sábado. 20.04.2024

Homenaje a Fernando Botero (propuesta a los lectores)

Fernando Botero de niño soñaba con ser torero, pero un día cuando se encontraba en la escuela de tauromaquia en Medellín, su ciudad natal, un enorme toro de 400 kilos le hizo cambiar de idea. Podría decirse que el toreo perdió un matador pero el mundo del arte ganó un creador sin igual.

El maestro Botero es el artista contemporáneo más importante del mundo, así lo confirman la crítica especializada y el público en general, una coincidencia difícil de lograr. Las manos de Botero dejaron el capote y la espada y se dedicaron al dibujo, la pintura y escultura. Se inició como ilustrador del periódico ‘El Colombiano’ de Medellín donde nació en 1932, luego iniciaría un viaje personal que lo llevaría a ser profesor de bellas artes en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá (siendo autodidacta), de allí partió a la conquista del mundo, mientras subía hacia la cima de su oficio.

Los cuadros de Botero se exhiben en los museos más prestigiosos, mientras sus monumentales esculturas engalanan jardines y parques en diversas ciudades del globo, pero llegar a este punto no fue fácil.

Monumento de Fernando Botero situado a los pies del Burj Khalifa en Dubai. Foto: Patricia Mogollón.

Fernando Botero tuvo que enfrentarse a la corriente principal del arte en la década del sesenta, cuando predominaba la estética abstracta, mientras el artista colombiano es figurativo y realista, su realismo es diferente, privilegia el volumen. Al final, logró crear un estilo personal, que todos identifican. No le gusta que digan que pinta “gordos”, es el creador de un mundo en el cual explota todas las dimensiones, mientras recrea personajes, recuerdos y escenas familiares, del mundo, de América Latina, pero sobre todo de Colombia.

En 1960 Botero llegaba a Nueva York apenas con doscientos dólares, en 1984 en la misma ciudad uno de sus cuadros se subastaba por medio millón de dólares. Es el triunfo de un revolucionario, que hoy exhibe esculturas en calles de las ciudades más importantes del mundo, como en Dubái, donde tiene una obra al frente del emblemático Burj Khalifa (el edificio más alto del mundo), así lo muestra la imagen que acompaña esta columna.

Hay otro rasgo que deseo resaltar de la personalidad del maestro Botero, su enorme generosidad. En el año 2000 realizó la donación más importante de artista alguno a su patria, Botero regaló más de 300 obras de su colección particular a Colombia, piezas de arte de un valor incalculable que se muestran con orgullo en museos especializados en Bogotá y Medellín, así como en exposiciones itinerantes por otras ciudades del país.

Es la grandeza del artista más importante en la historia de Colombia, un hombre convencido que el arte debe ser un ejercicio de placer, tanto para quien lo realiza, tanto para quien lo aprecia. Como homenaje al Maestro Botero, le propongo a los lectores de EL CORREO que envíen fotografías de esculturas del artista en diferentes ciudades del mundo. Una invitación a realizar una galería virtual de obras de Fernando Botero.

Homenaje a Fernando Botero (propuesta a los lectores)
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