sábado. 20.04.2024

En agosto no todo el mundo está de vacaciones. Y en vez de lamentarse, es posible encontrar motivos para aplicarse en el trabajo con renovado optimismo y pequeñas dosis de resignación controlada.

-En agosto hay menos tráfico en las ciudades del interior: la hora punta puede llegar a desaparecer con el descenso de vehículos en las carreteras. Por ello, los tiempos de viaje hasta los lugares de trabajo se reducirán drásticamente. Por si fuera poco, desaparecerán los problemas de aparcamiento.

-El transporte público es más cómodo: menos gente en autobuses y metros se traducen en un transporte más rápido, cómodo y eficiente. Los viajes pueden ser una oportunidad para relajarse, pensar, leer y navegar por internet.

-Se puede ahorrar combustible: los tiempos de viaje más breves tendrán su repercusión en el bolsillo. El consumo de combustible caerá, no solo por el tiempo empleado, sino también porque la conducción sin atascos es más suave, constante y eficiente.

-El trabajo es en general más calmado: compañeros y jefes se van de vacaciones y los lugares de trabajo son más tranquilos. Además, salvo en trabajos relacionados con productos o servicios veraniegos (camareros, heladeros, socorristas, etc), la demanda cae y la actividad se ralentiza. Puede ser un buen momento para innovar e intentar cosas que en otros momentos no se pueden proponer.

-Pasear puede ser una gozada: las ciudades del interior «se vacían» en agosto. Si el calor lo permite, este mes es idóneo para ir a las terrazas, museos y paseos sin los agobios de la muchedumbre justo al acabar la jornada laboral. Los camareros podrán atendernos con más calma y no habrá que hacer colas para entrar en las exposiciones. Por si fuera poco, algunas ciudades ofrecen alternativas, como cines de verano, espacios gastronómicos, para que el mes se haga más llevadero.

-Trabajar en agosto acaba con la cuesta de septiembre: mientras que los que vuelven de vacaciones se lamentarán por volver al trabajo y a la rutina, los que se pasen el mes en el trabajo descubrirán que siguen en forma y que no necesitarán un tiempo para adaptarse a los cambios.

-Tiempo para planificar y ahorrar en las vacaciones: trabajar en agosto puede significar que optaremos por coger las vacaciones en un mes de «temporada baja». Tendremos más tiempo para planificar los viajes y podremos conseguir precios más baratos. Al mismo tiempo, podremos disfrutar de destinos alternativos y en otras épocas del año, del verano argentino, al invierno ruso.

-Nuevas oportunidades de trabajo: las suplencias por vacaciones son una oportunidad laboral para aquellos que quieren conseguir unos ingresos extras o que aún están en paro.

-Las piscinas de verano y la «playas de interior» son una alternativa barata: tomar el sol, bañarse y nadar no siempre requiere organizar un viaje con alojamiento y comida incluídos. Los que se queden trabajando en agosto en sus pueblos y ciudades, podrán disfrutar en la piscina y de las playas de agua dulce, pueden hacer turismo por su zona o hacer escapadas de fin de semana. ABC.es

Nueve razones por las que es mejor trabajar en agosto
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