15 de septiembre de 2025, 7:53
Emiratos Árabes Unidos, junto a Estados Unidos, Arabia Saudí y Egipto, solicitaron el viernes una “tregua humanitaria” de tres meses en Sudán, donde un conflicto civil ha desatado una de las peores crisis humanitarias del mundo. Desde abril de 2023, el país africano ha sido escenario de una guerra entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Los ministros de Exteriores de estas naciones han emitido un comunicado conjunto en el que establecen varios principios orientados a poner fin a la violencia. La tregua propuesta tiene como objetivo facilitar la “rápida” llegada de ayuda humanitaria en todo el territorio sudanés y conducir “de inmediato a un alto el fuego permanente”.
Además, los cuatro países aseguran que es fundamental iniciar un proceso de transición inclusivo y transparente dentro de un plazo de nueve meses. Este proceso debería ayudar a cumplir las aspiraciones del pueblo sudanés por establecer un gobierno civil independiente con amplia legitimidad y rendición de cuentas, un aspecto crucial para asegurar la estabilidad a largo plazo en la región.
Asimismo, se comprometieron a “seguir de cerca la implementación” de estos compromisos y subrayaron que no existe una solución militar viable al conflicto. En este sentido, instaron a todas las partes a garantizar el acceso humanitario y a proteger a la población civil.
El conflicto, que ha dejado más de 30.000 muertes según la fiscalía sudanesa, fue desencadenado por las tensiones sobre la integración de la RSF en las Fuerzas Armadas, frustrando la transición iniciada tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir en 2019. Los países firmantes también denunciaron la participación de actores externos, resaltando que su retirada es esencial para poner fin a la crisis actual.
Los ministros de Exteriores de estas naciones han emitido un comunicado conjunto en el que establecen varios principios orientados a poner fin a la violencia. La tregua propuesta tiene como objetivo facilitar la “rápida” llegada de ayuda humanitaria en todo el territorio sudanés y conducir “de inmediato a un alto el fuego permanente”.
Además, los cuatro países aseguran que es fundamental iniciar un proceso de transición inclusivo y transparente dentro de un plazo de nueve meses. Este proceso debería ayudar a cumplir las aspiraciones del pueblo sudanés por establecer un gobierno civil independiente con amplia legitimidad y rendición de cuentas, un aspecto crucial para asegurar la estabilidad a largo plazo en la región.
Asimismo, se comprometieron a “seguir de cerca la implementación” de estos compromisos y subrayaron que no existe una solución militar viable al conflicto. En este sentido, instaron a todas las partes a garantizar el acceso humanitario y a proteger a la población civil.
El conflicto, que ha dejado más de 30.000 muertes según la fiscalía sudanesa, fue desencadenado por las tensiones sobre la integración de la RSF en las Fuerzas Armadas, frustrando la transición iniciada tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir en 2019. Los países firmantes también denunciaron la participación de actores externos, resaltando que su retirada es esencial para poner fin a la crisis actual.