El docuficción sobre ‘Los constructores de la Alhambra’, que desvela los secretos del universal palacio nazarí de Granada y retrata la agonía de Al Andalus, ha sido recibido con entusiasmo y excelentes críticas en el mundo árabe. Qatar, Arabia Saudí, Marruecos y Argelia ya han tenido la oportunidad de visionar la obra dirigida por la española Isabel Fernández, que ha contado con un presupuesto récord de 1,6 millones de euros rara vez visto en producciones de esta naturaleza.
El primer país del mundo árabe en que se proyectó el documental fue Qatar. Dos salas de cine de Doha se quedaron pequeñas el pasado 22 de febrero para ver un trabajo de factura impecable, muy cuidado desde el punto de vista estético, que combina ficción e historia con indiscutible maestría. El evento fue organizado por Aljazeera Documentary Channel y contó con la presencia de la propia directora, así como del actor protagonista, Amr Waked, que interpreta al poeta y visir Ibn al Jatib, hilo conductor de la película.
“Fue muy espectacular”, asegura a El Correo del Golfo Isabel Fernández. “Teníamos previsto una sala y una segunda por si acaso. Y se llenaron las dos a tope. Hubo un momento en el que se estaba intentando abrir una tercera sala, pero no había disponibles. Hubo gente viendo la película de pie”, agregó. El manager de Aljazeera Documentary Channel, Ahmed Mahfuz, también tuvo palabras de reconocimiento a la excelente labor de Isabel Fernández, para cuya producción contó con la participación de casi 200 profesionales y actores. “Gracias, Isabel, por todo lo que hiciste para tener un documental de obra maestra. Usted y Amr Waked fueron un valor adicional significativo para nuestro proyecto”, indicó en Facebook. Aljazeera Documentary ha sido una de las firmas financiadoras del documental, junto a TVE, Junta de Andalucía, Canal Sur, ORF Enterprise, el canal Arte/ZDF y la televisión pública austriaca ORF.
Al estreno asistió el embajador de España en Qatar, Javier María Carbajosa, quien reconoció a la directora que jamás había visto en Doha una acogida de público tan apabullante. “Fue la primera vez que pude contrastar la recepción por parte del público árabe y musulmán a nuestro trabajo y sentí una enorme satisfacción por ver la emoción que provocaba en mucha gente”, afirma Isabel Fernández.
Tras el rotundo éxito de Doha, la película viajó a Casablanca (Marruecos) el 4 de marzo. De allí, regresó a la Península Arábiga otra vez. Y los días 15, 16 y 17 de marzo se proyectó en la Bienal de Arte Islámico, que tuvo lugar en la ciudad saudí de Yedda. El primer día la directora Isabel Fernández mantuvo una interesante conversación con Mariam Rosser-Owen, responsable del Departamento de Arte de Oriente Medio del Victoria & Albert Museum. El 16 de marzo, la charla fue con la directora del Aga Khan Museum de Toronto, Ulrike Al Khamis. La tercera proyección, que no estaba programada en un principio, se hizo a petición expresa del director de la Bienal.
Dos días después, el 19 de marzo, ‘Los constructores de la Alhambra’ atravesó el Atlántico para plantarse en el Festival International des Films sur l’Art de Montreal (Canadá). Y de allí navegó al Mediterráneo, donde el Instituto Cervantes programó varias proyecciones en Marruecos y Argelia. El 30 y 31 de marzo el documental fue exhibido en Argel, donde tuvo que ampliarse un día más tras agotarse las entradas del primer pase. En Argelia, no únicamente se detuvo en la capital, sino que también se desplazó a Orán el 2 de abril.
“Fue la primera vez que pisé Argelia y ha sido un descubrimiento”, señala la cineasta. “No sabía que hubiese una vinculación tan fuerte a nivel emocional, histórico e identitario entre los argelinos y la historia de Al Andalus”. Isabel Fernández encontró a un público “súperentregado” y “fascinado”, que se reconocía en la trama que contaba la película.
Volvió otra vez a Marruecos y el pasado lunes pudo verse en Tetuán, con gran asistencia de público también. “Había gente en la sala que eran descendientes de andalusíes”, subraya. “De alguna manera, la película está poniendo al islam en su sitio en la historia. Y eso es muy bonito”. Un día después fue proyectada en la ciudad autónoma española de Ceuta. Tanto en Argelia como en Marruecos, la directora hizo acto de presencia y participó en la presentación de su trabajo audiovisual, que ya está disponible en la plataforma ‘online’ Filmin.
