viernes. 26.04.2024

Cuando los equipos internacionales de búsqueda y rescate intentaban evacuar a los sobrevivientes del terremoto, Manhal Tarraf, de 40 años, fue el primero en sacar a su esposa y a su hija de un año de debajo de los escombros.  Tarraf estaba en la tienda donde trabaja la mañana del 6 de febrero. Su esposa, Rawan Al Essa, sobrevivió al terremoto pero su única hija, Maryam, no.

“Estaba durmiendo con mi hija en mis brazos y mi hermana a mi lado en la cama cuando ocurrió el terremoto y cuando abrí los ojos, mi hija estaba muerta en mis brazos y mi hermana fallecida a mi lado”, dijo Al Essa. desde su cama de hospital en Sheikh Shakhbout Medical City de Abu Dhabi (SSMC). La joven, de 30 años, padecía síndrome de aplastamiento, así como insuficiencia renal y tenía sangre en los pulmones.

Fue trasladada en avión junto con otros nueve para recibir tratamiento en Emiratos Árabes Unidos, donde los médicos ahora esperan que esté lo suficientemente bien como para recibir el alta la próxima semana. Cinco pacientes adultos fueron trasladados al SSMC, mientras que cinco niños de nueve, diez, 12, 14 y 16 años fueron trasladados a Sheikh Khalifa Medical City. Algunos de ellos no tuvieron tanta suerte, como dos que tienen lesiones cerebrales traumáticas y una madre que perdió a sus cuatro hijos y ahora está paralizada de la cintura para abajo.

Por su parte, Ali Yosef Ramo, de 43 años y padre de cuatro hijos, también fue trasladado en avión a Abu Dhabi para recibir atención médica urgente. “Soy uno de los afortunados”, dijo Yosef que perdió a su hijo de 10 años y a su esposa, que estaba embarazada de dos meses, cuando se produjo el terremoto. “Conozco familias enteras que han muerto y otras que han perdido a todos sus hijos. Doy gracias todos los días y veo este terremoto como un llamado de atención para que estemos más cerca de Dios”.

“Mi hijo y mi esposa no están muertos. Sé que están en un lugar mejor y cuando cierro los ojos, todavía puedo sentirlos a mi alrededor, diciéndome que están bien”. Dos hijas de Ramo, de 18 y 15 años, y su hijo de 14, sobrevivieron al terremoto, son cuatro de las menos de diez personas que salieron con vida en su edificio en Latakia, donde vivían más de cien vecinos. “Cuando pasó el terremoto, grité que todos se pararan al lado de uno de los pilares de la casa. Podía escuchar a la gente gritar y correr hacia las escaleras, pero les dije a mis hijos que no abrieran la puerta porque sabía que era lo mejor que podía hacer. “Unos minutos después, estaba bajo los escombros y si las losas de cemento se hubieran movido unos centímetros, estaría muerto”. Permaneció atrapado durante siete horas. “Fue peor que estar en una tumba. Cuando me sacaron, sentí que salía de un pozo profundo”, agregó Ramo, según publicó este sábado el diario The National.

El doctor brasileño Marcelo Ribeiro, cirujano general consultor de SSMC, explicó que tanto Ramo como Al Essa podrían ser dados de alta la próxima semana. Sin embargo, otros dos pacientes que fueron trasladados a Emiratos sufrieron lesiones cerebrales traumáticas. “Están estables, pero veremos cómo progresan”, continuó. “Reciben la mejor atención posible y esperamos que todos se recuperen a su debido tiempo”.

“En el hospital de Siria, había una máquina de rayos X para más de 1.000 pacientes. Casi no había equipo médico", recordó Tarraf. “Estamos agradecidos con Emiratos Árabes y la jequesa Fatima por traernos a recibir tratamiento, comenzando con el avión que tenía un médico dedicado para cada paciente y las ambulancias  y ahora esto”. Los pacientes fueron trasladados la semana pasada en un vuelo especial de evacuación que incluía médicos, anestesiólogos, técnicos y paramédicos, así como equipamiento médico de última generación. La misión fue llevada a cabo por Emirates Crescent, el brazo humanitario del Gobierno de EAU, en asociación con el Ministerio de Salud de Siria, bajo la dirección de la jequesa Fatima, Madre de la Nación.

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