Ha sido la primera vez que el artista astuariano Rodrigo Cuevas ha actuado en un país árabe. Y habría que aconsejarle que no tarde en volver dado el triunfo alcanzado. Empleando términos taurinos hay que decir que cortó oreja y rabo. El espectáculo que ofreció en la noche del sábado en Sharjah acabó con el público puesto en pie y pidiéndole que regresara al escenario, cosa que hizo.
Las numerosas personas que acudieron hasta la plaza donde tuvo lugar su concierto, organizado por Sharjah Art Foundation en colaboración con la Embajada de España en Emiratos Árabes Unidos y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, se implicaron en el espectáculo desde el primer momento.
Numerosas presenciaron el espectáculo de Rodrigo Cuevas en Sharjah. (EL CORREO)
Los espectadores que conformaban un público cien por cien multicultural -españoles, que hubo bastantes, emiratíes, indios, pakistaníes...- cantaron con Rodrigo, interactuaron con Rodrigo y aplaudieron a Rodrigo. Y, al final, hicieron cola ante el lugar habilitado como camerino para retratarse con Rodrigo y decirle lo mucho que les había gustado 'Trópico de Covadonga', que es como se llama la propuesta que el artista ha traído hasta Emiratos Árabes y que tiene profundas raíces asturianas o gallegas.
Entre otras cosas, los emiratíes le transmitieron que la música tradicional que él interpreta con marcado carácter y personalidad, procedente del cuadrante noroccidental de España y que los musicólogos encuadran como arcaizante, tiene gran parecido a las de los árabes de estas tierras del Golfo.
Rodrigo Cuevas conectó con el público en Sharjah de principio a fin. (EL CORREO)
"Muchas cosas de la cultura son menos diferentes de lo que pensamos", comentó Cuevas tras el concierto en declaraciones para EL CORREO DEL GOLFO. "Los humanos estratificamos, intentamos poner líneas, bordes y fronteras a la cultura, pero la cultura es mucho más líneal, sobre todo cuando se refiere a cultura tradicional y antigua", apuntó.
En el caso de la música que interpreta Rodrigo Cuevas, basada en la percusión y en las voces, sencilla, pero no simple, esencial y limpia, la conexión con el público que se reunió en Sharjah, justo en una plaza situada ente el Museo de Arte en la zona de Al Shuwaihean, fue total. Y su suprema sensibilidad quedó de manifiesto cuando interpretó temas como 'Rambalín' o 'Cesteiros', que sonaron con especialísima intensidad en el corazón de Sharjah.
Rodrigo estuvo sobre el escenario acompañado por Mapi Quintana, que, además de cantar, tocó el contrabajo, el pandero y la pandereta, y, como trabajo extra, actuó de traductora cuando el artista asturiano requería ayuda para hablar en inglés. Y lo hizo todo con extremo arte.
Y a Rodrígo y Mapi hay que sumar el esencial Juanjo Díaz, percusionista y al frente de las bases electrónicas, y que, aunque se resistió, también cantó una estrofa de una espectacular rumba que en su letra incluso llegó a recordar a los españoles presentes aquella famosa canción de Fórmula V que relataba las visicitudes de Eva María cuando se fue a la playa.
Rodrigo Cuevas, ante el público de Sharjah. (EL CORREO)
En su periplo por Emiratos Árabes, Rodrigo Cuevas también tuvo parada en el Pabellón de España de la Exposición Universal 2020 de Dubai, donde no sólo cantó sino que además mantuvo una animada conversación con el público, en su mayor parte de nacionalidad española.
¿Volverá por estas tierras después de esta primera incursión? El artista dice que "sería raro", pero dado el éxito no debería descartarlo. Procedentes hay que así lo vaticinan. ¡Hasta pronto, Rodrigo!
