sábado. 27.04.2024

Los líderes de las comunidades africanas en Yemen pidieron este sábado una investigación internacional sobre el incendio en un centro de detención de inmigrantes de Saná, capital de Yemen, que dejó el pasado domingo 44 muertos y más de 200 heridos y que, según las autoridades hutíes, fue provocado por una intervención de fuerzas antidisturbios.

"Queremos solicitar una investigación internacional (...) para conocer las causas de lo que sucedió", dijo un representante de la comunidad etíope en el país árabe, Abdulqader Husein, en una rueda de prensa frente a las oficinas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en la capital yemení, bajo control de los rebeldes hutíes.

"No sabemos la verdad. No pudimos ni siquiera visitar el lugar. Solo tenemos las cifras" de víctimas, afirmó Husein junto a otros portavoces de las comunidades somalí, sudanesa, eritrea y yibutí.

Pese a esta reclamación, los líderes comunitarios africanos se esforzaron durante la rueda de prensa por no poner en duda la versión dada por las autoridades hutíes, que fue dada a conocer precisamente a través de un comunicado de las comunidades africanas difundido este viernes por la agencia oficial de noticias hutí Saba News.

Según está versión, el incendio se originó por una trifulca entre comunidades africanas distintas que fue la que originó la intervención de los antidisturbios.

Sin embargo, fuentes etiopíes y somalíes que pidieron mantener el anonimato, le dijeron a la agencia de noticias EFE que la acción policial fue propiciada por una pelea entre internos y guardias que intentaban obligarlos a terminar con una huelga de hambre.

Sin embargo, otras versiones aseguran que el número de fallecidos tras el incendio fue muy superior al declarado por los yemeníes. “Los hutíes fueron directa y sistemáticamente responsables de la muerte y las lesiones de aproximadamente 450 migrantes, en su mayoría etíopes, en un centro de detención, el 7 de marzo de 2021, en un incendio provocado por bombas, aparentemente disparado por las fuerzas hutíes", manifestó la Organización SAM para los Derechos y las Libertades, con sede en Ginebra, tras entrevistar a algunos sobrevivientes.

Las autoridades hutíes también tardaron cinco días en dar un balance de víctimas del incidente, que este sábado subió a 44 tras morir uno de los heridos graves. Todos ellos eran etíopes porque fue su pabellón el que se incendió.

Además dijeron los representantes africanos, de los 202 heridos, 21 están todavía en condición crítica.

Sí criticaron las condiciones en las que sus compatriotas estaban detenidos, sin las mínimas medidas de seguridad como extintores, y los maltratos y extorsiones a los que eran sometidos por los guardias.

Según Husein, estos les pedían 70.000 riales yemeníes (unos 116 dólares) para dejarles en libertad o deportarlos.

Según la OIM decenas de miles de inmigrantes africanos llegan a Yemen a través del Golfo de Adén para tratar de llegar a los países del Golfo Arábigo en busca de oportunidades de trabajo y muchos de ellos acaban atrapados en Yemen, donde se enfrentan a "peligros extremos y abusos".

El país está dividido en dos partes desde la guerra civil que estalló a finales de 2014, con una controlada por el Gobierno reconocido internacionalmente, y otra, incluida Saná, en manos del movimiento rebelde hutí. 

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