viernes. 29.03.2024

Montañas exuberantes hasta donde alcanza la vista, una flora y una fauna únicas, un mar turquesa repleto de delfines, el archipiélago yemení de Socotra parece un paraíso alejado de todo, que, según esperan las autoridades, hará soñar a la gente en medio de la pandemia de Covid-19.

Situadas en el océano Índico, frente a la costa meridional de Yemen, estas cuatro islas y dos islotes rocosos, con 50.000 habitantes -en su mayoría pescadores-, se han mantenido relativamente intactas en el conflicto que asola desde hace casi siete años a este país de la península Arábiga.

Como todos los archipiélagos, aislados durante millones de años, las islas de Socotra han desarrollado una biodiversidad única. Más de un tercio de su flora está constituida por especies endémicas, muy vulnerables a la introducción de cualquier especie externa como puedan ser las cabras.

Según informó la agencia de noticias AFP, recientemente se han multiplicado los anuncios de viajes a Socotra, sobre todo desde Emiratos Árabes Unidos, un aliado del Gobierno yemení.

"Afortunadamente, Socotra nunca se vio afectado por la dinámica de la guerra", asegura Welcome To Socotra, una agencia de viajes local, que pregona la ausencia de tensiones y combates en el archipiélago, y ofrece varios pequeños hoteles para alojar a los turistas.

Los vuelos a Socotra, que se interrumpido sobre todo a causa del covid-19, se han reanudado. "Son vuelos chárter, utilizan aviones de Air Arabia", una compañía con sede en Sharjah (Emiratos Árabes Unidos). "Sólo hay un vuelo semanal desde Abu Dabi (la capital de Emiratos) a Socotra, todos los lunes", explica Welcome To Socotra, que afirma recibir "cientos" de solicitudes.

Yemen lleva varios años intentando desarrollar el archipiélago, que quiere transformar en un destino turístico para un público sensible a las cuestiones medioambientales.

Situado a menos de 250 kilómetros del Cuerno de África y a 1.000 kilómetros de Adén, la capital del sur de Yemen, Socotra está incluido en la lista del Patrimonio Mundial por su "excepcional diversidad vegetal", entre ellos la variedad de árboles conocidos como "dragos".

Por su singularidad y su extensa biodiversidad, la Unesco nombró Socotra Patrimonio de la Humanidad en 2008, sin embargo, para la mayoría, el archipiélago se ha mantenido desconocido. "Por ser una de las islas más biodiversas y distintas del mundo, Socotra ha sido llamada las 'Galápagos del Océano Índico'", escribe la organización de la ONU en su página web.

Pese no haber dejado marcas físicas como si lo ha hecho en el territorio continental, la guerra que vive Yemen desde 2014 ha marcado al archipiélago y a sus 50.000 habitantes, que sufren dificultades de abastecimiento y muchos viven en condiciones de pobreza. 

No obstante, Yemen tiene un futuro pensado para Socotra. Aprovechando su cierto aislamiento del conflicto y sus circunstancias paradisiacas, el país busca activar un eco-turismo que levante la economía del archipiélago.

Socotra, la isla paradisíaca que Yemen quiere convertir en destino turístico
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