martes. 23.04.2024

En el banquillo del Al-Ittihad Club de Jeddah se habla español. Técnicos españoles y rumanos que han desarrollado gran parte de su carrera futbolística en España están al frente de un proyecto que aspira a convertir al histórico club de Jeddah en campeón de la Primera División de Arabia Saudita. Como segundo entrenador, es una parte clave del equipo el rumano Laurentiu Rosu, que ha explicado en una entrevista a EL CORREO DEL GOLFO cómo está viviendo la experiencia de ayudar a su compatriota Cosmin Contra a dirigir el juego del actual líder de la liga saudita.

Rosu, que vivió como jugador los años dorados del Recreativo de Huelva, equipo decano del fútbol español, asegura que a lo largo de su carrera profesional siempre ha sido el fútbol el que ha dirigido su destino. Tras pasar siete años en el Steaua de Bucarest, el balón le llevó a España para jugar en el Numancia, equipo donde militó cuatro años. Otros cuatro pasó en Huelva, a donde llegó en 2004. “Tuve la suerte de poder jugar en la mejor época del Recre, subimos a Primera y estuvimos a punto de jugar en Europa, con Marcelino de entrenador, tuvimos buena plantilla, hicimos un trabajo muy bueno y la gente disfrutó muchísimo con nuestro juego”, relata.

Aunque su último año como jugador lo pasó en Cádiz, Rosu sigue vinculado a Huelva, donde tiene su casa y a su familia. Allí pasó el año más crudo de la pandemia y pudo seguir de cerca la caída del Recre a Tercera División. “Fue una pena bajar dos categorías”, admite, aunque cree que el destierro del decano no será largo. “Supongo que ahora van a subir rápido las mismas dos categorías que bajaron y van volver dónde estaban el año pasado”, vaticina.

“No pensé nunca que iba a entrenar por aquí pero cuando me dijeron que veníamos no me lo pensé y dije que sí”

A Jeddah ha llegado este año de la mano de Cosmin Contra, con quien ya coincidió en Rumanía durante su etapa como entrenador, que abrió en 2010 y que le ha llevado también a trabajar como segundo de a bordo con López Caro, Lucescu y Constantin Galca y como primer entrenador en dos equipos de segunda división y en las selecciones sub 18 y sub 19 rumanas.

Cuando Contra se puso en contacto con él para implicarle en su aventura árabe, Rosu no dudó. “No pensé nunca que iba a entrenar por aquí pero cuando me dijeron que veníamos no me lo pensé y dije que sí”. Le entusiasmó implicarse en el proyecto de llevar a un club histórico a recuperar posiciones perdidas en los últimos años. No se equivocó, el Al-Ittihad ya está “peleando para ganar la liga” y es líder de la clasificación. Terminar la temporada como campeones, asegura el rumano, “no va a ser fácil” pero es un objetivo firme. “Hay otros rivales fuertes pero lo vamos a intentar”, garantiza.

El Al-Ittihad es uno de los dos equipos de Jeddah que militan en la primera división árabe. “Es un club histórico, muy querido, con muchos aficionados y desde 2009 no ha ganado la liga y tiene muchas ganas de ganar trofeos”, señala Rosu. Aunque ya han conseguido colocarse en lo más alto de la clasificación, el técnico rumano mantiene la prudencia. “Quedan muchas jornadas y vamos a pelear y ver lo que pasa”, dice.

Además del éxito en lo deportivo, Rosu ha logrado encajar en Arabia Saudita, donde reside desde principios de septiembre. “Es otra cultura, otro mundo diferente pero nos hemos adaptado bastante bien”, admite. La clave es la piña que han hecho en el equipo. “Tenemos un staff unido, que está formado por bastante gente de Rumanía y de España: un entrenador de porteros rumano; Cosmin y yo, de origen rumano pero que vivimos en España; y un preparador físico y un analista españoles”, describe.

Su rutina en Arabia, señala, la marca el balón. “El día a día pasa rápido porque estás siempre preparando entrenos, partidos, pensando en el equipo y en cómo mejorar cosas y la verdad es que nos hemos adaptado bien, tenemos buenas condiciones y lo único que queremos es ganar partidos”, asegura.

