Casa Árabe, que este año celebra su décimo aniversario con un amplio programa de actividades en sus sedes de Madrid y Córdoba, se ha revelado como la gran ventana de España a un mundo que adquiere cada vez mayor importancia. A través de encuentros, conferencias, exposiciones, conciertos, festivales, seminarios... la institución ha logrado poner en valor los múltiples vasos comunicantes entre la diplomacia, la economía y la cultura hispano-árabe. La alianza está en pleno crecimiento. ¿Alguien puede dudar de ello? Como dato sirva que el 25 por ciento de las exportaciones españolas que van más allá de la Unión Europea tienen como destino Emiratos Árabes, Arabia Saudita o Marruecos. Y subiendo.
Los países del Gofo Arábigo hace tiempo que dejaron de ser para España unos territorios alejados e inalcanzables y se convirtieron en un objetivo factible. Durante los devastadores años de crisis económica fueron refugio de empresas (grandes, medianas y pequeñas) y de profesionales españoles que descubrieron una región con enormes posibilidades. Y así continúa siendo en la actualidad pese a los efectos, que también se perciben, de los bajos precios del crudo, de un conflicto en Yemen al que no se acaba de ver la salida y de los últimos problemas que sufre el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en relación con Qatar.
Faraónicos proyectos como el de la Exposición Universal de Dubai en el año 2020 y otros similares tiran de la economía y hacen que el horizonte de las principales ciudades emiratíes esté poblado de grúas y de construcciones. Hay quien pronostica nubarrones, pero a poco que se rasque queda constatado que la maquinaría continúa a pleno rendimiento. Y lo mejor para España es que sus emprendedores forman parte fundamental del engranaje.
No sólo se trata de la participación directa en la puesta en marcha de grandes infraestructuras como el tren de alta velocidad de Medina a La Meca, que ya vuela sobre el desierto en fase de pruebas, o de haber construido la emblemática cúpula del Museo del Louvre de Abu Dhabi, no. También de impulsar iniciativas que en el futuro están llamadas a ser en todo el planeta el santo y seña de ciudades icónicas como Dubai. Es el caso de la torre que dia a día crece en Dubai Creek Harbour: superará en cien metros los 830 del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, y llevará la firma del arquitecto Santiago Calatrava. La rúbrica de España brillará en el cielo.
Hay un amplísimo margen. Cierto que los españoles llegaron tarde al Golfo Arábigo y que han tenido que emplearse a fondo porque hubo muchos que se les adelantaron en el camino, pero hoy conforman una fuerza económica, empresarial y profesional de primer nivel que ofrece confianza, eficacia y solidez. Precisamente lo que estos países necesitan para apuntalar sus administraciones, estructuras y proyectos. La familia crece. Es evidente. Y Casa Árabe, que de no existir habría que inventarla, deberá ir pensando en llevar a cabo una ampliación y hasta en estar físicamente presente en una tierra que conocen a la perfección. ¡Feliz décimo cumpleaños!
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En la imagen superior, cientos de medios de comunicación asisten a la presentación de la Torre Dubai Creek Harbour, el faraónico proyecto que dirige el arquitecto español Santiago Calatrava y que superará los 830 metros del Burj Khalifa, el edicio más alto del mundo. (EL CORREO)