La autopista más recta del mundo, la Highway 10 de Arabia Saudí, presenta un reto insólito para conductores y transportistas que se enfrentan a sus 240 kilómetros sin curvas en el desierto del Rub' al Khali. Esta vía, que se extiende desde Ad Darb hasta Emiratos Árabes Unidos, ha evolucionado de conexión real a arteria fundamental para el comercio entre las regiones.
Originalmente construida para el rey Fahd, hoy soporta tráfico pesado con límites de velocidad ajustados, maximizando la seguridad en su trayecto invariable. Sin montañas ni valles que sortear, la monotonía visual sobre este asfalto puede inducir somnolencia, requiriendo atención constante ante riesgos imprevistos como camellos errantes.
El Ministerio de Transporte saudí no escatima recursos en medidas de seguridad, desde barreras protectoras hasta señalizaciones reflectantes, asegurando un viaje más seguro pese a la fatiga inherente a su rectitud extrema. La Highway 10 es más que un camino sin curvas; es un desafío que conecta culturas y economías bajo el abrasador sol del Medio Oriente, reflejando el contraste entre simplicidad y complejidad logística.
