viernes. 19.04.2024

Se acerca esa época del año marcada por el calendario lunar en la que millones de musulmanes en el mundo se entregan a la adoración a Dios. Ramadán es el noveno mes del calendario islámico y su nombre proviene de la palabra en árabe ‘alramada’, que se traduce como calor extremo, por lo que su denominación religiosa se debe en su sentido literal a la quema de los pecados.

Los expatriados cuyos países de origen tienen como religión principal la católica, cuando llegan a una nación como Emiratos Árabes Unidos en el mes de Ramadán, las impresiones que reciben pueden ser distorsionadas, por lo que es importante conocer los pilares de la adoración. Y es que como occidentales, por ejemplo los hispanos que provienen de América Latina, donde la Organización Islámica para América y el Caribe señala que hay al menos seis millones de musulmanes, no están acostumbrados a un ayuno tan intenso.

Ramadán para Nasif Kayed, director del Centro para el Entendimiento Cultural del Jeque Mohammed, es un mes donde “te ejercitas para convertirte en un mejor ser humano. Por 14 o 16 horas debes mantenerte como una buena persona y aprendes paciencia y disciplina”. Añade que las normas para el ayuno son tanto espirituales como físicas, por lo que además de no comer ni beber también se deben cuidar aspectos como no gritar, no mantener relaciones, no mentir, chismear o maldecir. Y si en algún momento surge la pregunta sobre qué pasa si un creyente rompe el ayuno sin ningún motivo, Kayed indica que “deberá alimentar a 60 pobres o tendrá que ayunar 60 días consecutivos y liberar a un esclavo”.

Hay sus excepciones. Kayed menciona que si la persona es diabética, está embarazada, estás enfermo o dando pecho no tienes obligación de ayunar. A pesar de que un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud sobre el ayuno durante Ramadán ha revelado que éste aumenta los casos de pacientes con úlceras estomacales, Nayel Abuzaid, profesor de Fundamentos del Islam de la Universidad de Sharjah, insiste en sus beneficios, entre los que destacan en el plano espiritual “piedad a Dios alejándose de los pecados, buen uso del tiempo, obedecer a Dios, paciencia y templanza ante las dificultades e incomodidades, mantener tu lengua bajo control, fortalecer tus morales y agradecer tus bendiciones”.

Además de ayunar el profesor Abuzaid indica que los musulmanes también realizan “Qiyaam (pasan la noche o parte de ella en adoración), dan caridad, leen el Corán, se sientan en la mezquita hasta el amanecer, I’tikaaf (residen en la mezquita para la adoración), realizan el peregrinaje a La Meca, rezan con más intensidad los últimos diez días, invocan a Dios, piden perdón por los pecados cometidos y fortalecen los lazos de bondad”. En síntesis es un tiempo de reflexión en el que los seguidores del Islam se entregan en cuerpo y alma a Dios.

En Emiratos

Es un mes callado. Puede resultar extraño para el residente que no ha tenido la experiencia de vivirlo porque está “acostumbrado al ritmo de vida de Dubai y de repente los restaurantes se cierran y no puedes ni mascar chicle en la calle”, relata Lina Cano, una colombiana radicada en Emiratos Árabes que lleva diez años de casada con un musulmán iraquí.

Agrega que “es un tiempo similar a la Cuaresma, de recogimiento y reflexión. Ramadán es para mi como el regalo que todos sus creyentes dan a Dios”. Los emiratíes lo viven diferente. Kayed narra que es un tiempo de compartir en familia, de reunirse con aquellos parientes que no has visto hace mucho, de alimentar al pobre y de estar más cerca de Dios.

En cuanto a la etiqueta durante Ramadán tanto Kayed como Abuzaid concuerdan en tomar en consideración los sentimientos de los musulmanes, ser discreto, no ingerir alimentos ni bebidas en público, no colocar música, usar lenguaje procaz o fumar en áreas públicas y cuidar la vestimenta, la misma debe ser modesta en especial durante este mes.

Kayed enfatiza en mantener la mente abierta y participar en los Iftar. El centro tendrá un programa especial durante Ramadán donde los asistentes pueden presenciar la rutina de las familias emiratíes al rezar y al romper el ayuno. Asimismo invita a los residentes no musulmanes a que sean pacientes, participen en caridades, actúen respetuosamente, eviten las carreteras al atardecer y “traten de ayunar solo por un día. Ramadán se siente bien, huele bien, es una atmósfera que percibirás en toda la ciudad y mientras más ayudes mejor te sentirás”.

Ramadán, tiempo para crecer como personas
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