sábado. 20.04.2024

(Texto: Enrique Córdoba / Miami) Hay razones muchas y poderosas razones paran visitar la isla caribeña de Roatán: sol, ambiente de vida marina, gente acogedora, deliciosa cocina y naturaleza verde y azul por todas partes. 60 kilómetros de largo por 8 en su mayor anchura, rodeada por la segunda mayor barrera de arrecifes coralinos del mundo, después de Australia. 125 kilómetros de playas de arena blanquísima con aguas cristalinas, como una piscina natural. Ideal para ponerse la máscara y las aletas y salir a nadar o bucear para ver un imponente paraíso de corales.

Toda la isla se puede recorrer y atravesar de un lado a otro por carreteras, el ochenta por ciento es de topografía montañosa. Se ven mansiones de millonarios en los cerros y la costa, para observar los románticos atardeces.

La semana pasada abordé uno de los tres vuelos semanales directos Miami-Roatán, de la aerolínea American Airlines y en dos horas estaba en el aeropuerto internacional de la isla. El bilinguismo de la población es la primera condición que los favorece para atraer turismo.

Eramos colonia de Inglaterra y ahora somos de Honduras, por eso hablamos inglés y español”, dijo Ana Reyes Molina, directora de mercadeo de Las Verandas Hotel & Villas, ubicado en Pristine Bay, en French Bay, un conjunto espectacular de confortables casas y habitaciones con piscinas, campo de golf y playas privadas.

Colón llegó en 1502 a Guanaja, isla vecina de Roatán y las encontró densamente pobladas por los indios Payas. Las islas fueron dominadas en diferentes periodos por ingleses, holandeses y españoles. Inglaterra después de doscientos años, finalmente cedió el control de las islas a Honduras. “Fue un intercambio por Bélice”, supone Johnny Cooper, motorista de una lancha de Mango Creek Lodge, un resort de eco aventura que nos trasladó a Pigeon Key.

“El archipiélago esta formado por Utila, Roatán y Guanaja”, señaló Emsly Hyde, transportador de turistas. “Las pequeñas son Barbareta, Morat y Santa Elena, además hay 60 cayos ubicados a 10 millas de la costa de Honduras ”.

A partir de 1960, a raíz de la llegada de algunas estrellas de Hollywood se inició una corriente de turistas, inmigrantes y mochileros.

Hoy es un destino paradisíaco, seguro y tranquilo alejado de las noticias del continente. Roatán es la cara amable de Honduras, de hecho muchos trabajadores dejaron las ciudades peligrosas para radicarse aquí.

“Hay muchos extranjeros que han escogido la isla para vivir y otros para hacer inversiones en hotelería, fabricas de ron, cigarros, granjas de verduras, almacenes, servicios de energía y bienes raíces que han aprovechado las ventajas tributarias del gobierno”, explicó David Molina, ejecutivo de un negocio de diamantes.

Mahogany Bay y Port Roatán reciben diariamente cuatro barcos de cruceros y las mejores playas están en West Bay y West End.

Roatán se presta para todo: ir de excursión en Buggys por trochas o playas, conocer la cultura garifuna en Punta Gorda, degustar king crab en Gio’s, pasear de a caballo o salir de pesca. Roatán, un lugar para regresar.•

Texto: Enrique Córdoba / El Nuevo Herald

Roatán, una acogedora isla del Caribe que cautiva al visitante
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