sábado. 20.04.2024

El 'catch up' de la vuelta

"Lo mejor de todo es que no sólo vuelvo llena de energía, si no que vuelvo con marido. Con el mismo marido, se entiende. Ya sabéis que hay parejas a las que las vacaciones les sientan fatal"

¡Saludos de nuevo! Camelia 'is back'. Un poco desorientada. Y es que, entre pitos y flautas y el trabajo, 'emails', vuelta al cole, 'lunch boxes', organización de actividades extra escolares y retomar la vida diaria en Dubai, parece que ha pasado ya un siglo desde que volvimos todos de vacaciones. Adaptarse a la rutina cuesta, aunque afortunadamente lo del síndrome post vacacional a mi no me afecta mucho. Y si me afectó, ya no me acuerdo. 

Aunque visto como está el patio, lo mejor de todo es que no sólo vuelvo llena de energía, si no que vuelvo con marido. Con el mismo marido, se entiende. Ya sabéis que hay parejas a las que las vacaciones les sientan fatal. Entre tanta sobredosis de familia, suegros y suegras, primos y amigos, lo que menos queda a veces es tiempo para disfrutar de tus más allegados y descansar o desconectar. Y si no que se lo pregunten a mi amiga Astrid, que ha vuelto a Dubai a por sus maletas y enseres porque se divorcia. Un caso extremo. Se ha quedado sin marido, que es algo que dicho así suena medieval. Lo arreglaré para ser 'feminísticamente' correcta, añadiendo que “su marido ha perdido la oportunidad de pasar el resto de su vida con la mujer perfecta”. 

Juzgad por vosotr@s mismos; el caso ha sido todo un shock en el círculo más cercano de la pareja. Los dos son belgas, su ya futuro exmarido ejerce de CEO en una potente compañía, ella es una brillante profesora en Sociología con varios masters, y  de los que no dan en la tómbola, que es un plus. En fin, una pena porque hacían una pareja perfecta hasta que el 'pole dancing' se les cruzó en el camino. O mejor dicho en el mismo salón de su casa. “Location, location“. 

Resulta que a Astrid no se le ocurrió nada mejor que mandar instalar uno de esos postes o barras para bailar en medio de su salón. Y claro, eso su marido no lo esperaba, por lo menos a esa hora de la mañana. Astrid es muy exótica. Yo conozco a gente que pone trampolines para los niños en medio del salón, a juego con las cortinas, pero no barras para bailar. Y claro, la mala fortuna quiso que su marido “el CEO” apareciese por sorpresa en la casa con dos de sus colegas de trabajo para encontrarse a una decena de mujeres en maillot, y a su mujer contorneándose en la barra vertical, al ritmo de 'You can leave your hat on', todo un clásico y para que te quemen en la hoguera; si hubiese escogido 'la Macarena' de los del Rio, igual a esta hora estarían juntos. 'Oh …my… pole!!'. Osea que lo que pretendía ser para Astrid un simple café entre amigas, el típico 'catch up' a la vuelta de vacaciones pero con gimnasia incluida, se convirtió en el final de su matrimonio.  

Desde luego se separa con unos abdominales impecables, gracias al 'contemporary pole dancing'.  Lo recomiendo. Aunque es una  pena que lo que ha unido dios, lo separe la 'pole', pero ya se sabe que tendemos mucho a demonizar lo que nos conviene en cada caso, que para eso somos todos muy selectivos. Así que  Astrid se vuelve a su país pero sin la barra. La ha puesto en venta en Dubizzle a un precio muy competitivo, “second hand and hardly used”. Interesad@s, buscad en la sección de trampolines y demás enseres aptos para el salón de tu casa. 'A real  bargain!!!'. De todas formas cuidadito con lo que ponéis en medio del salón. ¡Siempre mejor optar por la macetita! Hasta la próxima Camelrocker@s!

El 'catch up' de la vuelta
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