martes. 23.04.2024

Papillón, sueños de libertad

Retrato a la tragedia que cientos de migrantes sufren a diario en las costas del golfo de Urabá en Colombia para tratar de cruzar el Tapón de Darién en busca del sueño americano
Emigrantes en el Tapón de Darién. (Fuente externa)

PAPILLÓN (mariposa en francés) es una novela publicada en 1969 por el francés HENRI CHARRIÉRE y llevada al cine en 1973 por el director FRANKLIN J. SCHAFFIER.

CHARRIÉRE relata su propia historia y los sufrimientos vividos en la GUYANA FRANCESA más exactamente en la ISLA DEL DIABLO, donde fue exilado y condenado por un crimen que no cometió.

Tanto la novela como la película pueden considerarse obras de denuncia, ya que, al tiempo que descubren las entrañas del sistema penitenciario de las colonias francesas, muestran algunos aspectos crudos y tortuosos del trato a los prisioneros y de las torturas tanto físicas como psicológicas, además del esfuerzo que el espíritu humano, en este caso representado por el mismo PAPILLÓN, hace por adaptarse a un medio altamente hostil, que ofrece pocas posibilidades de supervivencia. Un ambiente aislado del mundo, en medio de pantanos pestíferos y malsanos, en cárceles infrahumanas, sofocantes y oscuras, con guardianes insensibles y crueles. Pero sobretodo es de destacar la resistencia ante todo ello y la persistencia por alcanzar LA LIBERTAD, por defender el poco de dignidad humana que puede conservarse en ese mundo hostil, incluso exponiendo la vida a cambio de ella.

Una de las escenas más llamativas de la película, es cuando uno de los guardianes que coleccionaba mariposas estaba tratando de cazar la “Mariposa Emperador”, una de las más hermosas del mundo, PAPILLÓN  lo aborda y abriendo su camisa a la altura del pecho le muestra el tatuaje de una mariposa y le dice:

- ¿Cuánto dinero quieres por llevar esta mariposa hasta Panamá?...

Han pasado más de cincuenta años desde que CHARRIÉRE relató en su libro su asombrosa historia y aun hoy, los personajes de tan increíble relato vuelven a cobrar vida, por decirlo de alguna manera, mientras me detengo a escuchar SUS SUEÑOS DE LIBERTAD.

Muchos de ellos han atravesado Brasil, Ecuador y Colombia para llegar hasta las poblaciones de Necocli y Turbo para emprender el cruce del Tapón del Darien pasar por todo Centroamérica y llegar hasta Estados Unidos y Canadá en busca del inalcanzable “sueño americano”

Amanece en la inhóspita jungla del TAPÓN DEL DARIÉN, (frontera entre Colombia y Panamá) la incesante lluvia, el trinar de los pájaros, el canto de aves desconocidas y el ruido de los animales que no puedo identificar, es silenciado de manera abrupta por los motores Yamaha adheridos de alguna manera a las rusticas lanchas de madera llenas de huecos que dejan filtrar el agua que entra del mar Caribe al golfo de Urabá. Un hombre que lleva puesta una gorra de color rojo comienza su rutina diaria, sus órdenes lanzadas a gritos se asemejan más a los aullidos de un “coyote” al acecho de su presa.

- Cubanos, venezolanos y todos los que hablan español, hagan una fila a mi lado derecho.

Pakistaníes, bangladesíes, haitianos, africanos y otras nacionalidades a mi lado izquierdo.

La multitud de razas obedece de manera inmediata. Mujeres embarazadas, hombres con llagas en los pies, niños llorando y corotos que acomodan como pueden en la espalda comienzan a formar una verdadera TORRE DE BABEL. Muchos de ellos han atravesado Brasil, Ecuador y Colombia para llegar hasta las poblaciones de Necocli y Turbo para emprender el cruce del TAPÓN DEL DARIÉN, pasar por todo Centroamérica y llegar hasta Estados Unidos y Canadá, en busca del inalcanzable “sueño americano”.

