viernes. 19.04.2024

Anchas avenidas llenas palmeras, niños jugando al béisbol y fachadas decoradas con hileras de luces en Navidad. Son las imágenes que pueden verse en las calles de cualquier pueblo californiano y también, aunque parezca imposible, en Dhahran, en mitad de la zona petrolera de Arabia Sauita.

Dhahran no es un parque temático, ni la localización para el rodaje de una película, es un complejo residencial real creado por hace casi un siglo para los trabajadores de una compañía petrolera.

Ahora, la fotógrafa Ayesah Malik, que pasó su infancia y adolescencia en el pueblo, ha recogido la historia de esta peculiar población en el libro ARAMCO: Más allá de los yacimientos de petróleo.

Malik, según recoge BBC, es hija de uno de los miles de trabajadores que pasaron por la compañía Saudi Aramco, la petrolera más grande del mundo, en los últimos 80 años, según al revista Forbes.

Diseñada para alojar a los expatriados estadounidenses que llegaron a Arabia para trabajar en los yacimientos petrolíferos, Dhahran fue construida desde cero en la década de 1930.

La estadounidense Standard Oil of California (SoCal), que años después pasó a denominarse Arabian American Oil Co. (Aramco), consiguió una concesión del Gobierno saudita y encontró crudo en un pozo denominado Dammam 7, capaz de producir más de 1.500 barriles al día. Tras sellar un acuerdo de explotación con el gobierno saudita que implicaba la contratación de trabajadores locales, la compañía además comenzó a traer geólogos y profesional cualificado desde EE.UU.

Sin embargo, los estadounidenses no lograban adaptarse a la forma de vivir y las costumbres del país y los directivos de SoCal decidieron diseñar un complejo residencial donde los empleados y sus familias pudieran vivir como si estuvieran en casa.

Con una superficie superior a 36 kilómetros cuadrados, el complejo residencial de Dhahran alberga la sede de Aramco y cuenta con más de 9.700 residentes, todos ellos vinculados a la compañía.

En una entrevista que aparece en el libro, Malik no oculta lo feliz que fue su infancia en Dhahran. "El toque estadounidense no es lo único que hace de este sitio un lugar tan memorable. Es la cosa saudí, es el encantador punto de encuentro que representa para los familiares y algo que no soy capaz de explicar", afirma.

Para las mujeres, explica Malik, Dhahran "era otro mundo, un mundo dentro de Arabia Saudita en el que podíamos conducir y vestirnos como queríamos en público".

Dhahran, un pueblo californiano en mitad de Arabia Saudita
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