viernes. 29.03.2024

Las fuertes lluvias y los ciclones han provocado un aumento reciente en las poblaciones de langosta del desierto, con la aparición de un brote en Sudán y Eritrea que se está propagando rápidamente por ambas orillas del Mar Rojo hasta Arabia Saudita y Egipto, advirtió este viernes la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

El organismo de la ONU ha pedido a todos los países afectados intensificar la vigilancia y las medidas de control para contener estas destructivas infestaciones y proteger así los cultivos ante la plaga migratoria más peligrosa del mundo.

Las abundantes lluvias en las llanuras costeras del Mar Rojo en Eritrea y Sudán han permitido la reproducción de dos generaciones desde octubre, provocando un aumento significativo de la población de langostas y la formación de enjambres de gran movilidad. Al menos un enjambre ha cruzado el Mar Rojo y ha alcanzado la costa septentrional de Arabia Saudita a mediados de enero, seguido de migraciones adicionales cerca de una semana después. A finales de mes, diversos grupos de adultos maduros alados y algunos enjambres se desplazaron también a lo largo de la costa, llegando al sureste de Egipto.

En el interior de Arabia Saudita, se han reproducido dos generaciones en la región sudoriental del “Empty Quarter”, cerca de la frontera entre Yemen y Omán, tras unas lluvias inusualmente abundantes causadas por los ciclones Mekunu y Luban en mayo y octubre de 2018, respectivamente. Algunos de estos enjambres ya han llegado a  Emiratos Árabes Unidos (EAU) y al sur de Irán, y existe el riesgo de que se propaguen más allá, hacia la frontera entre la India y Pakistán.

En enero, la zona de Al Dhafra en Abu Dabi estaba cubierta por una nube de estos insectos voladores.

En Sudán y Arabia Saudita se han realizado operaciones de fumigación aérea, acompañadas de medidas de control sobre el terreno en ambos países, así como en Eritrea y Egipto. Desde diciembre se han tratado ya más de 80.000 hectáreas.

“Los próximos tres meses serán críticos para controlar la situación de la langosta antes de que comience la reproducción en verano”, aseguró Keith Cressman, experto de la FAO en la lucha contra la langosta.

Las langostas del desierto son saltamontes de antenas cortas que pueden formar grandes enjambres y suponen una grave amenaza para la producción agrícola, los medios de vida, la seguridad alimentaria y el medio ambiente y el desarrollo económico. Los enjambres de langostas adultas pueden volar hasta 150 kilómetros al día empujadas por el viento. Una langosta hembra puede poner 300 huevos a lo largo de su vida, mientras que un insecto adulto puede consumir cerca del equivalente a su propio peso en alimentos frescos cada día: unos dos gramos. Un enjambre muy pequeño ingiere en un día la misma cantidad de alimentos que unas 35.000 personas, y el efecto devastador que las langostas pueden tener en los cultivos supone una grave amenaza para la seguridad alimentaria, en especial en zonas ya vulnerables.

El Servicio de información sobre la langosta del desierto (DLIS, por sus siglas en inglés), que opera desde la sede de la FAO en Roma, ha estado utilizando un sistema mundial de vigilancia y alerta temprana desde la década de 1970, como parte de la estrategia de control preventivo. Más de una veintena de países en África, el Cercano Oriente y Asia sudoriental contribuyen a este sistema, realizando inspecciones periódicas de las zonas desérticas en busca de brotes de vegetación y langostas del desierto.

La FAO alerta sobre un brote de langosta del desierto en Arabia
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