martes. 19.03.2024

En búsqueda de la felicidad

"¿Cuántas de tus actuales posesiones no cambiarías por volver a abrazar a aquel ser querido que ya no está y se fue para siempre?"

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Felicidad, instaurado desde el año 2013 por las Naciones Unidas, como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo, ¿será que todos tenemos claro el concepto? Veamos:

¿Eres feliz?, ¿sabes lo que podría hacerte feliz?, le preguntó la señora a su hijo, un adulto de treinta y tantos que a su vez se preguntaba en voz alta frente a ella: ¿que otra cosa puedo alcanzar en la vida, luego de los diplomas, las referencias bancarias, profesionales y personales?, ¿después de cancelar el carro, el apartamento y aquel viaje a la muralla china? ¿Qué es lo que nos hace felices en la vida?, ¿es alcanzar el éxito? ¿son las posesiones? ¿es la salud? ¿es tener paz? ¿es el amor?, ¿podemos ser felices por nosotros mismos o necesitamos que alguien nos haga felices? ¿podemos ser felices donde estemos o nuestro entorno influye irremediablemente en nuestra posibilidad de ser felices?

En Bután, el Ministro de Felicidad de este país del sur de Asia, cree que la principal misión de los gobiernos debe ser asegurar la felicidad a sus ciudadanos.

Con 700,000 habitantes este pequeño país agrario tiene, según lo establece su último censo, al 97 por ciento de su población feliz.

Los butaneses consideran que el índice de felicidad nacional es el principal criterio para medir la prosperidad y de hecho así lo establecieron en el noveno artículo de su Constitución.

Importante decir que este país se encuentra en la lista de los menos desarrollados del mundo y aun así son muy felices.

En el desarrollo de lo que escribo me parece estar en medio del campo de batalla que supone la guerra de criterios entre la posesión y el desprendimiento; siendo la mayoría de los felices butaneses personas budistas nos viene un poco más fácil comprender que las enseñanzas de Buda y su teoría del desprendimiento embonan perfectamente en la causa y efecto del pueblo butanés.

Inspirados por el Reino de Bután, en Madhya Pradesh, uno de los Estados que conforman la República de la India, han creado un Ministerio de la Felicidad para garantizar "el contento en la vida de la gente común".

En los Emiratos Árabes Unidos Ohood bint Khalfan Roumi, la Ministra de la Felicidad, ha declarado que la felicidad es "una ciencia" y "un asunto serio para el Gobierno".

Paradójicamente en Venezuela, a pesar de la creación del Viceministerio para la Suprema Felicidad en 2013, este año, este país fue el peor evaluado entre los latinoamericanos en la última medición del índice de felicidad de la ONU publicado el 14 de mayo de 2018, y además es el que más puestos bajó en el mundo, una caída que superó a la de naciones en guerras civiles como Siria y Yemen.

Parece quedar claro que las leyes pueden proteger las condiciones para que las personas puedan ser felices; pero no pueden ordenarles a las personas que lo sean.

La felicidad es sin duda un estado emocional que puede nacer espontáneamente como resultado de un impulso de alegría inconsciente que básicamente te hace regocijarte del resultado de una situación. ¿Pero qué pasa cuando las cosas no salen como se quiere? Es ahí donde nace la oportunidad de cultivar un estado de ánimo permanente que no responda a impulsos sino a un razonamiento analítico de las distintas situaciones y se puedan apreciar las mismas como experiencias que aportan también a nuestro crecimiento personal.

Soy un fiel creyente que el secreto de la felicidad está en seguir la línea de los siguientes pensamientos:

Conocerte a ti mismo y luchar por no perder la humildad de valorar la simplicidad de las cosas que componen la complejidad del universo.

Valorar como mayor riqueza el tiempo, pues este se traduce en vida y no hay nada que pueda ser más preciado que esta, la vida que tenemos es el tiempo que se nos da para ser felices y para hacer a otros también felices, la vida de otros es el tiempo que tenemos para experimentar la felicidad a través de su presencia. ¿Cuántas de tus actuales posesiones no cambiarías por volver a abrazar a aquel ser querido que ya no está y se fue para siempre?

Por último, ser agradecido por lo poco o mucho que tenemos y siempre compartir.

En la película Apocalypto un anciano Maya narra la fábula del hombre y los animales de la siguiente manera:

“Y el hombre estaba sentado solo, empapado hasta los huesos en tristeza. Y todos los animales se le acercaron y le dijeron: “No nos gusta verte tan triste. Pídenos lo que quieras y lo tendrás”. El hombre dijo: “Quiero tener una buena vista”. El búho respondió: “Tendrás la mía”. El hombre dijo: “Quiero ser más fuerte.” El jaguar dijo: “Serás fuerte como yo”. Luego el hombre dijo: “Anhelo saber los secretos de la Tierra”. La serpiente respondió: “Yo te los enseñaré”. Y así fue con todos los animales.

Cuando tuvo todos los dones que los animales le podían dar se marchó. Y el búho les dijo a los otros: “Ahora el hombre sabe mucho y puede hacer muchas cosas. De pronto siento miedo.” El ciervo dijo: “Ya tiene todo lo que necesita. Ahora su tristeza acabará.” Pero el búho respondió: “No. Vi un agujero en el hombre, profundo como un hambre que jamás puedes saciar. Lo hace triste y hace que siempre quiera más. Seguirá tomando y tomando hasta que un día el mundo dirá: Ya no existo más y no me queda nada que dar”.

Tal vez el secreto de la felicidad puede basarse en el hecho de vivir la vida con sentido propio o dicho en otras palabras no esperes poder ser feliz, decídete a serlo.

En búsqueda de la felicidad
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