viernes. 19.04.2024

Aguinaldos colombianos

"Van algunos de los nombres de estos aguinaldos, como 'el sí y el no', 'hablar y no contestar', 'tres pies', 'pajita en boca', 'dar y no recibir', 'el beso robado'"

Si hay una palabra que identifica a la Navidad es el término aguinaldo. Al buscar la definición en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, hay varios significados, casi todos relacionados con la época navideña, especialmente el del regalo o el bono salarial que reciben los trabajadores a final de año (aunque en Colombia, le damos el nombre de esa parienta que puede llegar a ser tan querida, que algunos hasta se casan con ella, la prima). Sin embargo, ninguna de las acepciones reconocidas, tiene que ver con el significado que le hemos dado los colombianos, como sinónimo de juego navideño, el cual evoca irremediablemente a la infancia.

Esto de los aguinaldos viene desde los romanos, como muchas cosas en nuestra vida occidental, de hecho la palabra viene de una expresión latina que significa “en este año” (hoc in anno), aunque a los regalos especiales les llamaban strenae, que imagino es el antecedente de nuestra afición por estrenar, como práctica de bienestar y prosperidad. Con el triunfo del cristianismo en el imperio romano, los aguinaldos comenzaron a ser regalos con diferentes motivos o celebraciones como los bautismos.

En España parece que el aguinaldo es el antecedente de lo que hoy llaman en el mundo el Halloween, es decir, grupos de niños que van pidiendo dulces o regalos de puerta en puerta. En el caso de los adultos, como el dinero puede ser más dulce que un caramelo, entonces se inició la costumbre de dar una remuneración extra en diciembre, todo para comprar aguinaldos que podamos regalar a la familia y a los amigos.

Sin embargo, en Colombia los aguinaldos son sinónimos de juegos, que se desarrollan paralelamente a la Novena, que es una tradición celebrada durante los nueve días previos al nacimiento del niño Jesús en el pesebre. La Novena está compuesta por oraciones, lecturas con reflexiones por cada día previo a la llegada de Jesús, villancicos que son las canciones especiales para la temporada navideña y en el pasado estaban los aguinaldos, una serie de juegos creativos y divertidos, que hacían pasar el tiempo, antes que cayéramos atrapados en las redes sociales. De hecho, a la Novena, la conocíamos como la Novena de Aguinaldos.

Para los nostálgicos, van algunos de los nombres de estos aguinaldos, como “el sí y el no”, “hablar y no contestar”, “tres pies”, “pajita en boca”, “dar y no recibir”, “el beso robado”. El juego consiste en apostar algún tipo de regalo y jugar en cualquiera de las modalidades mencionadas. El perdedor le regala algo al ganador, bien sea lo que han apostado o un presente sorpresa. El regalo se entrega el 24 de diciembre, cuando termina la novena.

Quizás haya otros memoriosos colombianos que recuerden más juegos de aguinaldos o incluso si hay lectores de otros países que tuvieran una tradición similar, sería interesante conocerla, por lo cual, los animo a dejar algún comentario en ese sentido. En todo caso, el mejor aguinaldo siempre será desearle a los amigos todas las felicidades del mundo. Así que para todos los amigos invisibles que amablemente leen esta columna de opinión, una feliz Navidad y un venturoso año nuevo. ¡Salud!

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

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