viernes. 19.04.2024

Miles de inmigrantes deseosos de llegar a Europa han decidido probar de nuevo la llamada ruta española, no sin peligros, para evitar pasar por Libia donde se denuncian numerosas violaciones de derechos humanos. Las llegadas a España se han duplicado en pocos meses. Y sólo desde el miércoles, ocho pateras con unas 380 personas a bordo han alcanzado la península ibérica tras haber cruzado el mar de Alborán en el Mediterráneo, entre Marruecos y España, informa la agencia de noticias AFP.

"Estamos preocupados porque observamos cifras que no se veían desde hacía muchos años. Y es una zona de tremendas corrientes, de navegación complicada", declara a la AFP Mikel Araguas, portavoz de la asociación SOS Racismo en España. A principios de semana una embarcación con 52 personas volcó, a causa de una ola. Murieron 49 viajeros, "la peor tragedia de la última década en el Mediterráneo español" denunció la Agencia de las Naciones unidas para los refugiados (ACNUR). Entre enero y junio los equipos de salvamento han socorrido a más de 6.400 personas entre las costas de Marruecos y Argelia y España, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), casi tanto como en todo el año 2016 que fueron 8.100 personas.

Son africanos de Guinea, Gambia, Costa de Marfil, Camerún Burkina Faso, hombres, mujeres y niños que huyen de hambrunas y conflictos y tratan ahora de evitar la ruta preferida hasta entonces, que pasaba por Niger, luego Libia para alcanzar por fin las costas de Italia. Desde la gran crisis migratoria de 2015, de año en año los circuitos cambian del este hacia el oeste. Tras el cierre de la llamada ruta de los Balcanes que pasaba por Macedonia, Serbia, Hungría, hasta Austria y más allá, las mafias han modificado los trayectos para pasar por Libia. Pero ahora algunos ya saben que allí los controles son "cada vez mas duros", explica Helena Maleno Garzón, de la asociación Caminando Fronteras.

Los relatos dramáticos sobre la situación en este país sumido en el caos desde el derrocamiento del dictador Muamar Gadafi en 2011 son cada vez más frecuentes. La OIM ha recabado testimonios de migrantes vendidos en "mercados de esclavos", ACNUR tiene constancia de condiciones de vida "espantosas" en los 40 centros de detención para migrantes del país, y Amnistía internacional denuncia torturas. Todo esto explica porqué algunos prefieren ahora pasar por Marruecos o Argelia y cruzar el mar de Alborán hacia España. Además "los precios han bajado desde el año pasado y ahora giran en 900 euros por persona en lugar de los 1.500/2.000 euros el año interior. Por el mismo precio las mafias les dan tres intentos para llegar a España", cuenta Andrés García Lorca, sub-delegado del gobierno de la provincia de Almería (sur).

Los controles en Marruecos también habrían disminuido, según Mikel Araguas, aunque el organismo europeo de control de las fronteras Frontex asegura no haber notado "ningún cambio". A este posible factor habría que añadir una nueva ola de emigración marroquí procedente de la zona del Rif (norte), donde un movimiento popular reclama con incesantes manifestaciones medidas de desarrollo por parte del poder central, no sin encarcelamientos y enfrentamientos con la policía.

"Desde los años 90 nunca ha habido tantos marroquíes", asegura Helena Maleno. Aunque siguen siendo muy inferiores a las de la ruta a Italia (85.000 llegadas desde principios de año), las cifras de la "ruta española" ya se aproximan a las de Grecia (9.000) sobre un total de 101.000 en el Mediterráneo desde enero.

Y la peligrosidad, los más de 2.300 muertos en el mar en total en lo que va de año, sigue sin disuadir a los migrantes que cruzan el mar hacia los tres países. "Es urgente y necesario que se tome consciencia de la importancia y de la gravedad de la situación. No pueden seguir cerrando puertas", denuncia la presidenta de la ONG Andalucía Acoge, Elena Tajuelo.

Si Europa "no les da una respuesta, la respuesta la van a dar las redes y las mafias que sacan provecho de su desesperación", declara también María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España.

La peligrosa ruta española vuelve a atraer a los migrantes
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