Cada vez que puede, Rosu vuela desde Jeddah a España. (EL CORREO)

Cada vez que puede, Rosu vuela desde Jeddah a España. (EL CORREO)

Cuando el fútbol lo permite, Rosu vuelve a España. “Desde que empecé a entrenar mi mujer y mis dos hijas se quedaron en Huelva y cada vez que tengo dos o tres días de descanso y puedo ir a verlas cojo el avión aunque la distancia sea bastante grande”, indica. Sin embargo, el ultimo parón ligero, mientras la selección saudita disputaba la Arab Cup, lo ha pasado en Emiratos, donde su equipo ha jugado tres partidos amistosos contra el  Al Ain, Al Wahda y Al Jazira.

En su etapa saudita Rosu está pudiendo comprobar de primera mano el grado de penetración del fútbol en territorio árabe. El nivel del fútbol profesional en Arabia, valora, se mueve en un terreno medio. “Comparado con España e Italia está por debajo pero comparado con países del Este como Rumanía, Arabia Saudita tiene más nivel”, analiza. El país saudí, explica, “tiene jugadores importantes en la liga, que jugaron en ligas y en equipos muy fuertes de Europa”. Como ejemplo, Rosu cita a Banega, que jugó en el Sevilla y ahora milita en el Al-Shabab de Arabia.

“El tema de la disciplina es muy importante y de momento hemos conseguido que las cosas funcionen"

Respecto a los jugadores árabes, Rosu reconoce que sí es cierto que tienen un grado de implicación diferente a los europeos. “Están acostumbrados a otro ritmo de vida y de entrenos”, admite. Precisamente, intentar cambiar el chip de su plantilla local ha sido una de las claves del planteamiento de su equipo técnico para lograr buenos resultados. “El tema de la disciplina es muy importante y de momento hemos conseguido que las cosas funcionen, no es fácil, porque ellos llevan toda la vida en un ritmo y no se puede cambiar tan rápido pero poco a poco intentamos mejorar cosas y trabajar de la mejor forma y convencer a los jugadores de que es mejor para ellos”, señala.

Entrenar en España es un objetivo que Rosu aún no ha podido cumplir. “No llegué a entrenar en España porque se me ofreció la oportunidad de entrenar en Rumanía y aunque intenté buscar algo en España no resultó”, confiesa. “Al final me busco la vida donde me quieren, en Rumanía me quieren y en España, en algunos sitios donde yo jugué, pienso que la gente me aprecia y está conmigo”, considera el rumano.

De momento, Rosu está muy satisfecho en Arabia. Es un país que comienza a abrirse al turismo, con “cosas interesantes” para visitar aunque no se pueda “comer jamón ni beber cerveza”, bromea. “La verdad es que me gustaría seguir más tiempo por aquí”, confiesa. “Voy semana tras semana y no podemos hacer planes para el año que viene porque no sabemos qué va a pasar”, indica, añadiendo que lo que sí sabe es que quiere exprimir al máximo su primera experiencia en tierras árabes. “No es fácil pero vamos a intentar adaptarnos de la mejor forma posible al ritmo de vida de aquí para seguir creciendo, lo más importante para nosotros es tener buenos resultados para poder seguir y que la gente nos conozca cada vez más”, señala.

 Aunque le gusta hablar de este reto como parte de un equipo, Rosu concreta que sus objetivos personales son “ir creciendo como hasta ahora, ganando experiencia e intentar ganar títulos, eso es lo más importante”. Como jugador, admite, siempre fue “muy competitivo” y lo es ahora como entrenador. “Claro que me gusta ganar y quiero hacerlo y no es lo mismo hacerlo entrenando porque cuando juegas dependes de ti y cuando entrenas dependes de 25 jugadores”, dice. En cualquier caso, tiene confianza en lograr su objetivo de la mano de su equipo. “Si todos ponemos de nuestra parte y aportamos cosas a lo mejor llega lo que deseamos”, asegura.

Rosu, de jugar en el Decano del fútbol español a entrenar al líder de Arabia
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