viernes. 29.03.2024

Sin duda, José Miguel Soto (Santiago de los Caballeros, 1956) es una personalidad muy especial. Poeta, militar y político, el nuevo embajador de la República Dominicana en Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha alcanzado las cotas más altas en muy diversos frentes. Fue el ministro de Defensa que ha permanecido más tiempo en el cargo en el país caribeño; es miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y escritor galardonado; y desde el Ejército, donde alcanzó la mayor graduación, ejerció puestos como el de agregado militar en Washington y representante ante la Junta Interamericana de Defensa. Tras su paso por Taiwán como embajador, Soto ha aterrizado en Emiratos Árabes dispuesto a jugar las cartas que ha aprendido a usar en su dilatada y polifacética carrera profesional. Lo hace con un claro objetivo, conseguir que reforzar lazos entre países sea algo más que un estereotipo y que tanto la República Dominicana como Emiratos Árabes puedan sacar el máximo partido a sus puntos de conexión.

La dominicanidad es un tema esencial en la vida del embajador Soto. (Musthaq Thuyyadi Chek / EL CORREO)-¿Qué destaca de su polifacética vida profesional?

Llama mucho la atención que un militar tenga otras vertientes vocacionales. Mi vida ha estado marcada desde el principio por tres facetas que tienen muy mala reputación: la literatura, la vocación militar y la política. Lo importante del caso es que yo no veo contradicción alguna. En las tres he gozado de la fortuna de tener éxito. No hay contradicción porque el elemento fundamental es el hombre, con sus vertientes. En las tres puedes aplicar los elementos intrínsecos de la personalidad humana: la pasión, el trabajo, la fuerza; y, además, las famosas virtudes militares, muy desconocidas o renegadas: la disciplina, el concepto de la integridad, del honor, su vocación al trabajo, de servicio. Esas mismas vertientes son obligadas en cualquier actividad humana, sobre todo para tener éxito.

-¿Son compatibles los intereses diplomáticos y militares?

No solo son compatibles sino que tienen las mismas raíces históricas porque en ambos casos en su origen está el conflicto y hay una estrecha relación. Una de las condiciones que debe tener el general es un gran componente diplomático, porque maneja la diplomacia. Lo militar interviene cuando ya se han agotado los esfuerzos diplomáticos.

“Los intereses militares y diplomáticos no solo son compatibles sino que tienen las mismas raíces históricas porque en ambos casos en su origen está el conflicto”

-¿Prefiere ejercer de militar o de diplomático?

Cada momento de la vida tiene su encanto. En los orígenes de mi carrera, el poeta se puso a dormir cuando surgieron los afanes de la vida militar. En mi país los militares no pueden participar en política. Puse a dormir al poeta para entregarme a la carrera militar, pero siempre el escritor estuvo ahí y yo le busqué caminos dentro de la milicia para desarrollarme en ese ámbito. Cuando me enfrenté a la posibilidad cierta del retiro, con muy buen nicho porque era una figura bastante conocida en los medios intelectuales, pude usar el aval de la carrera militar para entrar en el mundo de la diplomacia y de la política. No es un asunto de preferencia, ya mi carrera militar terminó y ahora de manera exitosa estoy desarrollando otros campos de mis otras tendencias ocupacionales. Me he podido dedicar más a la literatura con muchas herramientas de la vida militar, como es la estrategia geopolítica, y también entregarme a la diplomacia, actividad por la que tengo una especial simpatía.

-Se encuentra, entonces, en el instante más pleno de su carrera, donde confluyen el poeta, el estratega, el pensador, el militar y el diplomático…

Sí y, además, yo siempre lo veo desde el punto de vista no del nacionalismo sino de la dominicanidad. La diplomacia es una forma simplemente espléndida de ejercer la dominicanidad, de trabajar por la dominicanidad para servir a los intereses nacionales. La diplomacia en este mundo de la globalización juega un papel fundamental. Antes, lo militar y lo político eran los goznes de la actividad diplomática, pero ahora hay una escuela, la interméstica, que tiene que ver con lo que mueve la gran dinamo de la historia en la actualidad, con la economía, el comercio, y la diplomacia juega un papel fundamental en esas relaciones colaterales.

“Emiratos Árabes juega un papel transicional que rompe con las estructuras tradicionales”

El embajador Soto no duda en afirmar que puso “a dormir al poeta" para entregarse "a la carrera militar". (Musthaq Thuyyadi Chek / EL CORREO)-¿Es Oriente Medio una región interesante para un militar diplomático?

Es fascinante porque aquí se está desarrollando el transcurrir de la historia. Este es un epicentro fundamental por muchas razones y, dentro de ese epicentro, Emiratos Árabes juega un papel transicional que rompe con las estructuras tradicionales. Por ejemplo, este es un país donde se hace culto a la paz y a la estabilidad, necesario para echar adelante sus proyectos, que están bastante adelantados. Aquí no encuentras la plaga del terrorismo. Creo que se debe reforzar más el aspecto educacional en el mundo para dejar claro que el Islam es una religión de paz, que promueve la paz. En ese sentido no caben los fundamentalismos y los radicalismos. El papel que juega Emiratos desde el punto de vista financiero y del desarrollo mundial en ese clima de importancia geopolítica es fundamental. Creo que eso es algo que hay que copiar. 

