jueves. 09.05.2024

El ministro de Defensa del régimen iraní, Hossein Dehghan, aseguró este lunes que si estalla una guerra entre su país y Arabia Saudita, "nada quedará excepto la Meca y Medina", las dos ciudades santas del islam que se encuentran en el país del Golfo.

Las declaraciones llegaron luego de que el príncipe Mohammed bin Salman, tercero en la sucesión en la monarquía saudita, señalara la semana pasada que no hay espacio para el diálogo con Irán debido a sus "ambiciones de controlar el mundo islámico", según informó la agencia AP.

"Los sauditas no esperarán a la guerra sino que trabajarán para que la batalla sea en Irán y no en Arabia Saudita", dijo el también ministro de Defensa de su país.

En su respuesta del lunes Dehghan calificó las declaraciones saudíes de "estúpidas", porque "nada quedará excepto la Meca y Medina" de estallar un conflicto. El iraní lanzó sus amenazas en el canal de televisión Al Manar, operado por el grupo terrorista chiita Hezbollah, y dijo no entender "cómo podrían intentar atacar Irán". "Deben creer que tienen una fuerza aérea muy fuerte", consideró.

Las tensiones entre la monarquía petrolera de Arabia Saudita y el régimen persa de Irán, que ejerce su influencia sobre los chiitas, viene en alza desde la revolución islámica de 1979. Ambas potencias locales han apostado por facciones contrarias en los recientes conflictos regionales, como en las guerras civiles en Siria y Yemen, y apoyan a rivales políticos en el Líbano, Bahréin e Irak.

Más recientemente, ambos países cortaron sus relaciones diplomáticas y vínculos comerciales luego de que Riad ejecutara a un sacerdote chiita en 2016 y la embajada saudí en Teherán fuera asaltada en represalia. El enfrentamiento también tiene sus raíces en la administración del Hajj, el tradicional peregrinaje a la Meca que reviste de gran importancia para todo el mundo musulmán, por parte de Arabia Saudita.

Una estampida humana ocurrida en 2015 provocó la muerte de casi 800 peregrinos, incluyendo un gran número de iraníes.

El verdadero tenor de este intercambio podría revelarse en una reunión a fin de mes en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que ambos países son miembros, para discutir la extensión del recorte en la oferta global de crudo que se mantiene desde principios de año.

Arabia Saudita es el principal impulsor de esta medida que tiene por fin estabilizar el mercado y evitar mayores caídas en el precio del barril, pero Irán goza de una excepción al requerimiento de reducir su producción debido al estancamiento de su economía tras años de sanciones internacionales, levantadas, en parte, en 2016.

 

Irán a Arabia Saudita: “Si hay una guerra, nada quedará, excepto la Meca y Medina”