Acampar en Emiratos: La tradición arraigada en sus orígenes beduinos
03 de marzo de 2025 (08:58 h.)
A medida que las temperaturas permiten salir de los lujosos centros comerciales, muchos campistas incluso instalan alfombras y cojines sobre la arena para formar un majlis
En el desierto, frente a los deslumbrantes rascacielos de Dubai, los habitantes del emirato, que se caracteriza por su lujo y modernidad, abrazan una antigua tradición beduina: acampar. Esta actividad, que parece un contraste radical con la ostentación habitual de la ciudad, cobra vida entre los ciudadanos que buscan simplicidad y conexión con sus raíces.
Jaled al Kaisi, un emiratí de 38 años, resume esta búsqueda de sencillez al compartir su anhelo de disfrutar de cosas simples, como una taza de té. La imagen de autocaravanas y configuraciones rústicas al aire libre resalta una faceta menos conocida de Dubai, donde el Burj Khalifa, la torre más alta del mundo, se erige como símbolo del consumismo.
A medida que las temperaturas permiten salir de los lujosos centros comerciales, muchos campistas incluso instalan alfombras y cojines sobre la arena para formar un majlis, un espacio tradicional para reuniones. La urbanización de Dubai, anteriormente un desierto antes del auge petrolero, ha transformado la vida de los emiratíes, pero la cultura al aire libre persiste.
Wisam Hamad Skandarani, un joven estadounidense-palestino, expresa su pasión por esta tradición familiar. Mientras observa un partido de fútbol bajo las estrellas, comparte su alegría por encontrar este lugar especial, que le permite disfrutar de vistas inolvidables de la ciudad y el mar.
A pesar de que las autoridades miran con indulgencia este campamento improvisado, los participantes son conscientes de su naturaleza efímera. “Es un paraíso surrealista”, afirma Sophie Ullrich, una turista alemana que también se ha sumado a esta experiencia única en el vibrante corazón de Dubai. Sin duda, estos momentos de conexión con la naturaleza evocan un legado cultural que, a pesar de la modernidad, sigue vivo en el espíritu de los emiratíes.
Jaled al Kaisi, un emiratí de 38 años, resume esta búsqueda de sencillez al compartir su anhelo de disfrutar de cosas simples, como una taza de té. La imagen de autocaravanas y configuraciones rústicas al aire libre resalta una faceta menos conocida de Dubai, donde el Burj Khalifa, la torre más alta del mundo, se erige como símbolo del consumismo.
A medida que las temperaturas permiten salir de los lujosos centros comerciales, muchos campistas incluso instalan alfombras y cojines sobre la arena para formar un majlis, un espacio tradicional para reuniones. La urbanización de Dubai, anteriormente un desierto antes del auge petrolero, ha transformado la vida de los emiratíes, pero la cultura al aire libre persiste.
Wisam Hamad Skandarani, un joven estadounidense-palestino, expresa su pasión por esta tradición familiar. Mientras observa un partido de fútbol bajo las estrellas, comparte su alegría por encontrar este lugar especial, que le permite disfrutar de vistas inolvidables de la ciudad y el mar.
A pesar de que las autoridades miran con indulgencia este campamento improvisado, los participantes son conscientes de su naturaleza efímera. “Es un paraíso surrealista”, afirma Sophie Ullrich, una turista alemana que también se ha sumado a esta experiencia única en el vibrante corazón de Dubai. Sin duda, estos momentos de conexión con la naturaleza evocan un legado cultural que, a pesar de la modernidad, sigue vivo en el espíritu de los emiratíes.