jueves. 28.03.2024

Un ánfora cargada de aceite de oliva viaja desde la Bética hacia el Este. Dos mil años después, sus restos fragmentados aparecen bajo la arena de Emiratos Árabes Unidos (EAU) como prueba de una relación milenaria entre pueblos. Son manos españolas, las del restaurador gallego Miguel Ángel Núñez, las que están dibujando esa ruta comercial entre Europa y Oriente Medio y reconstruyen piezas como las que componen este ánfora en el Laboratorio Arqueológico de Sharjah, el centro de conservación más importante de todo EAU. 

Las piezas que llegan a su laboratorio, explica el restaurador en una entrevista concedida a EL CORREO DEL GOLFO, proceden de las excavaciones que llevan a cabo en el país del Golfo no solo el Gobierno local sino también diferentes misiones arqueológicas abanderadas por países como España, Portugal o Bélgica. En el Laboratorio Arqueológico de Sharjah, dirigido por el propio Núñez, también se restauran piezas procedentes de colecciones particulares. La mayoría de las piezas que pasan por sus manos son “materiales para exposiciones”, dice Núñez. 

Miguel Ángel Núñez muestra una de las piezas restauradas en el laboratorio arqueológico que dirige en el emirato de Sharjah. (María Pirén Enciso / EL CORREO)

Generalmente, explica el español, el material que procede de excavaciones llega “destrozado, lleno de carbonato, suciedad que te bloquea la visión del material, una vez que lo limpias sale la pieza como es en color y textura”. Después se reconstruye “si es interesante a nivel didáctico” para que el visitante que la pueda contemplar en un museo no se limite a ver una agrupación de fragmentos sino que aprecie cómo era su forma original. En este sentido, Núñez advierte que en una reconstrucción siempre debe diferenciarse cualquier parte que no sea original empleando, por ejemplo, un material de diferente color.

"Sharjah es la capital cultural del mundo árabe”

Entre todas estas obras, asegura Núñez, “hay piezas excepcionales” que, principalmente, deben su principal valor a la ubicación de la región. Piezas como el ánfora bética que ha podido reconstruirse con todas sus piezas originales y que atestigua la antiquísima relación comercial entre Hispania y Oriente. “Lo curioso de esta zona geográfica es que viene material tanto de Europa, romano o griego, como de la India”, señala el restaurador. Como ejemplo cita una pareja de figuras hallada en Diwa que representa a los padres de Buda y que, en estos momentos, se encuentra en una exposición en Lisboa. “Son escenas budistas de hace 2.300 años tratadas al estilo grecorromano pero con influencia y personajes indios” que pudieron ser realizadas en un taller de la zona o del área del actual Irán. Piezas como estas, afirma el conservador, “demuestran las relaciones culturales que hay entre Oriente y Occidente”

Ánfora bética hallada en Sharjah que atestigua que la relación entre península Ibérica y Oriente Medio se remonta a 2.000 años. (Cedida)

En un didáctico paseo por su laboratorio, Núñez muestra otra pieza única en bronce, que tiene preparada “para que afloren los cloruros”. Se trata de un bronce en el que pueden distinguirse “un centauro, un monstruo alado, un cocodrilo, animales, un guerrero atacando a un león, un camello amamantando a dos personajes, que recuerdan a Rómulo y Remo, un elefante con tres guerreros… Son combinaciones de mitología india y mediterránea”, explica Núñez. 

El español, que lleva 25 años trabajando en el emirato, primero en misiones temporales sostenidas por el Ministerio de Cultura de España y la Universidad Autónoma de Madrid y desde hace seis años en el laboratorio de Sharjah, considera que la zona tiene un considerable valor arqueológico. “Esto no es tan rico en yacimientos como puede ser Egipto o Grecia pero en información de rutas comerciales es una zona muy importante porque aparecen materiales de Mesopotamia, Fenicia, de Roma, de Grecia, de la Península Ibérica, de la India y hasta de China, aunque de época posterior, de hace 1.000 años”, afirma. “Es una ruta comercial muy importante de Oriente con Occidente y cada vez saldrán más materiales, posiblemente más de Oriente”, considera Núñez. 

Piezas como un ánfora bética que ha podido reconstruirse con todas sus piezas originales atestiguan que la relación comercial entre Hispania y Oriente se remonta a 2.000 años atrás

En el laboratorio de Sharjah, no solo hay piezas de cerámica sino también monedas -como unas imitaciones de hace 2.000 años en las que se incluyó la cara de Alejandro Magno y que muestran la tremenda influencia que el rey macedonio tuvo en la zona durante décadas-, puntas de flecha del Paleolítico, peines de marfil o piedras semipreciosas, de hace 3.000, 2.000 ó 1.000 años. Además de poner de manifiesto las relaciones entre pueblos existentes en la época, las piezas revelan información sobre cómo era la vida hace miles de años, desde los animales domésticos hasta las vestimentas o los enterramientos

El restaurador español muestra una de las piezas que atesora en el laboratorio de Sharjah. (María Pirén Enciso / EL CORREO)

Para que se esté llevando esta labor de recuperación, valora el restaurador, resulta fundamental la apuesta cultural que abandera el emirato de Sharjah. “El gobernante de Sharjah es un historiador y para él la cultura es fundamental, es el símbolo de Sharjah, que es la capital cultural del mundo árabe”, señala. Por ello, el emirato financia un laboratorio dotado con la última tecnología con la que Núñez no solo puede restaurar todas estas piezas que ayudan a reconstruir el pasado sino que presta servicios mucho más pragmáticos. En este sentido, Núñez cuenta que parte de su trabajo consiste en valorar la autenticidad de piezas que la policía ha interceptado a su entrada en el país por aire o mar. Aunque hay piezas que pueden requerir una valoración más exhaustiva, “normalmente las reproducciones suelen ser toscas” y es fácil identificar las falsificaciones con los ojos de un experto. 

El interés de Sharjah por la cultura se traduce también, por ejemplo, en la proliferación de museos en el emirato en una apuesta por la cultura que se ha extendido por el país. “Sharjah era hace años el único que daba protección a la arqueología y ahora ya lo hacen Abu Dhabi y Dubai, todos se han enganchado porque es una fuente incluso económica”, señala. En este sentido, Núñez explica que “hay yacimientos en Dubai donde han aparecido piezas que están restaurando para la Expo que son muy buenas”.

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