jueves. 28.03.2024

Dubai, aunque a millones de occidentales no familiarizados con su realidad pueda parecerles extraño, vive el espíritu cristiano de la Navidad cada día con más intensidad. Señal inequívoca de que muchos de los esfuerzos de sus emprendedores se destinan hoy a captar la atención de un mercado turístico en alza que tiene su punto de atención en lugares y países donde lo navideño sirve de piedra de enganche para atraer a clientes que buscan en el frío invierno sitios en los que disfrutar de cálidos días sin renunciar a aspectos que en estas fechas gozan de gran atracción.

En sus calles y en sus establecimientos comerciales conviven expresiones de lo árabe y de lo cristiano con absoluta normalidad. De manera que la imagen de ‘kandoras’, la túnica blanca que visten los hombres, y de ‘abayas’ y de ‘hijab’, la túnica negra y el velo que usan las mujeres, se pasean por modernas tiendas entre árboles de Navidad, luces, bolas y cuantos objetos caracterizan a la pascua. Y no sólo se trata de ofrecer una imagen atractiva para los occidentales sino que además han logrado un modelo que logra llenar las tiendas e incrementar sus ventas.

Grandes establecimientos como el reconocido y emblemático Jumeira Beah Hotel no han dudado en exhibir una decoración que estaría en consonancia con el espíritu que en estos días se respira en ciudades del centro de Europa que tienen la Navidad por bandera.

Estación de esquí en Mall of the Emirates. (Celia HK) Estación de esquí en Mall of the Emirates. (Celia HK)

Incluso es posible disfrutar de la nieve. Quienes actualmente se encuentran en Dubai, en pleno Golfo Pérsico y corazón de los Emiratos Árabes Unidos, sólo tienen que dirigirse al Mall of the Emirate para adentrarse en una estación invernal que ofrece a los amantes del esquí la pista cubierta más grande del mundo.

Hasta el punto de que el árbol de Navidad más caro del mundo no ha estado situado en Nueva York ni en Londres ni en Roma ni en Madrid sino en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Concretamente, en el hall de entrada del hotel de lujo Emirates Palace. Ocurrió hace dos años, cuando los responsables del citado hotel colocaron un árbol de Navidad de 13 metros de altura , decorado con 131 piezas de joyería, incluyendo oro y piedras preciosas, por valor de once millones de dólares (unos ocho millones de euros).

La idea, aunque resultó un poderoso reclamo mediático, no llegó a fructificar por las muchas críticas que suscitó. De hecho, sólo unos días después de su inauguración el hotel se vio obligado a difundir un comunicado en el que pedía disculpas tras admitir que "llevó el espíritu de las fiestas demasiado lejos". Lo que quiere decir que también la supuesta alma de la Navidad, que exige ayudar al más necesitado y dar de lado a los bienes materiales, está presente en los Emiratos por más que el árbol del Emirates Palace fuera una coherente y lógica consecuencia del derroche que se exhibe en estas fechas por todos los rincones de occidente.

Las efervescencias de la Navidad toman Dubai
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