El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, llamó este lunes al príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, para discutir asuntos de seguridad regional, según informó la Agencia de Prensa de Arabia Saudita (SPA).
Durante la conversación se revisaron las relaciones bilaterales entre los dos países en varios campos, las formas de combatir el terrorismo y la coordinación de esfuerzos para mejorar la seguridad y la estabilidad de la región.
La llamada se produce después de la reunión de Tillerson con el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, en Washington también este lunes.
Tillerson afirmó que el funcionario qatarí era un "visitante frecuente" y que tenía una "cantidad de cosas" para discutir con él. Los detalles de la reunión no fueron publicados.
Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto cortaron todos los lazos diplomáticos y de transporte con Qatar el 5 de junio de este año por su apoyo a los grupos extremistas y la injerencia en los asuntos de otros países.
Estados Unidos es un aliado clave de los cuatro países boicoteadores, pero también tiene estrechos vínculos con Qatar, donde se encuentra el mayor ejército de Estados Unidos en la región.
Tillerson instó a ambas partes a sentarse a la mesa de negociaciones, diciendo que mientras más se mantenga la crisis, más probable es que aquellos que buscan desestabilizar la región se aprovechen de la disputa.
"Cada vez que hay conflicto y desestabilización entre países que generalmente son aliados, siempre entrará alguien para explotar esas diferencias", dijo en octubre en una probable referencia a Irán.
Los cuatro países árabes se mantienen firmes en su decisión de boicotear a Qatar, asegurando que están dispuestos a restablecer las comunicaciones con Doha solo si se adhiere a los acuerdos regionales e internacionales y a las demandas y principios que han emitido.
Hasta el momento, Doha se ha negado a cumplir las 13 demandas del cuarteto, que incluyen el cierre del canal de noticias Al Jazeera, propiedad de Qatar, que según el cuarteto brinda una plataforma para extremistas y disidentes, y el cierre de una base militar turca permanente en el país.