Ayer jueves, el documental se estrenó en Hungría en salas comerciales. Es la primera vez que se exhibe fuera de España en el circuito cinematográfico para el gran público. “Me gustaría que se pudiese estrenar también en Argelia, Marruecos, Arabia Saudí o en algún otro país del Golfo”, indica. Fez, Marrakech y Túnez son las próximas paradas del documental sobre la joya nazarí, aunque por ahora solo hay una fecha cerrada: la de Fez (17 de mayo). Una semana antes, cruzará otra vez el Atlántico, esta vez para recalar en Buenos Aires (9 y 10 de mayo). Desde su estreno, el 25 de noviembre de 2022, el docuficción ha tenido un periplo sobresaliente. El día 1 de diciembre se aupó al puesto número 8 del ranking de películas más vistas. La lista estaba encabezada por ‘Black Panther: Wakanda forever’ y seguida por ‘As Bestas’, que tres meses después barrió en los premios Goya. ‘Los constructores de la Alhambra’ fue el documental más visionado de España en cines comerciales.
La película se sumerge en las claves filosóficas y arquitectónicas de la construcción de uno de los palacios más asombrosos del planeta. Y lo hace a través de Ibn al Jatib, un personaje enigmático y trascendental en los reinados de Yusuf I, séptimo soberano de la dinastía nazarí, y su hijo Mohamed V. Los dos reyes fueron decisivos en la configuración de un conjunto palatino, que aún hoy, siete siglos después, mantiene su hipnótica atracción sobre millones de visitantes de todo el planeta. El primero es el padre conceptual del Palacio de Comares, mientras que el segundo impulsó la creación del Patio de los Leones. “Mohamed V emprendió una obra arquitectónica alucinante y le dio la vuelta a todo el palacio”, declaró Isabel Fernández en otra entrevista concedida a El Correo del Golfo en septiembre del año pasado.
La narración del documental arranca en el año 1340. El avance de los reinos cristianos del norte amenaza seriamente la supervivencia del reino nazarí de Granada, que siglo y medio después acabaría desmoronándose y poniendo fin a la civilización islámica en Europa. Y el sultán Yusuf I, consciente de su imparable declive, decide embarcarse en la construcción de un edificio que refleje el esplendor de su reinado. Su edificación se prolongó por espacio de casi dos siglos.
Para poner en pie el documental, Isabel Fernández y un nutrido equipo de investigación han trabajado duramente a lo largo de seis años. Expertos del Patronato de la Alhambra, la Universidad de Granada y la Escuela de Estudios Árabes han prestado su colaboración científica para garantizar la máxima solvencia histórica de la obra. El profesor José Miguel Puerta Vílchez, uno de los más reputados especialistas en arte andalusí, asesoró al equipo documentalista de la película. Fue él quien elaboró la lista de libros que supuestamente ocupaba los anaqueles del complejo nazarí y dónde podrían ser localizados hoy día. Fueron recuperados manuscritos andalusíes de la Biblioteca Nacional de París y la Universidad de Oxford para reproducirlos en el audiovisual. “Hemos trabajado a ese nivel de detalle”, puntualizó entonces Isabel Fernández.
La filmación del documental en la Alhambra fue un trabajo cargado de emoción. “Los constructores tenían que estar tocados de algo que no es terrenal”, declaró la directora. “Y el equipo de fotografía lo decía: es complicado filmar la Alhambra porque es tan bella que cuesta mucho decidir los planos. Esta belleza está en medir, en pensar. Y hay una belleza filosófica. Eso es lo que he intentado reflejar”, manifestó la directora barcelonesa sobre su colosal recreación histórica.
Ahora su aventura cinematográfica ha viajado a cuatro países árabes con un resultado inesperado. “Ha sido muy impactante para mí como directora estar sentada en diferentes audiencias de distintos lugares del mundo y ver que en la película se reconoce mucha gente diversa”, sostiene Isabel Fernández. “Eso me hace reflexionar sobre que no tenemos una conciencia real del poder de evocación tan enorme que tiene Al Andalus para muchísima gente en diferentes parte del mundo. Y esa parte de nuestra historia la tenemos muy desatendida. No somos conscientes del valor y la fuerza que tiene para tanta gente”.