Varios vendedores ambulantes se pasean por la Torre de Babel ofreciendo utensilios que les serán útiles en la “travesía de la muerte”, como la llama Pedro (no es su nombre real), el cruce puede durar hasta diez días, si la suerte los acompaña y no se pierden. Linternas, capotas de hule para la lluvia, agua, y un líquido oscuro envasado en una botella de plástico para matar las serpientes venenosas, es el “kit de la salvación” que ofrecen, a cambio de una cifra astronómica que se paga en dólares, las lanchas son llenadas a tope, el cruce hasta la población de “CAPURGANÁ” vale el triple de lo normal, unos meses atrás una lancha naufragó a mitad de camino, el cementerio de Necocli está lleno de tumbas con nombres difíciles de pronunciar…

Al otro lado, en “CAPURGANÁ”, les espera otro “Guía”, que dice con mirada amenazadora que él no es ningún “coyote”, mientras se embolsilla un fajo grande de dólares que acaba de recibir de la primera tanda de soñadores, dos “coyotes” más, montados en una moto arrían el rebaño gritándoles: “Alé, alé, alé…”

Un camino les muestra la espesa manigua que les espera para devorarlos, en cuestión de minutos desaparecen y como hormigas caminan en fila india tratando de protegerse unos a otros sin tener ni las más mínima idea de lo que les espera en la inhóspita jungla…

"A mitad de camino la comida empezó a escasear y las picaduras de los mosquitos empezaron a enfermar a varios con la fiebre amarilla, murieron dos hombres y un niño, tuvimos que dejarlos tirados en la selva tapados con ramas"

Pedro es un sobreviviente del “Cruce de la muerte” que tuvo que regresar de nuevo a Necocli, cuando al llegar a la frontera estaba cerrada con alambres de púa y fuertemente custodiada por militares panameños que le impidieron el paso debido a la pandemia del “Covid 19”, su relato es digno de una película:

- A mi regreso por la espesa jungla, tuve que hacer de guía para un grupo de africanos y otras nacionalidades asiáticas que también les fue impedido el paso hacia Panamá, a mitad de camino la comida empezó a escasear y las picaduras de los mosquitos empezaron a enfermar a varios con la fiebre amarilla, murieron dos hombres y un niño, tuvimos que dejarlos tirados en la selva tapados con ramas, en la noche teníamos miedo de las serpientes venenosas y de los animales que rugían asustándonos a todos, al día siguiente emprendimos nuevamente el camino de regreso, de pronto en un pequeño claro de la oscura selva aparecieron tres hombres fuertemente armados ofreciéndonos ayuda, dividieron el grupo y se llevaron las mujeres… No supimos más de ellas, pero si entendimos lo que les iba a pasar…

Fuimos despojados de todas nuestra pertenencias y del dinero que llevábamos… El camino continuó…

Pedro hace una pausa y su mirada se pierde en el vívido recuerdo, dejo que el silencio se apodere del momento… Pedro continua… Nos perdimos y deambulamos sin rumbo en la jungla

Le hago una pregunta:

- ¿Alguna vez sintió la muerte?

Pedro recupera su mirada y la clava en mis ojos:

- ¡La muerte también es una opción de libertad!

Mientras lo observo mecerse en un asiento que le hace falta una pata, un niño somalí que ya habla español se acerca saltando de alegría y le dice:

- Acabo de cazar esta mariposa…

Sus diminutas manos se abren y el PAPILLÓN despliega sus hermosas alas color púrpura, pedro la reconoce inmediatamente.

- Es una “Mariposa Emperador”

El niño la impulsa al viento y el PAPILLÓN vuela a la LIBERTAD…

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Cientos de migrantes llegan diariamente a las costas del golfo de Urabá en Colombia, para tratar de cruzar el “TAPÓN DEL DARIÉN” en busca del sueño americano, que para muchos de ellos se ha convertido en una verdadera pesadilla. LA FUNDACION ABBA COLOMBIA ha iniciado un programa de AYUDA HUMANITARIA para los cientos de MIGRANTES estancados en las poblaciones de NECOCLÍ Y TURBO. Si usted desea apoyar este proyecto, comuníquese con ABBA COLOMBIA a través de su página web: www.abbacol.org o escriba a: [email protected]

Papillón, sueños de libertad
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