-¿Cómo encajó su designación como embajador en Emiratos Árabes Unidos?

No fue una elección mía, pero sí una designación que vi con mucho agrado, sobre todo porque también fui mucho tiempo profesor de Estrategia y de Geopolítica en la Escuela de Guerra y esta  región, como estudioso, me llamaba mucho la atención, sobre todo porque es un punto neurálgico, un epicentro de toda la situación estratégica. Ese fue el primer gusanillo de interés para venir.

"Estuve en la guerra del Golfo. Era ministro de Defensa y fui a visitar mis tropas; viajé a  Kuwait, Irak y Egipto y después a Estambul"

-¿Conocía Emiratos Árabes o la región?

Había estado en la región. Estuve en la guerra del Golfo. Era ministro de Defensa y fui a visitar mis tropas; viajé a  Kuwait, Irak y Egipto y después a Estambul. Sobre Emiratos Árabes pienso que es un gran país, sobre todo por lo que ello significa como proyecto. Es un proyecto que rompe con todos los esquemas de país que conoces. Estoy enamorado. El calor no me afecta tanto, soy caribeño. Es un país encantador y rodeado de cultura y de historia, pero no de cultura estereotipada, que tenga que ver con la zarzuela, el violín, el arpa… Pienso que la cultura es cómo se expresan los grupos humanos en función de la vida cotidiana, eso es la cultura. Me fascina el apego con tolerancia al Islam, su actitud religiosa. Cada vez que oigo el llamado a oración me traslado inmediatamente a ese apego.

-¿Cuáles son sus principales objetivos en esta misión?

Estrechar los lazos entre Emiratos y nuestro país. Creo que hay articulaciones ya probadas, por ejemplo, hay una serie de inversiones de Emiratos en República Dominicana que han sido muy exitosas. En la República Dominicana ahora se está descubriendo Emiratos y ha aumentado doblemente el intercambio turístico. Son cada vez más frecuentes las visitas de esos grupos de turistas. Pero hay que ampliar ese horizonte. Otras metas son el asunto aeronáutico, que haya vuelos directos. Hay muchos retos, sobre todo en el campo del intercambio comercial, que es la fuerza que mueve el mundo y en muchos casos la diplomacia se ha convertido en eso básicamente. Soy consciente de que hablar de estrechar lazos es un estereotipo. Y en esa línea hay que darle vida al concepto. No es fácil porque se trata de una labor muy encajonada en las normas internacionales y hay una competencia enorme de todos los países que quieren participar precisamente en ese famoso intercambio comercial.

"El control migratorio para la República Dominicana y el Caribe entero es un gran problema. Creo que debemos aprender de Emiratos Árabes, naturalmente climatizando con nuestra realidad"

-¿Qué puede encontrar República Dominicana en Emiratos Árabes y qué ofrece?

Hay mucho que ofrecer, no sólo turismo. La República Dominicana tiene un lugar geoestratégico fundamental. Somos el centro geográfico del Caribe insular y el Caribe no solo es un sitio de tránsito, es una frontera, y nosotros somos el centro geográfico de esa frontera para acceder no solamente a Centroamérica y otras partes del Caribe sino a todo lo que es su cuenca. Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia o Panamá son parte del Caribe y nosotros somos el centro geográfico de la puerta de acceso. En el mundo de la globalización hay mucho que ofrecer para exportar. Y debemos explotar esa posición geográfica que tiene un valor comercial importante, no solo en cuanto a las rutas sino también a la hora de hablar del trasiego de mercancías. 

El embajador dominicano, durante la entrevista. (Musthaq Thuyyadi Chek / EL CORREO)-Es una posición similar a la que tiene Emiratos Árabes en su región…

Sí, es así. Nosotros tenemos cosas que aprender de aquí. El control migratorio para la República Dominicana y el Caribe entero es un gran problema. Creo que debemos aprender de Emiratos Árabes, naturalmente climatizando con nuestra realidad.

-¿Qué recibimiento le han dispensado las autoridades?

Muy bueno. Es otra cultura pero pienso que he tenido una magnífica recepción. 

-¿Cómo son las relaciones con el resto de embajadores y diplomáticos hispanos?

Fascinantes. Medios como este periódico juegan un papel fundamental en esas relaciones. El poder expresarse en español tiene una fuerza de una importancia capital.

“Hay muchos retos, sobre todo en el campo de intercambio comercial, entre República Dominicana y Emiratos Árabes”

-¿Qué posibilidades le ve al español en Emiratos Árabes Unidos?

