20 de junio de 2025, 7:59
Los recientes ataques de Israel contra instalaciones nucleares iraníes han causado daños significativos, aunque no letales, al programa de enriquecimiento de uranio de Teherán. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), los ataques se centraron en los sitios subterráneos de Natanz y Fordow, así como en la planta nuclear de Isfahán.
Este lunes, el OIEA informó que un componente clave en la superficie del sitio de Natanz fue destruido, afectando su infraestructura eléctrica, mientras que imágenes satelitales indican impactos directos en la sección subterránea donde operan miles de centrifugadoras. Por otro lado, la instalación de Fordow no mostró indicios de daño tras los ataques.
El OIEA también reportó que en Isfahán, cuatro edificios, incluidos laboratorios centrales y una planta de conversión de uranio, resultaron dañados. No obstante, la planta de Bushehr, única central nuclear de Irán, no fue atacada.
Expertos consultados por AFP subrayan que, si bien Israel ha logrado causar retrocesos técnicos en el programa nuclear iraní, es poco probable que pueda destruirlo completamente sin el apoyo militar de Estados Unidos. La experiencia acumulada por Irán en tecnología nuclear, a pesar de la pérdida de científicos nucleares, sigue siendo un factor preocupante.
A pesar de los daños, el OIEA no ha detectado niveles de radiación peligrosos tras los ataques, aunque advertencias sobre la posible salud y ambientalidad de futuras agresiones permanecen vigentes. Irán, que tiene suficiente uranio enriquecido para desarrollar potencialmente varias bombas nucleares, niega tener intenciones de crear armas nucleares, lo que mantiene la tensión en la región.
En resumen, aunque Israel ha infligido daños, los analistas prevén que esto podría, paradójicamente, impulsar las ambiciones nucleares de Irán, acercándolo más a desarrollar un arsenal atómico.
Este lunes, el OIEA informó que un componente clave en la superficie del sitio de Natanz fue destruido, afectando su infraestructura eléctrica, mientras que imágenes satelitales indican impactos directos en la sección subterránea donde operan miles de centrifugadoras. Por otro lado, la instalación de Fordow no mostró indicios de daño tras los ataques.
El OIEA también reportó que en Isfahán, cuatro edificios, incluidos laboratorios centrales y una planta de conversión de uranio, resultaron dañados. No obstante, la planta de Bushehr, única central nuclear de Irán, no fue atacada.
Expertos consultados por AFP subrayan que, si bien Israel ha logrado causar retrocesos técnicos en el programa nuclear iraní, es poco probable que pueda destruirlo completamente sin el apoyo militar de Estados Unidos. La experiencia acumulada por Irán en tecnología nuclear, a pesar de la pérdida de científicos nucleares, sigue siendo un factor preocupante.
A pesar de los daños, el OIEA no ha detectado niveles de radiación peligrosos tras los ataques, aunque advertencias sobre la posible salud y ambientalidad de futuras agresiones permanecen vigentes. Irán, que tiene suficiente uranio enriquecido para desarrollar potencialmente varias bombas nucleares, niega tener intenciones de crear armas nucleares, lo que mantiene la tensión en la región.
En resumen, aunque Israel ha infligido daños, los analistas prevén que esto podría, paradójicamente, impulsar las ambiciones nucleares de Irán, acercándolo más a desarrollar un arsenal atómico.