“Un clásico en el Pascual
adornado de mujeres sin par
América y Cali a ganar
aquí no se puede empatar”
Estrofa de la canción “Cali Pachanguero” compuesta por el Maestro Jairo Varela, director del Grupo Niche.
El nombre Pascual Guerrero, es muy familiar para los lectores colombianos e incluso de otras nacionalidades que sean aficionados al fútbol, de inmediato les llegará a la mente la identificación del estadio olímpico de la ciudad de Cali, en donde juegan los equipos de la ciudad, el América y el Deportivo Cali. Es un escenario querido por propios y extraños, sede de eventos como los VI Juegos Panamericanos de 1971, las Copas Mundiales de Fútbol Sub-20 (masculino de 2011 y femenino de 2024), los Juegos Mundiales de 2013, también es casa de la tradicional Feria de Cali, como la que asistí en 1992 con mi amigo, el profesor Mario Montoya, justamente en el Pascual, como le llaman los caleños cariñosamente al estadio.
Hoy en esta columna, nos vamos a referir a dos hombres que llevan ese nombre, uno que fue el referente para bautizar al estadio de fútbol y el otro, hijo del primero, un hombre renacentista del siglo XXI, quien también hace parte de la historia de la ciudad que lo vio nacer, así como del cine y la cultura en Colombia.
Pascual Guerrero Marmolejo (1894 – 1945), nació en Palmira, ciudad que actualmente se confunde con Cali, capital del Departamento del Valle del Cauca, en el occidente colombiano, cerca del Océano Pacífico, fue poeta, político del partido liberal y líder cívico. Residió en Cuba en donde se dedicó a la poesía y a la docencia, antes de regresar a Cali, en donde hizo historia.
Sobre su relación con el estadio de fútbol que lleva su nombre, es necesario aclarar que a diferencia de lo que aparece en varias biografías suyas, Pascual Guerrero no donó los terrenos en donde se construyó el escenario deportivo, sino que siendo diputado de la Asamblea del Valle, sacó adelante la ordenanza del 28 de julio de 1935 que posibilitó la construcción del estadio, pero como lo recuerda su hijo, también gestionó el establecimiento del Hospital Departamental del Valle, de la primera gran clínica de maternidad en Colombia, y de otras importantes obras.

Pascual Guerrero Arana, caleño, aunque curiosamente nació en el legendario Hotel del Prado en Barranquilla en 1937, es sociólogo, lingüista, historiador, políglota y director de cine. En su juventud fue un destacado deportista, practicante de natación, disciplina en la cual fue campeón nacional en los juegos nacionales de 1954 y 1958, de igual forma fue entrenador de las selecciones de Colombia, Suecia y Dinamarca. En Europa realizó estudios de historia del Arte en Londres y Suecia, lingüística aplicada en enseñanza de idiomas, así como un magíster en Sociología del Urbanismo.
Ahora bien, a Pascual Guerrero Arana, se le conoce por su importante aporte a la cinematografía de Colombia, como iniciador del movimiento conocido como Caliwood, que reúne a una generación de cineastas nacidos o residenciados en Cali, que rodaron una serie de importantes películas durante los años setenta y ochenta del siglo pasado. En 1978, Guerrero Arana dirige con Harold López Méndez el cortometraje “Mami, ¿Quién era Marilyn?”, funda la Asociación de Cine y Televisión del Pacífico, ACIPA. En 1980 filma el largometraje “El lado oscuro del nevado” que se considera la primera película del periodo de Caliwood.
Pascual Guerrero Arana, en 1981 dirige “Tacones”, el primer musical en la historia cinematográfica de Colombia, un homenaje al género de la salsa, que es uno de los sellos de identidad de Cali, conocida como la capital mundial de ese estilo de música que nació entre Cuba y Nueva York. Esta cinta, que representó el debut de la gran actriz colombiana Margarita Rosa de Francisco en la pantalla grande, recibió un premio internacional en un Festival de Cine Internacional, celebrado en 1982 en Taskent, Uzbekistán, venciendo a una película del legendario actor, director y productor indio Raj Kapoor, quien personalmente felicitó a Guerrero.
Aparte del cine, Pascual Guerrero ha sido docente y autor especializado en lingüística y aprendizaje de lenguas, así como dirigente cívico, siguiendo los pasos de su padre y hace unos años participó en la remodelación del estadio que lleva su nombre, cosas de la vida. He tenido el placer de realizar una entrevista, vía correo electrónico a Pascual Guerrero Arana, quien ha compartido recuerdos de su fecunda existencia, muy especialmente de su experiencia en el cine, la cual he publicado en el blog que llevo en el periódico El Espectador, sean todas y todos bienvenidos a una vida fascinante.
P.D.: Recomiendo leer esta columna, mientras de fondo se escucha “Cali Pachanguero”
---------------------------------
Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.