miércoles. 24.04.2024

La desesperación en la que viven sumidas muchas familias en Yemen, tras casi cuatro años de conflicto que han dejado sin ingresos a buena parte de la población y con los precios de los alimentos por las nubes, está haciendo aumentar los casos de matrimonio infantil en un país donde esta ya era un práctica común, según denuncia Oxfam.

Desde el inicio de la guerra, muchos yemeníes se han quedado sin sus medios de vida, incluidos quienes trabajaban para el Estado y que llevan meses sin cobrar sus salarios, mientras que los precios de los alimentos han llegado a unos niveles fuera del alcance de muchas familias en el que ya era el país más pobre de la región antes de marzo de 2015.

Tras hablar con familias de desplazados en la provincia de Amran, en el norte del país, Oxfam ha constatado que algunas se han visto forzadas a casar a sus hijas, en uno de los casos con tan solo 3 años, con el fin de poder comprar comida y tener un refugio para salvar al resto de miembros.

Las familias yemeníes pueden estar compuestas por hasta 15 personas, incluidos los miembros de mayor edad que necesitan atención especial y medicación, lo que contribuye a aumentar la carga ya de por sí insostenible, explica la ONG en un comunicado. "Aunque el matrimonio infantil ha sido desde hace tiempo una práctica en Yemen, casar a las niñas a una edad tan temprana ante la desesperación de comprar comida es impactante", reconoce Oxfam.

En el caso de Malak, de 13 años, tuvo que casarse para que con su dote su familia pudiera comprar la prótesis que necesitaba su hermano Shadi, de 5 años, quien perdió una pierna. La familia vivía en un campo de desplazados tras huir de los combates y de haber contado con los medios, aseguran tanto Malak como su madre, nunca habrían aceptado el matrimonio de esta.

Según Oxfam, por lo general se suele esperar a que las niñas tengan 11 años para consumar el matrimonio. Mientras esto ocurre, añade, las menores realizan las tareas del hogar en la casa de su marido. A Hanan, de 9 años, casarse le ha obligado a dejar de ir a la escuela. "Mi suegra me golpea y cuando me escapo a casa de mi padre, mi padre me golpea de nuevo por huir. No quiero estar casada", confiesa la menor a Oxfam. "Solo quiero volver a la escuela", asegura. 

Sus padres, que también han casado a su hermana de 3 años, saben que lo que han hecho está mal pero defienden que la dote por sus dos hijas era la única forma que tenían de mantener al resto de la familia con vida. "Ante la continuación de la guerra, los medios de subsistencia de la población con elevados niveles de hambre se han vuelto cada vez más desesperados", reconoce el director de Oxfam en Yemen, Muhsin Siddiquey.

"Se están viendo forzados a dar pasos que arruinan las vidas de sus hijos ahora y para las próximas décadas", lamenta, subrayando que "esto es resultado directo de una catástrofe obra del hombre provocada por el conflicto". Por ello, el responsable de Oxfam llama a la comunidad internacional a "hacer todo lo que esté en su poder para poner fin a los combates y garantizar que el pueblo tenga los alimentos, el agua y las medicinas que tan desesperadamente necesitan".

Los enfrentamientos han forzado a muchas familias a huir hacia zonas aisladas en las que no hay infraestructuras básicas como escuelas, redes de agua y saneamiento o centros de salud. En muchos casos, explica Oxfam, viven en pequeñas tiendas de campaña o casas de barro sin apenas protección frente el sol, la lluvia o las gélidas temperaturas invernales.

Sin ingresos y con apenas oportunidades de trabajo, muchas familias no pueden permitirse comprar suficientes alimentos y optan por saltarse comidas, comiendo solo pan y te, comprando a crédito o mendigando.

En un sondeo realizado por Oxfam en Taiz (sur) a finales de 2018, el 99 por ciento de los consultados dijeron que los adultos habían reducido la ingesta de comida para dar más a sus hijos y el 98 por ciento habían reducido el número de comidas cada día.

Por otra parte, más de la mitad de los consultados, todos ellos receptores de asistencia de la ONG, dijeron que habían pedido comida prestada a amigos o familiares y casi dos tercios reconocieron que habían asumido deudas, en casi todos los casos para comprar comida, medicinas o agua. Siddiquey ha aprovechado la conferencia de donantes que se celebra este martes en Ginebra para pedirles ayuda con el fin de "garantizar que hay suficientes fondos" para atender las necesidades de los yemeníes.

"Pero solo el fin del conflicto puede detener la espiral que está obligando a la gente a adoptar medidas desesperadas", ha defendido el responsable de Oxfam. "Todas las partes del conflicto y quienes les apoyan necesitan comprometerse plenamente con un alto el fuego permanente y dar pasos concretos hacia una paz duradera", ha reclamado.

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