viernes. 19.04.2024

Irán ejecutó a una mujer declarada culpable de asesinar a un ex oficial de inteligencia que según ella había tratado de violarla desafiando los llamamientos internacionales para un aplazamiento de la pena de muerte.

Reyhaneh Jabbari, de 26 años, estuvo en el corredor de la muerte durante cinco años y en la madrugada de este sábado fue llevada a la horca, según informó la agencia oficial iraní de noticias IRNA, citando a la oficina del fiscal de Teherán.

Amnistía Internacional condenó la ejecución y la describió como "una mancha sangrienta en el expediente de Irán sobre los derechos humanos" y "una afrenta a la justicia".

Un mensaje publicado en la página de Facebook creada para tratar de salvar a Jabbari informó de la triste noticia de su muerte, añadiendo las palabras "descanse en paz", junto a fotos de la joven.

Jabbari, una diseñadora de interiores, fue ejecutada por el apuñalamiento en 2007 de Morteza Abdolali Sarbandi.

Actores iraníes y otras figuras destacadas de la sociedad persa habían hecho campaña por el indulto de la joven, haciéndose eco de las llamadas similares en Occidente.

El Poder Judicial de Irán había dado varios plazos a la familia de Sarbandi quien según una disposición que permite la ley sharia podía conmutar la pena de muerte por la cárcel. Pero los familiares de Sarbandi, un cirujano de 47 años de edad, quien trabajó anteriormente para el Ministerio de Inteligencia, se negaron a las súplicas para salvar la vida de Jabbari, exigiendo, según medios de comunicación iraníes, que ella dijera "la verdad".

Un representante de derechos humanos de la ONU dijo que el asesinato fue en defensa propia después de que Sarbandi intentara abusar sexualmente de Jabbari, y que el juicio de la mujer condenada en 2009 había sido profundamente defectuoso. Un informe médico, preparado para el poder judicial, manifestó que Sarbandi fue apuñalado en la espalda y que por ello el asesinato había sido premeditado.

Los esfuerzos para una sentencia de cárcel conmutada se habían intensificado en las últimas semanas pero la familia de Sarbandi y de Jabbari permanecían en desacuerdo sobre las circunstancias de la muerte.

Según Jalal Sarbandi, el hijo mayor de la víctima, Jabbari testificó que un hombre se presentó en el apartamento donde su padre fue asesinado, pero ella se había negado a revelar su identidad.

El hijo declaró a dos de los periódicos reformistas de Irán, Shargh y Etemad, en abril que su familia "ni siquiera contempla la misericordia hasta que la verdad sea desvelada" acerca de su presunto cómplice.

A la madre de Jabbari se le permitió visitar a su hija durante una hora el viernes, aseguró Amnistía Internaciconal, una costumbre que tiende a preceder las ejecuciones en Irán.

Según las Naciones Unidas, más de 250 personas han sido ejecutadas en Irán este año. La ONU y grupos internacionales de derechos humanos declararon que Jabbari hizo una confesión bajo una intensa presión y amenazas por parte de los fiscales iraníes, y que debería haber tenido un nuevo juicio.

 

Reyhaneh Jabbari, la joven que Irán ahorcó a pesar de campaña internacional en contra
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