viernes. 26.04.2024

Una madre en Irán perdonó en el último minuto al asesino de su hijo de una muerte en la horca, después de propinarle una sonora bofetada.

El asesino estaba subido a una silla en la horca, con las manos esposadas y la soga al cuello. Cientos de personas se agolpaban fuera de la cárcel en una ciudad septentrional iraní para ver si la madre, Samereh Alinejad, ejercía su derecho de retirar la silla de debajo del convicto para dejarlo colgado.

Pero después de siete años de sueños de venganza, hasta el último momento tuvo la vida del asesino en sus manos, Alinejad indultó a Bilal Gheisari.

Ese acto le ha hecho una heroína en su ciudad natal, Royan, a orillas del Mar Caspio, en sus calles elogian la misericordia de su familia. Dos semanas después de la escena dramática en la horca, los vecinos todavían pasan por su casa para alabar a ella y a su marido. La madre del asesinado, Alinejad informó a The Associated Press durante una entrevista en su casa, que la venganza había sido su único pensamiento desde que su hijo Abdollah fue asesinado en una pelea callejera cuando Gheisari le cortó el cuello con un cuchillo.

"Mi mundo se vino abajo el día que me enteré de la muerte de mi hijo", manifestó la mujer vestida totalmente de negro y con la cabeza cubierta por un pañuelo. "Si no hubiera perdonado a Bilal y le hubiera salvado de la muerte, ¿cómo voy a ser capaz de seguir viviendo?".

El perdón de la familia a un condenado a muerte en el último minuto no es la primera vez que ocurre. Pero este caso, documentado con fotos de un fotógrafo iraní para la agencia oficial de noticias ISNA en la horca en la cercana ciudad de Nour el 15 de abril, ofreció una ventana dramática a la opinión pública de lo que habrían sido los últimos momentos de Gheisari.

Abdolghani Hosseinzadeh, el padre del adolescente asesinado, era una celebridad local, un ex jugador de fútbol muy conocido, que ahora entrena a los niños. Tanto su hijo como su asesino, que era un par de años mayor, se habían formado en la Escuela de Fútbol Derakhshan donde entrena el padre del asesinado.

El día de la ejecución, los vecinos, activistas e incluso un programa de televisión muy popular habían hecho un llamamiento al matrimonio para la clemencia sobre Gheisari. Kamyar Salari, el director de una organización no lucrativa local que ofrece apoyo a los prisioneros, manifestó que aconsejó a la pareja sobre el perdón,  informó a  AP.

Ninguno de los llamamientos parecía funcionar, más si se tiene en cuenta la sensación de pérdida de la familia, su otro hijo, Amir, murió años antes en un accidente cuando iba en bicicleta y fue atropellado por una moto.

El 15 de abril, Alinejad caminaba lentamente hacia la horca, la familia de Gheisari estaba entre la multitud de curiosos. Gheisari llevaba los ojos vendados, llorando, rogó una vez más: "perdóname, tía Maryam",  "muestre su misericordia", dirigiéndose a Alinejad por el apodo por el que es conocida en su ciudad.

La madre del fallecido lo miró airadamente. Entonces ella le dio una bofetada en la cara. Ella y su esposo quitaron la soga de su cuello, y con ese movimiento, la sentencia de muerte de Gheisari había sido conmutada. La multitud aplaudió. Muchos guardaron silencio conmocionados por la decisión de Alinejad que fue ampliamente difundida por la agencia semioficial de noticias ISNA, lo que sugiere que las autoridades iraníes esperan animar a más familias de las víctimas a considerar la elección de la misericordia.

La sentencia a muerte de Gheisari fue cambiada por 12 años de prisión, la mitad de los cuales ya ha cumplido. Alinejad y su marido, que tienen una hija pequeña, se han negado a aceptar el dinero de sangre que los vecinos habían recogido en nombre de Gheisari, ellos han destinado todo lo recaudado a la caridad y a la mejora de las escuelas locales de fútbol.

Alinejad manifestó que se siente aliviada. "Esa bofetada me hizo sentir como si toda la ira y el rencor acumulados en mi corazón durante años de repente hubiera estallado. Me sentí en paz".

En un informe publicado en la página web del Poder Judicial iraní (Iranian judiciary's website Tuesday), el fiscal estatal Gholam Hossein Mohseni Ejehi describe que aceptar dinero de sangre para evitar la ejecución es una práctica humana. Esta opción, según el juez, salvó la vida de 358 reclusos en el último año del calendario iraní, que terminó en marzo.

En la foto se aprecia el momento de la bofetada de la madre al asesino de su hijo, en la horca.

Una madre iraní perdona la vida del asesino de su hijo
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