viernes. 29.03.2024

El vicepresidente de la República Islámica de Irán llegó el sábado por la tarde a Bogotá, como uno de los invitados especiales al juramento de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia, lo que originó alertas tanto dentro como fuera del país, debido al historial de derechos humanos de esta República islamista, señalada por albergar, e incluso financiar, a grupos terroristas como Hamas, Hezbollah y la Yihad Islámica.

Las mujeres, las personas LGBTI y las minorías étnicas y religiosas sufren violencia y discriminación arraigada en la República Islámica. La Unión Europea y varias asociaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch  (IHR), denuncian continuamente  la situación catastrófica con respecto a los derechos humanos que se vive en el país.

La libertad de expresión o el derecho a manifestarse están prohibidos en Irán y se tortura de forma generalizada y sistemática, incluida la negación de atención médica adecuada a personas que se encuentran bajo custodia.

Las mujeres iraníes están obligadas por ley a llevar el velo desde los nueve años. La valiente abogada Nasrim Sotoudeh permanece en prisión desde 2018 por defender a las activistas detenidas tras participar en acciones callejeras para solicitar la retirada del velo obligatorio.

Un informe de IHR publicado en octubre del año pasado señaló que al menos 164 mujeres fueron ejecutadas entre 2010 y octubre de 2021. Pero los activistas están alarmados por un aumento en las ejecuciones en Irán este año, coincidiendo con el ascenso del exjefe judicial Ebrahim Raisi a la presidencia en 2021 y las protestas por la crisis económica. Al menos 306 personas han sido ejecutadas hasta ahora en Irán en 2022.

El vicepresidente de Irán asiste en Bogotá a la toma de posesión de Petro
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