martes. 30.04.2024

Documentos del Vaticano certifican que construir una Catedral en la Mezquita de Córdoba fue una “mala idea”

La investigadora estadounidense Michele Lamprakos publicará en 2025 un libro que reinterpretará la historia del litigio que enfrentó en el siglo XVI a la Iglesia católica con el Concejo municipal por la destrucción del gran monumento de Al Andalus
Exposición de cofradías en el interior de la Mezquita de Córdoba. Año 2019
Exposición de cofradías en el interior de la Mezquita de Córdoba. Año 2019

En 1590, el vicario general de la Diócesis de Córdoba viajó al Vaticano para rendir cuentas ante el Papa Sixto V, tal como obligaban las nuevas disposiciones del Concilio de Trento. José de Alderete informó al pontífice de que la Catedral que se construía en el interior de la gran Mezquita de Al Andalus aún no estaba concluida por falta de recursos económicos y que el más bello templo islámico de Occidente presentaba graves problemas de destrucción. El alto cargo eclesiástico, que acudió en nombre del obispo de Córdoba y el Cabildo catedralicio, admitió que la edificación del crucero en el corazón del oratorio omeya había sido una “mala idea” porque había devastado un monumento “hermoso” y “conocido” en todo el mundo.

Así figura en documentos de los archivos del Vaticano revisados hace apenas un mes por la arquitecta e investigadora estadounidense Michele Lamprakos, una de las máximas expertas mundiales del monumento andalusí. Cuando el enviado del Obispado de Córdoba visitó la Santa Sede, la Mezquita andalusí llevaba en estado de demolición nada menos que 67 años. En 1523, el obispo Alonso Manrique había tomado la controvertida decisión de demoler las naves centrales del magnífico templo cordobés para edificar un crucero de enormes proporciones. La iniciativa contó con la frontal oposición del Concejo municipal, que ordenó la paralización de las obras bajo amenaza de muerte para todos los operarios que participaran en la destrucción del templo. Acto seguido, el prelado excomulgó a todos los miembros del Concejo municipal y desencadenó un conflicto institucional sin precedentes, que acabó resolviendo el rey Carlos V en favor del obispo.

Su construcción, sin embargo, afrontó problemas financieros y estructurales de entidad, que prolongaron la conclusión de la obra durante casi noventa años. En todo ese tiempo, las naves centrales de la Mezquita permanecieron en estado de ruina, expuestas a la lluvia y a toda suerte de adversidades meteorológicas. Justamente por esa razón, José de Alderete pidió al Vaticano ayuda para culminar una obra interminable. “No solamente había problemas financieros, sino estructurales”, asegura Michele Lamprakos en una entrevista concedida al diario digital Cordópolis, como anticipo de un libro monográfico sobre la construcción de la Catedral en el corazón del templo andalusí que publicará en 2025.

Ya con anterioridad a la visita del vicario general a la Santa Sede, el Cabildo catedralicio había solicitado al rey de España ayuda para resolver los graves problemas arquitectónicos que presentaba el ensamblaje de una catedral católica en el interior de un templo concebido para el rezo islámico. Y en 1597, contactaron en secreto con el arquitecto Diego de Praves en busca de asesoramiento técnico. El especialista vallisoletano diseñó algunas soluciones en un plano y se lo entregó al arquitecto cordobés Juan de Ochoa, responsable de la fase final de la edificación del crucero en la Mezquita.

Capilla de Villaviciosa de la Mezquita Catedral de Córdoba.
Capilla de Villaviciosa de la Mezquita Catedral de Córdoba.

En su monográfico, Lamprakos reinterpreta el litigio de la construcción de la Catedral a la luz de la revisión de las fuentes documentales disponibles, la mayor parte de ellas fechadas en el siglo XIX y principios del XX. “Hasta hoy todo el mundo sostiene que Carlos V le dio al obispo Manrique autorización para la edificación del crucero. Yo creo que no. La monarquía le pidió al obispo que cambiara el proyecto para que fuera más pequeño”, sostiene la arquitecta estadounidense, autora de una minuciosa investigación sobre la Mezquita desde hace ya una década.

En su opinión, el rey Carlos V frenó las ambiciones del prelado, que concibió un proyecto de Catedral notablemente más grande, en línea con los monumentales templos católicos que proliferaban entonces a lo largo de toda la geografía europea. De hecho, gran parte de las catedrales andaluzas están levantadas sobre la demolición de las antiguas mezquitas andalusíes. Para poner en pie su hipótesis, además de revisar las fuentes documentales, ha elaborado decenas de dibujos técnicos sobre el crucero en colaboración de uno de sus ayudantes, también arquitecto. “Mi conclusión es que el crucero que vemos hoy es la construcción de algo que pasó por diferentes fases”.

Una de las fases más decisivas, según sostiene, tuvo lugar en el contexto del Concilio de Trento, clausurado en 1563, y que representó una vuelta a la ortodoxia católica. “Los cambios se produjeron entonces y con la visita de Felipe II a Córdoba en 1570. El arquitecto Hernán Ruiz II modificó el proyecto de crucero con respecto al de su padre justo durante el Concilio de Trento”, argumenta Lamprakos. La llegada del rey a Córdoba coincide con la revuelta morisca de las Alpujarras y fue entonces cuando se introdujeron rectificaciones en el “diseño”, en el “concepto” y también en el orden “teológico”.

El proyecto de la Catedral fue modificándose con el paso de los años, como consecuencia de las dudas técnicas y conceptuales que despertaba su construcción en el eje de la gran Mezquita Aljama. “Y hubo un punto de inflexión porque había posturas a favor y en contra del templo islámico”, señala, en relación a supuestas discrepancias tanto en el seno del Cabildo eclesiástico como en las autoridades municipales y la propia Corona.

La arquitecta también pone en duda que el conflicto que se desencadenó entre el obispo y Concejo municipal por la edificación de la Catedral se produjera en los términos que ha narrado la versión oficial. Según Lamprakos, esa interpretación “no es concluyente” porque no se conocen “realmente” todos los detalles. La documentación es escasa y cuenta “una parte de la historia”, pero no toda la “historia completa”. Y cree que algunos aspectos de las circunstancias en que se produjo la remodelación arquitectónica del edificio en el siglo XVI “han sido oscurecidos”.

En la extensa entrevista concedida a Cordópolis, la investigadora estadounidense expresa sus reticencias sobre el modelo de gestión del monumento a manos de la Iglesia católica. “Los valores de la Unesco no se están protegiendo en la Mezquita”, lamenta, en relación al creciente empeño del Obispado de Córdoba en ocultar la identidad islámica del edificio. Lo que, en su opinión, es un empeño vano. “La Iglesia intenta ocultar con elementos cristianos la obviedad de la arquitectura islámica. Y cuando estás dentro, cada media hora oyes una grabación que te dice que respetes las normas porque “estás en un templo católico”. Parece que te está diciendo: “No prestes atención a la Mezquita”. Y eso es un hecho contrafactual, que va en contra de las evidencias que estás viendo”.

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