jueves. 28.03.2024

El comercio ilegal de órganos se ha convertido en un negocio en auge en Líbano, ya que cada vez son más los refugiados sirios que, desesperados, recurren a vender sus órganos para poder conseguir algo de dinero y mantener así a sus familias, de acuerdo con una investigación de  la cadena británica BBC. Uno de los supuestos traficantes de órganos, de nombre ficticio Abu Jafar, ha hablado con la BBC desde una cafetería en Beirut donde se cita con sus clientes. Según ha explicado, sabe perfectamente que su negocio es ilegal, pero considera que con este tipo de transacciones ayuda a muchas personas en situación de necesidad.

Jafar ha mantenido una conversación con el corresponsal de la BBC Alex Forsyth. "Exploto a la gente, eso es lo que hago", ha asegurado. "Sé que lo que hago es ilegal, pero estoy ayudando a la gente, al menos así lo veo yo. La mayor parte de mis clientes se habrían muerto de todas formas", ha añadido. Desde que estalló la guerra civil en Siria en el año 2011, más de un millón y medio de sirios han huido a Líbano, donde conforman alrededor de un cuarto de la población total del país.

La gran mayoría de ellos carecen de permisos de trabajo, por lo que miles de familias se ven forzadas a buscarse otros medios para poder pagar la comida, el alojamiento y los servicios sanitarios. De acuerdo con un informe publicado en junio de 2016, el 70 por ciento de los refugiados en Líbano viven por debajo del umbral de la pobreza. "Aquellos que no han podido registrarse como refugiados están teniendo enormes dificultades", ha asegurado Jafar en un reportaje televisivo emitido por la BBC durante la noche del martes. "¿Qué pueden hacer? Están desesperados y no tienen otra forma de sobrevivir más que vender sus órganos", ha señalado. Jafar ha asegurado que en los últimos tres años ha coordinado la venta de órganos de al menos 30 refugiados sirios. "Por lo general me piden riñones. Pero puedo encontrar y facilitar otro tipo de órganos", ha garantizado. "Una vez me pidieron un ojo y fui capaz de convencer a uno de mis clientes para que vendiera su ojo", ha contado.

Oriente Próximo se está convirtiendo en un "punto caliente" en el comercio internacional de órganos, donde la oleada de refugiados procedentes de Siria, Irak y Afganistán desesperados por conseguir algo de dinero está proporcionando a los traficantes, que están dejando de operar en países como China o Filipinas para mudarse a la región. Forsyth ha explicado que a pesar de las dificultades y de la falta de recursos, los órganos pueden ser exportados a los compradores desde Líbano a cualquier parte del mundo, mientras que en muchas otras ocasiones, los refugiados que acceden a vender viajan con papeles falsos a países cercanos para ser sometidos a la cirugía necesaria. Jafar ha contado cómo ha tenido que llevar en coche en numerosas ocasiones a jóvenes que acceder a vender sus órganos a localizaciones escondidas, donde antes de operarse son sometidos a varias pruebas de sangre. Muchas veces, los doctores que llevan a cabo las operaciones tienen que trabajar en casas alquiladas que son convertidas en clínicas improvisadas. "En cuanto la operación ha terminado les llevo de vuelta a casa", ha explicado Jafar. Les echo un ojo durante una semana hasta que les quitan los puntos y compruebo que están bien. Una vez les quitan los puntos me da igual lo que les pase siempre y cuando el cliente cobre su dinero", ha señalado.

El último cliente del intermediario fue un joven sirio de 17 años que vendió su riñón por unos 7.600 euros para poder pagar algunas deudas y mantener a su madre y sus cinco hermanas. Dos días después, el joven continúa en la parte de detrás de la cafetería libanesa postrado en un camastro desde donde se queja de que sufre un dolor constante. "Ya me arrepiento pero qué puedo hacer", ha explicado el joven. "No quería hacerlo pero estoy desesperado. No tenía opción", ha añadido.

Los traficantes de órganos se aprovechan de la desesperación de los refugiados sirios
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