viernes. 19.04.2024

Desde su particular despacho en el National Media Council de Abu Dhabi, en el que guarda un centenar de libros sobre la historia de Emiratos junto a antiguos botijos y rosas del desierto, Peter Hellyer, actual consejero para la institución, cuenta su propia historia. Se remonta a los años 70 cuando trabajaba como periodista en Londres. Siguiendo su oficio, había viajado por infinidad de países árabes como Yemen, Egipto o Jordania, entre otros. Durante esa década su compañía recibió un encargo muy especial: buscaban una persona que viajara a Abu Dhabi para grabar y documentar al presidente del país, la persona que unificó los siete emiratos, el Padre Zayed. Hellyer, familiarizado con Oriente Medio, resultó ser el candidato ideal. “Por supuesto que iré”, fue su respuesta ante tal oferta.

Maleta en mano llegó al Abu Dhabi de 1975, una ciudad pequeña en un país de poco más de medio millón de habitantes. Él mismo recuerda como a las afueras de las ciudades, en las montañas, las personas seguían viviendo de la manera más tradicional, igual que en los siglos pasados. Los emiratos eran definitivamente muy distintos. “Ras al-Jaima era el salvaje oeste”, cuenta entre risas.

Trabajó mano a mano con el jeque Zayed; juntos viajaron por todo el mundo, haciendo visitas oficiales en los cinco continentes. Hellyer siempre estaba ahí registrando todo con su cámara. Con el paso de los años, entablaron una relación próxima que le llevó a conocer al jeque de manera más personal. “Él era muy carismático, muy especial, recto y honesto, un líder muy determinado”, explica mientras recuerda algunas de sus anécdotas. Lo describe como una persona próxima y entregada a su pueblo: “Lo solías ver en la ciudad, iba al mercado, miraba los precios, probaba la fruta, hablaba con los vendedores, le gustaba mezclarse con la gente”.

El jeque Zayed Bin Sultan Al Nahyan, a cuyo homenaje se dedica el año 2018, fue presidente de Emiratos Árabes Unidos desde la formación de la Federación el 2 de diciembre de 1971 hasta su fallecimiento el 2 de noviembre de 2004. Además, ocupó el cargo de gobernante de Abu Dabi desde 1966. Había nacido alrededor de 1918 en Abu Dhabi y era el más joven de los cuatro hijos del jeque Sultán Bin Zayed Al Nahyan, soberano de Abu Dhabi desde 1922 hasta 1926. Cuando el jeque Zayed nació, el emirato era pobre y subdesarrollado, con una economía basada principalmente en la pesca y el buceo en busca de perlas y en una simple agricultura en los dispersos oasis.

Ahora, Hellyer ha contribuido literalmente a la recopilación de la historia de Emiratos Árabes, siguiendo una de sus grandes pasiones. En el año 1992 fundó 'The Abu Dhabi Islands Archaeological Survey', encargados de las búsquedas arqueológicas en algunas de las islas de Abu Dhabi. El equipo de Hellyer, con él al frente, halló los yacimientos de un monasterio con 1400 años de antigüedad, recuperando así una importante parte de la historia perdida de Emiratos, un lugar donde las religiones convivían, muestra de la tolerancia que ha acompañado a estas tierras a lo largo de los siglos. 

LA NACIONALIDAD EMIRATÍ, UN REGALO DEL JEQUE ZAYED

Los tiempos han cambiado y él continua en el país. Emiratos es su hogar, es uno de los pocos extranjeros que disponen de nacionalidad: “Fue un regalo del jeque Zayed”, confiesa. A lo largo de las últimas cuatro décadas, ha visto como los emiratos evolucionaban a un ritmo estrepitoso. El petróleo como fuente de ingresos brindó bonanza y calidad de vida a sus gentes y la llegada de compañías extranjeras y expatriados convirtieron la zona en un destino atractivo dentro de Oriente Medio.

Inevitablemente, la sociedad cambió al mismo ritmo que lo hacían las grandes ciudades. Los jóvenes disfrutan hoy de una vida mucho más acomodada que las generaciones pasadas. “Las antiguas generaciones sabían lo que era ser pobre y no tener educación, no tener aire-acondicionado, no tener facilidades en infraestructura, también sabían lo que era tener hambre”, señala Hellyer. “Se tiene que hacer ver a las nuevas generaciones lo afortunadas que son y alentarlas a seguir mejorando el país”, subraya.

Cada mañana, antes de entrar en la oficina, se sienta bajo la sombra de uno de los arboles que rodean el parque frente al Ministerio donde trabaja. Con sus prismáticos y un café, observa los pájaros que se acercan a beber en uno de los riegos de agua cercanos. “Esto es algo que no podría hacer en Londres, viviría con más estrés”. Definitivamente, Hellyer está donde quiere estar, en el país donde ha pasado los últimos 43 años de su vida.

Peter Hellyer, el periodista que siguió día a día al jeque Zayed durante 30 años
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