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jueves. 09.10.2025

Los marcadores de libros

Compañero inseparable, duerme cómodo y cálido entre las páginas mientras llega la hora de su trabajo

El marcador de libro se erige en una indispensable muleta para la memoria de los lectores. (pxhere.com)
El marcador de libro se erige en una indispensable muleta para la memoria de los lectores. (pxhere.com)

Nota preliminar: Hace unos días realicé una larga travesía (9 horas en una caja voladora metálica) y por esas cosas de la vida, mi compañera de viajes, mi esposa Patricia, no pudo acompañarme. A mi lado, se sentó un señor que afortunadamente resultó de costumbres similares a las mías, en cuanto a la lectura silenciosa. Apenas cruzamos palabra, aunque supe que era médico y solidario, porque en un momento, por el altavoz, solicitaron apoyo especializado, él se identificó a la asistente de cargo, quien le aclaró que el anuncio había sido un error, afortunadamente.

A la llegada a nuestro destino, mi compañero de puesto me obsequió un marcador de libros, para el texto que iba leyendo ('El largo viaje' de Jorge Semprún), pues estaba utilizando el tiquete aéreo como separador de las páginas. Más tarde en el hotel, me di cuenta que el amable vecino era el escritor colombo-español Antonio María Flórez, a quien le agradezco el obsequio y que me permitiera rescatar el siguiente texto que con gusto comparto.


Hoy amanecí pensando en los marcadores de libros, en su utilidad e importancia.

Me refiero a esas tiras que generalmente son de papel, cartón o incluso como en algunos países árabes y en la India, fabricadas con telas multicolores que sirven para indicar la  página del libro, en donde llevamos la lectura. Se trata de unas indispensables muletas para la memoria.

Como todo accesorio que se respete, se convierte en protagonista, pasa a tener vida propia, cuando su forma y diseño los transforma en rectangulares pequeñas piezas de arte. Hay personas que los coleccionan y son el souvenir ideal, el recuerdo de una ciudad, de un país para regalar a los amigos. Es un objeto que no pesa y puede acomodarse en un recodo de la maleta de viaje.

El marcador del libro es un compañero inseparable del libro físico, duerme cómodo y cálido entre sus páginas, mientras llega la hora de su trabajo que no deja de ser también muy grato, cada tanto periodo de tiempo (dependiendo de la velocidad, nivel de comprensión e interés del lector) se desplaza hoja por hoja. De resto se la pasa leyendo la misma obra o el rostro del usuario del libro, una persona que en su semblante dibujará todos los matices del drama y la comedia.

Tal vez algún marcador de libro se ha sentido algo confundido con una obra como 'Rayuela' de Cortázar pero seguro disfrutará el juego. A otros marcadores no les gustará conocer el final anticipado de las obras, cuando los dueños de los libros se saltan capítulos enteros o inician por la última frase. Como cuando en una novela policíaca desean confirmar si el asesino fue o no el mayordomo.

Ahora bien, ¿qué ocurriría si no utilizáramos los marcadores de libros? Creo que resultaría un ejercicio interesante para la conciencia lectora. Un reto para encontrar el sitio exacto, el párrafo que debemos retomar para continuar con el relato aplazado.

Si encontramos rápido el lugar de la lectura, significa que hemos sido juiciosos, concentrados, que le llevamos la pista a la narración, siguiendo el hilo de Ariadna. Si definitivamente no ubicamos aquel punto aparte y todo se convierte en confuso laberinto, entonces seguramente nos vemos obligados a recorrer pasajes que ya habíamos pasado, pero sin la debida atención. Esto aunque resulte frustrante, cuando encontremos adelante alguna cita conocida, al menos nos dará la oportunidad de entenderla bien en su real contexto.

Termino el día pensando en los marcadores de libros, en la utilidad e importancia de no utilizarlos.

‘Correspondencias. Antología de narradores de Extremadura y Antioquia’, editado por Antonio María Flórez.
‘Correspondencias. Antología de narradores de Extremadura y Antioquia’, editado por Antonio María Flórez.

Nota posterior: A pesar de lo escrito en los últimos párrafos, estoy usando el separador que me regaló Antonio María Flórez, que alude a un libro del cual ha sido editor y coordinador general, 'Correspondencias. Antología de narradores de Extremadura y Antioquia' de editorial Siglo XXI, proyecto que une la literatura de España y Colombia. Sea un motivo, para la divulgación de tan interesante iniciativa.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En lo que sigue llamando Twitter lo encuentran como @dixonmedellin y explora el cielo azul en Bluesky como @dixonacostamed.bsky.social.

Los marcadores de libros