martes. 19.03.2024

Socorro. Busco piso

"Un mes y dos días después de ayudar a una amiga en la ardua tarea de encontrar un apartamento decente y dentro de presupuesto me veo en el deber y la obligación de hacer un diccionario traducido por si alguien se ve en la situación"

La imaginación que le echan los caseros y los agentes inmobiliarios. A veces me da la sensación de que los portales de alquiler mienten más que las aplicaciones de citas. Y no es justo…

Resulta que “ático” no implica que tenga terraza, ni siquiera ventanas. Igual tienes que subir seis pisos por las escaleras para luego no poder estirarte ni dentro la ducha y solo hay un velux. Pero no, no se les ocurre poner “buhardilla con altura máxima de 1,60 m” o “última planta”, que sería más real.

Un mes y dos días después de ayudar a una amiga en la ardua tarea de encontrar un apartamento decente y dentro de presupuesto –que me gusta a mi la decoración y dar ideas de almacenaje que no es normal y parezco de Divinity Home- me veo en el deber y la obligación de hacer un diccionario traducido por si alguien se ve en la situación.

Acogedora buhardilla. Y tan acogedora, porque tienes que caminar encogido y con los brazos abrazos, y al final, eso reconforta, y lo único que te apetece es acurrucarte en la cama, o en el sofá, rezando por acordarte de que si te levantas de golpe te vas a clavar el foco en la cabeza.

Apartamento de alto standing. Sí, hay 5 ascensores con moqueta y probablemente el portal esté asfaltado en mármol y haya un portero distinto cada ocho horas. El riesgo es que el 90% de las viviendas sean oficinas y el fin de semana seas el único inquilino de la finca. Da un poco de yuyu ¿verdad?

Bajo interior luminoso. De 9 a 9:30 se vislumbra el sol por una rendija del respiradero de la cocina.

Barrio en vías de expansión. De momento es un poblado sin asfaltar, pero parece que alguien ha puesto en la mesa de algún concejal un proyecto, al parecer viable, para que el metro llegue en el año 2024.

Cocina francesa. Suena muy bien, pero después de ver unas cuantas puedo asegurar que resulta más sencillo y espacioso cocinar con un camping gas en una tienda de campaña.

Comunidad tranquila.  La edad media es de 87 años. Y no, no van a hacer fiestas a altas horas de la madrugada, pero el volumen al que ponen la televisión te hará desear estar en el Fabrik o similar.

Con vistas. Miedito. Por lo general se trata de una buhardilla con velux y tienes que ponerte de puntillas y hacer fuerza con los brazos para abrirla y sacar la cabeza para ver los tejados de Madrid.

Coqueto apartamento. Pequeño, enano. Lo que viene a ser un zulo, pero han puesto un par de cuadros y una alfombra “cosy” y al final, te enamora… hasta que empiezas a pensar dónde guardar la impresora o las maletas.

Corrala pinturera. Ojo, pregunta antes si hay baño dentro del apartamento.  De verdad… que todavía existen pisos con baño exterior comunitario.

De diseño. Te meten la Kallax de Ikea y un cuadro de Audrey Hepburn y ya te dicen que ha sido decorado por un estudio de arquitectura.

Dúplex. No esperes encontrar una sinuosa escalera de caracol. En el 99,90% de los casos dúplex significa que la han colocado una litera alta sin cama debajo, bajo la que puedes instalar una mesa de estudio o un sillón.

Ideal para estudiantes. Malo, muy malo. Lo peor. Es un sexto sin ascensor.

Inversión a medio plazo. Cuando llegamos a la salita de estar del fondo nos presentaron a Remigia, la propietaria. Les faltó sacar su última analítica… que si no andaba muy bien del corazón… pero a mi me daba que la tal Remigia me enterraba, que salió para bajar la basura y volvió al tercero sin ascensor que ni jadeaba…

Jardín urbano. ¡Y en plena calle del Pez! Si claro, tener cuatro macetas en un patio de cuatro metros cuadrados es algo. Pero si miras al suelo seguro que te encuentras colillas, kleenex y demás deshechos de los de los pisos de arriba. Y –aunque conozco a quién lo ha hecho- no es cuestión de recogerlos en una bolsita y subir al segundo interior izquierda para decir “perdona, se os ha caído esto…”.

Loft de diseño. Antes de ir a verlo, pregunta si tiene cédula de habitabilidad o es un garaje.

Mejor ver.  Es tan oscuro –o poco fotogénico- que no hay manera de que las fotos salgan bien y probablemente esperen captarte con unos maleteros bien hermosos o una ducha de hidromasaje.

Piso con carácter. Eso me da un miedo… suele ser una excusa para decir que no han cambiado los sanitarios del baño desde el 1923 y que la cisterna es de palanca y la cocina de carbón.

Portal representativo. Mucha escalinata y un conserje de los de antes. Y solo por eso, hay que pagar un extra.

Recién reformado. Sí, pero con 78,67 euros. Que cambian un grifo que gotea y ya lo venden como nuevo. Antes de ir a verlo, mejor pregunta cuánto se ha invertido en la reforma, y que te manden las facturas.

Terraza. Cuidado. Puede ser de 80 centímetros cuadrados, porque a los balcones –aunque el pie no te quepa a lo largo y tengas que hacer “plié”- los llaman terraza en el lenguaje inmobiliario.

Veinte metros,  2 dormitorios. Eso hay que verlo. Ya por curiosidad. Porque claro, siempre se puede dormir de pié en un escobero. Pero aviso. Hay inmobiliarias que cuentan el salón como dormitorio y cuentan por estancias o piezas, como antes de la guerra.

Zona animada. No esperes dormir hasta las 3 de la madrugada a no ser que se trate de un quinto interior a patio de luces.

Zona tranquila. Tan tranquila que si bajas a por el pan, cuando llegas a casa la barra te sirve de martillo.

Socorro. Busco piso
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