La música es un viaje emocional, y pocos conocen mejor este trayecto que Tommy Luna, un DJ madrileño que ha logrado plasmar su pasión en cada sesión que ofrece en Emiratos Árabes Unidos. Su trayectoria, marcada por casualidades y oportunidades, ha dejado una huella indeleble en la memoria de aquellos que han tenido la suerte de asistir a sus actuaciones.
Natural de Madrid, Tommy Luna creció rodeado de melodías gracias a su hermano mayor, quien estudiaba en el conservatorio, y un vecino que tocaba en la banda municipal. Sin embargo, su estilo único se forjó en el legendario club Specka, donde el tecno-pop se convirtió en su ADN musical, influenciado por bandas como Midnight Oil y Peter Murphy. Fue aquí donde aprendió a mezclar canciones, creando experiencias armónicas y dinámicas para su público.
La chispa que encendió su carrera como DJ surgió de manera inesperada durante unas vacaciones en Marbella. Al encontrar un pub cuyas mezclas no convencían, se ofreció a pinchar, asegurando ser DJ en Madrid. El dueño aceptó la propuesta y, sin experiencia previa, Tommy se puso al mando de dos pletinas y más de 200 CDs. Esa primera actuación fue el punto de partida que lo llevaría a trabajar en destacados locales de Madrid como Foker y Oh Madrid, pero fue en Dubai donde su carrera tomó un giro definitivo.

Su llegada a la glamurosa ciudad de Dubai estuvo marcada por otro encuentro afortunado con Mariano Andrés, quien en aquel momento gestionaba WAFI, grupo que opera Seville’s, el restaurante español más antiguo de la ciudad. Este contacto le abrió las puertas para pinchar en Carter’s, marcando el inicio de su camino en la creciente escena musical de la metrópoli. Desde entonces, ha tenido la oportunidad de actuar en lugares icónicos como One and Only y Toro Blanco, además de exitosas fiestas privadas. Su gran impulso llegó con una residencia de cinco días en BOCA, una experiencia que transformó por completo su trayectoria profesional.
En la actualidad, la agenda de Tommy es un auténtico torbellino: actúa de martes a jueves en Cala Vista, dentro del Hotel Mina Al Salam; de miércoles a sábado en Netsu Bar, en el Mandarin Oriental; y los sábados en el after brunch de Lola Taberna, donde disfruta del ambiente de trabajo creado por Bernardo Morales, su general manager.
Un aspecto fundamental en su carrera ha sido la evolución de la música latina y urbana en Dubai. Hace seis años, estos géneros apenas tenían presencia en la ciudad. Hoy, experimentan un auge notable, fenómeno que Tommy asocia al crecimiento de Dubai y al interés de un público más joven por estas corrientes musicales. La apertura de clubes especializados, como La Morenita, también ha jugado un papel crucial.

A pesar de los desafíos que implica ser DJ en Dubái, donde abrirse camino sin una oferta laboral inicial puede ser complicado, Tommy se mantiene optimista sobre el futuro de la industria. La llegada de festivales y reconocidos DJs internacionales augura un horizonte prometedor. “Ser DJ es un arte”, afirma. “Expreso mis sentimientos a través de la música, creando ambientes donde la gente pueda revivir recuerdos y crear nuevos”.

Entre sus momentos más memorables, destaca una actuación en la Feria de Abril en Abu Dhabi, donde interrumpió su set para poner la Salve Rociera, emocionando a todos los presentes. También rememora una sesión improvisada junto al reconocido DJ Black Coffee, lo que subraya su versatilidad y capacidad de adaptarse a diferentes estilos.

Con un enfoque en mezclas largas y una progresión emocionante, su objetivo siempre es claro: “Que cuando suene la última canción, la gente se quede con una sola sensación: Wow... ¡qué acaba de pasar!”. Tommy continúa como una figura clave en la revolución musical de Dubai, sin olvidar la esencia de Madrid en cada rincón del mundo.