jueves. 28.03.2024

Una misma familia

"Bendito sea el idioma, las tradiciones, la música, la comida y todo aquello que nos une"

Más poderoso que el 'jetlag' o la dificultad para adaptarse a la comida es sentirse lejos de casa, de tus costumbres, de tus amigos y de tu familia. En un mundo globalizado como el presente, la migración laboral es algo tan normal como encontrarte un restaurante McDonald en el lugar más recóndito del planeta.

¿Pero qué pasa en nuestras mentes y en nuestra actitud cuando el cambio es tan drástico que el temor de cometer un error involuntario que vaya en contra de las costumbres del lugar que te recibe se apodera de ti? La respuesta es que te cohíbes y pierdes la oportunidad de descubrir más de ese mundo nuevo y de aquellas tradiciones que definen la idiosincrasia del lugar.

Pero la familia es un término que en sus justas dimensiones puede y en ocasiones debe ir más allá de su pura y taxativa definición literal.

La adaptación a veces nos puede tomar tiempo; pero se hace mucho más llevadera y sencilla cuando el proceso se lleva a cabo con los consejos y el respaldo de los nuestros.

Aquellos que al igual que nosotros alguna vez se equivocaron y cometieron algún error en un lugar diferente, pero el resultado tal vez no fue tan grave; aquella que sabe dónde venden la harina para las empanadas; aquel que conoce en que canal pasan los partidos de la Copa América; el que tiene en la sala de su casa colgada una bandera igual que la que tú tienes colgada en la sala de la tuya y que representa los colores que por nacimiento mantienes tatuados en el corazón. Qué bonito es encontrarse con aquellos que comparten su gentilicio y poco a poco ir descubriendo nuevos miembros de esa nacionalidad para ir creando una comunidad donde no importa la cantidad, lo que importa es la calidad de sus miembros.

Tanto adentro como afuera, todos los hijos de un mismo país también somos familia, las dificultades que enfrenta un amigo se llevan mejor y se resuelven más rápido cuando nos apoyamos entre nosotros.

Bendito sea el idioma, las tradiciones, la música, la comida y todo aquello que nos une.

Y luego, al regresar a nuestra tierra, bendita será también la tierra que por un momento nos albergó con cariño y familia serán aquellos hijos de ese país que nos recibieron entre su pueblo, nos respetaron y compartieron con nosotros una etapa de nuestro crecimiento. 

Una misma familia
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