Debemos hacer cosas. En Taiwán se hacía un festival latinoamericano para el fomento del aprendizaje en español y había una feria del libro. El español entra en la medida en que se fomenta el aprendizaje de la lengua. Es un gran paso, toma su tiempo pero pienso que hay mucho que hacer y se puede hacer. Hay que comenzar de dentro para fuera, cimentando esos lazos entre la comunidad diplomática, luego cada embajada latinoamericana tiene que hacer su labor con sus nacionales, que ellos sientan que es su casa y reflejar de forma conjunta actividades que promuevan la cultura hispanista.

-¿Y, como escritor, qué temas le resultan de más interés a la hora de publicar libros?

La gente tiene la opinión de que un escritor escribe sobre muchos temas. Yo pienso que los escritores escriben siempre sobre un solo tema y le dan vueltas. Mi tema es la historia. He sido galardonado con un premio nacional por el asunto de la historia. Mi tema es la dominicanidad, al que me he entregado con fruición. Dentro de este tema se puede decir que trato de sintetizar, de buscar la síntesis de la dominicanidad. La identidad es un proceso que no termina nunca, en continua evolución. La dominicanidad es una mezcla y dentro de esa mezcla lo dominante son las raíces hispánicas, la cultura española, después climatizada en un proceso histórico bastante convulso. Junto con otros elementos se ha cocido en el horno de la historia; ahí está la cultura indígena, africana y la influencia anglosajona, sobre todo norteamericana. Todo deja profundas raíces.

"Medios como este periódico, EL CORREO DEL GOLFO, juegan un papel fundamental en esas relaciones; el poder expresarse en español tiene una fuerza de una importancia capital"

-A pesar de los conflictos entre dominicanos y españoles no quedó escollo…

La guerra de la restauración fue una guerra de liberación nacional muy cruenta, es más, la estrategia de los restauradores fue el concepto de tierra arrasada y con una mortandad terrible porque había un bando de la dominicanidad que apoyaba a los españoles. Ahí se produjo una guerra civil, pero hoy no hay carga de resentimiento histórico y los núcleos que existen los considero ridículos. Es como si tú quisieras destilarte la sangre y sacarte la presencia española o sacarte de la boca las palabras. Por otro lado, en la República Dominicana también hay muchos árabes, de países como Siria, Jordania y Líbano, que son un grupo económico muy fuerte y muchos de ellos también han alcanzado notoriedad política. En la República Dominicana no hay el menor asomo de esas discrepancias que existen entre los árabes, los judíos… Hacen negocio, hasta se casan. 

Rafael Unquiles -izquierda-, autor de la entrevista, atiende a las respuestas del embajador José Miguel Soto. (Musthaq Thuyyadi Chek / EL CORREO)-¿Qué valor le da a que un país que se considera profundamente islámico propicie el afloramiento de otras religiones, como se vio en el recibimiento que dispensó Emiratos Árabes al Papa Francisco el pasado mes de febrero?

Debemos volver a cómo el Islam promueve la paz. A diferencia de lo que se puede pensar, el Islam no aplicaba el genocidio ni la ejecución salvo en casos extremos. Los que aplicaban el genocidio contra los infieles eran los occidentales, que decapitaban y quemaban, pero el Islam no, había tolerancia, respetaban la fe aunque lo ideal era que te convirtieras a la suya. Es un asunto de concepto, el Islam promueve los valores humanistas que nosotros promovemos en Occidente. No me deja de fascinar el respeto que el Islam tiene por Abraham o Isaac, el respeto que se tiene por Jesucristo. Pienso que la cultura es una parte fundamental de la identidad nacional y que sobre esas coincidencias culturales debemos cimentar nuestras relaciones históricas.

"El 90 por ciento de mis miles de seguidores en Twitter son mujeres; es un fenómeno muy interesante, siempre enmarcado en la poesía"

-En su literatura el amor también tiene un papel muy destacado…

Si no fuera por eso… No solo hay que hablar del amor sino de la mujer. Creo que la mujer es una parte crucial en la vida y las interrelaciones humanas. Eso juega un papel fundamental de mi vida. La época más provechosa de mi vida siempre ha sido aquella en que estoy enamorado. Creo que ahora más que nunca el amor juega un papel fundamental, sobre todo porque en Occidente se ha perdido mucho ese romanticismo tradicional. Nosotros decimos en el Caribe que las mujeres se enamoran y se cautivan por el oído. Estamos faltos de ese romanticismo, de la galantería. Se ha perdido mucho ese encanto del romanticismo y en eso la poesía juega un papel fundamental.

-Tiene 90.000 seguidores en Twitter. ¿Se considera un ‘influencer’?

Podrían ser muchos más pero me he retirado bastante de Twitter por razones ocupacionales. No hago labor para crecer más, pero puedo decir que un 90 por ciento de mis miles de seguidores son mujeres. Es un fenómeno muy interesante, siempre enmarcado en la poesía. Todavía recibo mensajes de personas que me escriben para agradecerme el que utilizando mis tuits de amor hayan conquistado a su novia. Me piden permiso para usarlos. Y les digo que pueden usarlos como quieran. En poesía, la mujer y el amor son el centro de gravedad.

"El Islam promueve los valores humanistas que nosotros promovemos en Occidente"
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