países vecinos han sido vacunados contra el sarampión gracias al apoyo de UNICEF y sus aliados. Unos 167.000 niños y niñas refugiados han recibido apoyo psicosocial; más de 118.000 han seguido recibiendo educación escolar o no estructurada; y más de 222.000 personas han recibido suministros de agua.

La crisis de Siria genera un millón de niños refugiados
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