miércoles. 24.04.2024

En la cumbre de la OPEP de noviembre la persona más influyente en el mercado energético mundial desde hace 20 años, el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al Naimi, descartó reducir la producción petrolera. Eso, a pesar de que durante las crisis anteriores —de 1998 y 2008— impulsó precisamente esta medida para elevar los precios.

La estrategia que ha elegido esta vez es "más audaz": seguir extrayendo y esperar a que los precios más bajos expulsen a los proveedores del petróleo de producción cara (es decir, del petróleo del esquisto) del mercado, escribe la agencia de noticias Bloomberg. "Al permitir que los precios caigan, los saudíes podrían haberse ganado algún tiempo", concluye la agencia.

Al parecer, Riad sabrá aprovechar ese tiempo que ha ganado. Una de las 'armas' innovadoras por las que el país apuesta en su resistencia a la futura reducción de la demanda del combustible convencional es la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (KAUST, por sus siglas en inglés).

No es casualidad que el bastión tecnológico inaugurado en 2009 sea uno de los lugares más custodiados del país: guardias fuertemente armados lo vigilan tanto en tierra como desde el mar. Tampoco puede considerarse coincidencia que sea la única universidad saudita donde hombres y mujeres estudian juntos.

La famosa policía religiosa no actúa la universidad y a las mujeres se les permite mezclarse libremente con los hombres, conducir en el campus y no llevar velo durante las clases con compañeros masculinos. El idioma oficial del centro es el inglés.

La universidad ocupa más de 36 kilómetros cuadrados en la costa del mar Rojo, en Thuwal, cerca de la ciudad de Yedah. Aparte de residencias y zonas lujosas de recreación, tiene numerosos laboratorios con el equipamiento robótico más moderno y un centro de investigación marino.

Su supercomputadora —Shaheen— es una de las más potentes en el mundo y la más rápida de todo Oriente Próximo. Producida por IBM, Shaheen tiene una capacidad de 222 teraflops (o 222 billones de operaciones de coma flotante por segundo). Los instrumentos de la entidad permiten a sus especialistas examinar nanoestructuras a nivel de átomos individuales.

Con todo, el número de estudiantes, procedentes de 60 países, suele variar solo entre 700 y 1000. El colectivo más numeroso de la Universidad son los chinos. Los indios están en el segundo lugar, y los saudíes, en el tercero.

La atención especial de KAUST se la llevan las investigaciones de combustión limpia, agricultura del desierto, ciencia solar y energía alternativa y la desalinización y reutilización del agua. "Nuestro objetivo final es diversificarnos más allá de nuestra excesiva dependencia de los ingresos petroleros", decía Al Naimi en 2013. Al parecer, ya no están tan lejos de esta meta: hoy en día KAUST tiene uno de los índices de citas que más rápido crecen del mundo.

El 'arma secreta' de Arabia Saudita ante la crisis petrolera
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