jueves. 28.03.2024

Estoy del Pokemon Go...

"Todavía no entiendo muy bien qué es eso del Pokemon Go. He pedido a mis criaturitas que se lo descarguen y me lo expliquen bien, pero pasan. Y yo… no me veo con edad para empezar ahora con videojuegos, o lo que sea"

Todavía no entiendo muy bien qué es eso del Pokemon Go. He pedido a mis criaturitas que se lo descarguen y me lo expliquen bien, pero pasan. Y yo… no me veo con edad para empezar ahora con videojuegos, o lo que sea. Y venga a salir en las noticias y en los periódicos… no hay día que el bichejo no provoque algo.

El caso es que no entiendo si Nintendo contrata a señores, los disfraza y los coloca por parques y esquinas de todo el mundo para que nuestros niños salgan de casa, cojan algo de color y hagan ejercicio, a instancias de la OMS; o si se trata de una vuelta de tuerca más para fundir los límites establecidos entre realidad y ficción.

La cosa, por lo visto, ha llegado a mayores… Esta semana he recibido un mail –de trabajo- de asunto “El pokewalking, nuevo motivo de consulta por dolor cervical”. Lo primero que pienso es “que fuerte, han escrito mal power walking y no pueden echar la culpa al corrector…” Pero abro y no. El mismísimo Ata Pouramini –un quiropráctico de renombre y gurú de la vida sana- nos alerta sobre los riesgos de ir caminando por la calle con el cuello inclinado y la vista puesta en la pantalla del móvil. ¿La consecuencia? El latigazo cervical, que este año 2016 tiene un claro culpable: la fiebre por cazar pokemons. Según Pouramini, “puede causar muchos problemas como jaquecas, mareos, vértigos, hormigueos y adormecimiento en las manos. Y en un tiempo, si no se trata correctamente, hernias discales y artrosis prematura”.

Uff, me acojono. Pero porque seguro que a mí me va a pasar lo mismo, pero por ir por la calle contestando whatssaps, que digo yo que será lo mismo, y que resulta que para las cervicales implica el mismo esfuerzo que si lleváramos por la calle a un niño de 8 kilos cargado a horcajadas.

Lo que me extraña es que el especialista no diga nada de los tropezones, choques con farolas y saltadas de semáforo en rojo que se pueden producir… Pero en fin… como soy solidaria, voy a compartir los consejos para que cazar pokemons no tenga mayores consecuencias. Copio y pego –que estoy de medio-vacaciones-.

1. “Incrementa la distancia entre los ojos y el móvil y aumenta el tamaño de texto”. Genial. También me sirve para contestar mails. Y nunca se me habñia ocurrido eso de aumentar el cuerpo de letra.

2. “Utiliza en Smartphone con la pantalla más grande”. Vale. Ya pasé del Iphone 4 al 6S… y aunque mi mano prefiere la versión previa, es cierto que mis ojos lo agradecen. Sobre todo la función camara. En la citas clave ya no me tengo que poner las gafas. Afoto, amplío con los dedos, y leo la carta hasta pedir con soltura.

3. “Apoya tu Tablet sobre la mesa y no sobre el regazo”. Si lo hago me la quitan en casa, que es cabecear y perderla de vista dos días…pero lo intento, y es verdad… mi ojo  ojo derecho enfoca y parece que mejoro la visión. Además, no tengo que clausurar la tarde aplicando un gel de efecto frío sobre los muslos.

4. “Procura utilizar el teléfono a la misma altura que tus ojos sin agachar la cabeza”. Lo intento. Durante cuatro días, pero me queda como anti-natural, parece que estoy dictando cartas a una secretaria virtual o hablando por walki, pero no me dejo llevar por los comentarios de mi entorno y me termino acostumbrando.

5. “Aprende a manejar tu móvil con ambos pulgares”. Ja, ja, ja… eso sí que no… que tengo la impresión de que estoy manejando torpemente los mandos de la Xbox. Si no le importa al señor Pouramini y a riesgo de sufrir latigazo táctil, seguiré usando el índice y el pulgar.

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Estoy del Pokemon Go...
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