viernes. 29.03.2024

Cuando me encontré con Antonio Caballero

Dixon Moya relata el inolvidable e incómodo momento íntimo que un día compartió con el eminente escritor, periodista y caricaturista colombiano recientemente fallecido

Antonio Caballero Holguín (1945 - 2021) EPD, fue un escritor, periodista y caricaturista colombiano, que siempre será recordado por ser una voz independiente, incómoda, a pesar de pertenecer a una familia de élite, pero el hecho de ser parte de la clase social dominante del país, le daba la autoridad moral para criticarla desde su propio seno. Un rebelde con cuna, pero también con causa.

Caballero dedicó muchas de sus columnas y de sus textos al análisis del fenómeno del narcotráfico en el mundo y no se cansó de denunciar la gran hipocresía universal sobre este tema. De hecho, el tema del narcotráfico propició un encuentro bastante curioso que tuve con el ilustre periodista.

Corría el año de 1992, yo escribía mi tesis universitaria en la cual emparentaba el narcotráfico con el concepto sociológico de la anomia, que para mi grata sorpresa, ha sido comentada generosamente en años posteriores por especialistas en la materia, a pesar de no haber sido nunca publicada, más allá de la copia que debe reposar en la biblioteca de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Como parte de la investigación estudiantil, acudí a diversas fuentes y por aquellos días hubo un seminario en la Universidad del Rosario en Bogotá, para hablar sobre aquel fenómeno que había trascendido de actividad criminal para convertirse en un asunto de seguridad del Estado y arriesgaba la propia existencia de la República. De aquella mesa redonda, sólo recuerdo a Antonio Caballero, con su voz densa y pausada, respondiendo a la pregunta-conferencia de un universitario impertinente que por coincidencia era el suscrito servidor.

"Lamenté que a pesar de compartir un íntimo momento, no hubiera podido saludar o conversar con quien era el modelo a seguir de cualquier aspirante a columnista"

Cuando terminó la conferencia, luego de comentarla un rato con algunos ocasionales espectadores, obedeciendo a mi naturaleza busqué un baño, en el orinal situado al lado del que estaba libre, se encontraba un hombre alto, con barba proporcional a su incipiente calva. Al ubicarme en el sanitario para desahogar mi organismo, me di cuenta que mi vecino era Antonio Caballero, no pude evitar quedarme mirándolo, no musité palabra, aparte de mover la cabeza en acción de saludo, mientras los dos dábamos rienda suelta a la micción natural.

Caballero con su expresión adusta, devolvió el saludo (o eso interpreté, aunque pudo ser un gesto incómodo), creo que apresuró su evacuación y luego de asearse, salió presuroso. Es probable que hubiera identificado al estudiante de aquella kilométrica pregunta y antes de exponerse a un interrogatorio, decidió escapar de la escena. Por mi parte, lamenté que a pesar de compartir un íntimo momento, no hubiera podido saludar o conversar con quien era el modelo a seguir de cualquier aspirante a columnista, un maestro sin duda.

Antonio Caballero, era el referente necesario para todos los que deseábamos escribir en un periódico o revista, pero escribir bien, ante todo. Muchos lo conocieron en su faceta de caricaturista, que usualmente llamaba “Monólogo”, cuando un personaje que podía simbolizar algún estereotipo colombiano o universal, lanzaba alguna sentencia no exenta de ironía y desparpajo. Lo que algunos no saben, es que también fue autor de una novela titulada “Sin Remedio” (1984), el recorrido de un poeta frustrado por una Bogotá delirante, así como de un libro para niños “Isabel en invierno” (2003), inspirado en su hija.

En cualquier caso, siempre extrañaremos esa voz necesaria, algo taciturna pero también divertida, que salía de la inagotable pluma de un señor con el que me encontré un día en un baño de “caballeros”, y a quien no pude saludar, Antonio Caballero, EPD.

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Dixon Moya es Diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

Cuando me encontré con Antonio Caballero
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