sábado. 20.04.2024

El insomnio se ha convertido en una de las enfermedades más comunes de las personas en el siglo XXI. Los móviles, los ordenadores y los tablets podría ser responsables de ello, según publica pcactual.com.

La melatonina es considerada la hormona del sueño. La ausencia de esta hormona generará grandes problemas para dormir. Pero un nivel de melatonina equilibrado es lo que permitirá dormir las horas necesarios y la que hará tener sueño cuando se esté cansado. Al final, la clave reside en generar la suficiente melatonina para que al final del día se tenga sueño y no se pase la noche en vela. ¿Cómo generar la melatonina suficiente? Aunque son muchos los factores relacionados con la generación de esta hormona, lo cierto es que se han localizado dos elementos que están afectando de una manera muy notable a la producción de melatonina en nuestro cuerpo, y ambos están relacionados con el uso de aparatos electrónicos.

Falta de luz de día

Una persona que trabaja en el campo tiene más sueño al llegar la noche que uno que trabaja en una oficina. Y no solo es cuestión de la actividad física realizada. Se podría decir que una persona que trabaja en una oficina en el campo, con una mesa y un ordenador sobre un huerto, en una supuesto situación imaginaria, duerme mejor que alguien que trabaja en oficina. Todo es por la luz solar. La luz solar es cientos de veces más luminosa en el espectro azul que la luz artificial. Para que nos hagamos una idea, una oficina puede llegar a tener un nivel lumínico de entre 300 y 800 lux, mientras que la luminosidad de día en exposición al sol puede variar entre los 10.000 lux y los 100.000 lux. Además, por las mañanas captar la luz de espectro azul es determinante. Cuando este tipo de luz entra en contacto con la retina, se estimula una zona del cerebro denominada núcleo supraquiasmático, que es responsable de establecer el nivel de producción de melatonina por la noche, además del cortisol por la mañana, siendo estos los que se encargan de ajustar el reloj interno.

Es decir, no recibir la suficiente cantidad de sol por la mañana, puede hacer que nuestro cuerpo no tenga tan claro cuándo es hora de dormir y cuándo es hora de estar despierto.

Luz por la noche

Para el cerebro es importantísimo evitar la luz de espectro azul cuando se hace de noche. Por lo general, tendríamos sueño mucho antes si estuviéramos expuestos a la oscuridad de la noche de una manera mucho más directa, y no con las luces que hay hoy en día. Cuando oscurece es momento de dormir. El problema está en que en casa no oscurece. Una noche convencional tendrá un nivel de luminosidad de entre 0,0001 lux y 0,25 lux, dependiendo de si el cielo está nublado, muy estrellado, o hay luna llena y está despejado.

Una habitación poco iluminada por la noche ya llegará a los 50 lux. Y eso suponiendo que la iluminación sea débil, y no la propia de una habitación en la que a veces es necesario estudiar o trabajar.

Además, el problema se ha agravado con el paso del tiempo. Mientras que antes la única fuente de luz eran las bombillas de casa, ahora hay luz en televisiones, ordenadores, tablets y móviles que generan una gran cantidad de luz de espectro azul. Al utilizar estos dispositivos, algo que hoy en día es muy normal, bien sean móviles o tablets, incluso antes de ir a dormir, se inhibe parcialmente la producción de melatonina, y por tanto, se huye del sueño. Es por eso que después de haber estado trabajando varias horas frente al ordenador por la noche, ir a dormir se convierte en otras tantas horas de no dormir en la cama.

La melatonina tiene también la función de equilibrar la presión arterial y la función inmune, y es un potente antioxidante. Una carencia importante de melatonina tiene consecuencias directas en nuestra salud, tanto a nivel de presión arterial como en nivel de respuesta a posibles amenazas y enfermedades.

Por ello hay que luchar contra dos malos hábitos, el de evitar la luz solar por el día, y el de abusar de la luz azul por la noche.

Hay que pasear por el día y evitar la luz azul por la noche. Lo mejor es prescindir de los dispositivos electrónicos cuando oscurezca el día, pero eso parece algo imposible. Procurar evitarlos en las últimas horas antes de dormir, o al menos en la última hora. Si se lee antes de dormir, hacerlo con un libro en papel es más recomendable.

Móviles, ordenadores y tablets, culpables de dormir peor
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