viernes. 26.04.2024

Los focos, puestos en él desde que debutara en el Mundial en 2013, volvieron a encenderse a lo grande para verlo volar en Qatar. El inicio de su defensa del título era el nuevo reto y comienza como a él le gusta: con victoria. Marc Márquez comienza el año como terminó el anterior, en lo más alto. El reto le pone líder de MotoGP, subido en el podio junto a Valentino Rossi a la derecha, y Dani Pedrosa, a la izquierda.

Un mes de baja, no muy buenas sensaciones en los entrenamientos, ni en la sesión de clasificación. Aterrizó como pudo, sin preparación física ni sobre la moto. Logró la primera posición en la parrilla de salida, en la última vuelta de la Q2. Ya casi nada sorprende en el piloto de Lérida. Tampoco que la pole no fuera lo que le daría la ventaja. Jorge Lorenzo, dueño de Qatar con cinco victorias en las tres categorías, no perdió las buenas costumbres y dio una nueva lección en la salida. Fiel a su costumbre, no miró atrás, sino hacia un horizonte despejado. Se volvió negro antes de terminar la primera vuelta. Una salida de pista terminó con la moto destrozada y un portazo del piloto de Yamaha que alargó el enfado con los neumáticos Bridgestone. La temperatura ambiental, cada vez más baja, chocaba con los 200 grados a los que se ponían las gomas. Mezcla explosiva que hizo salir por los aires al 99 y, apenas unas vueltas después, a Stefan Bradl. Ambos pilotos vieron negadas sus aspiraciones de título cuando lideraban la carrera.

Dos salidas que dejaron vía libre a Marc Márquez. Todavía pendiente la asignatura de las salidas, no perdió rueda y buscó su momento para ponerse líder. A falta de Lorenzo, fue la otra Yamaha, la de Rossi, la que le puso en aprietos hasta que le relegó a la segunda plaza. Fue el ilerdense el que pasó a azuzar al italiano. Sabía que debía hacerlo pronto y no esperar a las últimas vueltas en las que la experiencia del siete veces campeón del mundo le hacen más peligroso. A nueve para el final, la Honda hizo valer su ventaja en las rectas para que el 93 se pusiera por delante.

A partir de aquí, sudores, temblores, roces, escalofríos, dientes apretados, uñas encajadas en el manillar. Rossi, Márquez, Márquez, Rossi. Un espectáculo de duelo con Dani Pedrosa y Álvaro Bautista, hasta su caída, como invitados a la lucha. A por todas el 46 y el 93, sin importarles nada más que la victoria. O 25 puntos o nada. En la última vuelta la Honda se la jugó para abrir el hueco mínimo para poner su nombre en lo más alto del podio, otra vez. Es su nuevo reto: defender el título. Con uñas, dientes, y un peroné todavía en recuperación.

Fue Márquez el único que escogió el neumático duro atrás. Le había funcionado bien en los días previos y apostó por él. Una estrategia acertada cuando la noche caía sobre Qatar y la temperatura bajaba. Fue la causa de la gran cantidad de caídas que se vieron en MotoGP, muchas más que en Moto2 y Moto3.

Lorenzo, Bautista, Bradl, Iannone, Pol Espargaró... Ejemplos que condicionaron el pilotaje de unos, más lentos a partir de la quinta vuelta. Favoreció la posición final de otros, como Aleix Espargaró, cuarto, que contaba con una única moto para demostrar lo que sabe hacer. Las caídas del sábado obligaron a su equipo a montar un vehículo nuevo con el que ha logrado el mejor puesto de su carrera.

Sonó el himno español en Qatar. En la foto, Márquez con la sonrisa más amplia. Se cambia de año, de moto, de normas. Márquez lo mantiene igual. ABC.es

Marc Márquez hace sonar el himno español en Qatar
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