jueves. 28.03.2024

Robert O'Neill, un soldado veterano de los Estados Unidos y miembro del grupo de élite de los Navy SEALs, acaba de publicar un libro en el que relata la misión más importante de su vida: la cacería y muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.

En sus memorias, tituladas 'The operator' (el operador), relata esa jornada de 2011 en la que él y su grupo atacaron una residencia fuertemente protegida en Abbottobad, Pakistán, tras una larga investigación que reveló el paradero del cerebro detrás del ataque terrorista a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

El asalto comenzó cuando el grupo estadounidense detonó con explosivos una puerta de metal, pero detrás de ésta había un pared de ladrillos: era falsa. "Esto es bueno, es una puerta falsa. Quiere decir que él está ahí", escribe O'Neill según publica el Daily Mail.

Tras ese primer desacierto los SEALs lograron finalmente entrar a la residencia y O'Neill se entusiasmó sabiendo que Bin Laden estaba cerca. "Estamos aquí, es la casa de Bin Laden. Esto es increíble. Probablemente no vivamos, pero es histórico y voy a saborearlo", pensó mientras avanzaba fuertemente armado.

Los soldados fueron de habitación en habitación, encontrando sólo mujeres y niños pero esperando dar con Khalid Bin Laden, el hijo de 23 años de Osama.

Entonces un hombre armado con un AK-47 apareció en una escalera, en un nivel superior al del grupo, e inmediatamente se cubrió. Uno de los SEALs estaba preparado y le dijo "Khalid, ven aquí" tanto en árabe como en urdu, una lengua hablada en Pakistán. En la confusión, Khalid se asomó para preguntar quién estaba ahí y recibió un disparo en la cabeza. En ese momento una parte del grupo subió las escaleras para asegurarse de que no hubiera nadie más, mientras que O'Neill y un compañero fueron directos a la búsqueda de Bin Laden.

"Nuestras tácticas dictaban que debíamos esperar refuerzos, pero necesitábamos seguir. Y entonces tuve un pensamiento tan claro que fue como una voz que me hablaba en la cabeza. Estoy cansado de preocuparme, encarguémonos de estos. No fue valentía, fue más una fatiga", explica en "The Operator".

Finalmente encontraron al líder terrorista saudita en una habitación. "Era más alto y flaco de lo que me había imaginado, con la barba más corta y el cabello blanco", describió O'Neill. Un mujer se interponía entre el SEAL y Bin Laden, pero O'Neill no dudo. Apuntó con frialdad y por encima de la mujer disparó dos veces.

"La cabeza de Bin Laden se abrió al medio y cayó", escribe. "Le disparé otra vez en la cabeza, por seguridad", agregó.

El soldado de 41 años contó por primera vez su rol en el operativo en 2014, y el Gobierno de Estados Unidos no confirmó ni negó sus declaraciones, aunque recibió críticas de parte de sus compañeros por violar un código no escrito entre los SEALs de no promoverse a uno mismo ni buscar reconocimiento.

Pero O'Neill, quien también participó en la operación de rescate del capitán Phillips de manos de piratas somalíes, dice querer mostrar "el lado humano" de las personas que llevan adelante estas operaciones.

"Son personas extraordinarias, pero también son normales y estoy orgulloso de haber servido con ellos", dijo en un comunicado con motivo de la presentación de su libro. "También quería demostrar que puedes hacer cualquier cosa, siempre y cuando trabajes duro, escapes de la negatividad y nunca te des por vencido", agregó.

O'Neill dejó el ejército en 2012, cuatro años antes de alcanzar la edad para su retiro, y al poco tiempo se separó de su mujer. Ahora vive en Nueva York junto a su prometida Jessica Halpin, de 27 años.

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