El Tribunal Penal de Dubai condenó a una mujer africana a dos años de cárcel seguidos de la deportación y la multó con 30.000 dirhams por cargos de atraer a un asiático a un centro de masajes falso, donde fue detenido, agredido y robado de su tarjeta de débito bajo coacción. La acusada actuó con la ayuda de otras tres que siguen prófugas.
El caso se remonta a septiembre del año pasado cuando un asiático presentó una denuncia en la que afirmaba que una banda de cuatro mujeres africanas lo había asaltado y robado bajo coacción. Según su declaración en las investigaciones, llamó a un número que pertenecía a un centro de masajes, según la publicación de un anuncio en las redes sociales.
Tan pronto como llegó al centro, fue sorprendido por una mujer africana que lo empujó dentro del apartamento y otras tres mujeres lo esperaban con palos en las manos. Tras agredirlo, las mujeres lo obligaron a entregarles su tarjeta de débito y PIN, tras lo cual una de ellas salió del centro a retirar 30.000 dirhams mientras las demás continuaban con las agresiones y lo fotografiaban desnudo.
Inmediatamente después de que la mujer regresara, las delincuentes le permitieron irse pero lo amenazaron con publicar sus fotos en las redes sociales si denunciaba el incidente a la policía. Un policía declaró en las investigaciones que un equipo de detectives reunió inferencias y logró localizar el centro falso, que resultó ser un apartamento alquilado por un hombre africano, que estaba fuera de Emiratos Árabes Unidos en ese momento.
Los detectives también encontraron que una de las sospechosas se encontraba en un emirato vecino y, en consecuencia, la arrestaron. Confesó haber participado con otras para atraer a los hombres a través de un anuncio que mostraba a una mujer europea que ofertaba servicios de masaje.
