viernes. 19.04.2024

En verano pasan cosas rarísimas

En verano pasan cosas rarísimas. Preguntas en una agencia por un viaje y, tras contarte las maravillas del lugar...

En verano pasan cosas rarísimas. Preguntas en una agencia por un viaje y, tras contarte las maravillas del lugar que en principio has elegido, te espetan: "y puede hacer rafting", "raffqué…", cuestionas así como con cara extrañada que no sabes si estas hablando con alguien o sueñas y hasta te miras por si estás en pijama.

Y cuando te repite que “rafting”, te preguntas: “este dice rafting como podría decir vuelo rasante o escalada en familia ¿no?”. Pero es que acaso yo soy campeón de España de tirarse a lo burro por un río abajo a lo que salga y no lo sé y el petardo este me lo está recordando, o es que gané tres medallas en las Olimpiadas encanutado y no me enteré….

Y mientras ojeas un folleto con hoteles, que si pensión completa que si media pensión, que si una habitación, que si dos, que si está cerca o lejos de… que nada, que ya puedes pasar mil hojas que no se te va el rafting de la cabeza, que por mucho que lo intentas… imposible.

Y así estás, que ya vas por la página 274 y sin darte cuenta estás en la del Amazonas, y el del mostrador que espera una respuesta y como te ve pues eso, en la página do fermoso país do Brasil das garotas, que podrías estar perfectamente en la de Egipto o en la de las islas Caimán; entonces te dice que hay viajes muy baratos fuera de Europa, que hay unas ofertas que… y tú que reaccionas, que sacas la vista del librillo y piensas que seguro que va a haber allí también rafting. Y rafting no, pero te suelta que es una zona espectacular para el ala delta o la caza del león a lazo.

Y tú ya entre el ala delta, el rafting y el león ese de los leones, como que hasta piensas que el tío ese no es un agente de viajes. Un agente sí, pero un infiltrado, un agente del Gobierno, un espía, que te quiere convencer de todos los deportes de riesgo con una sola intención: que te mates y un parado ocupe tu puesto y baje la lista del Inem.

Y al final, con dos bemoles, con un par, te dan ganas de decir con un grito que lo oyen en Oceanía: “¡¡¡¡¡¡¡ Antequera, quiero ir a Antequeraaaaaaaaa, joééééé !!!!!!”. Y sinceramente te da lo mismo Antequera que Monforte de Lemos, Indonesia o las islas Cósmicas porque para viaje, para viaje viaje el que acabas de hacer mentalmente con el tipo del mostrador, que no hay agencia que lo oferte ni bolsillo que lo pague.

En verano pasan cosas rarísimas
Comentarios