jueves. 25.04.2024

Pietrasanta y la huella de Botero

Es el lugar más colombiano de Italia gracias a un vecino que allí vivió, trabajó y dejó muestra de su excelencia
Botero ha convertido Pietrasanta en el lugar más colombiano de Italia. (Patricia Mogollón)
Botero ha convertido Pietrasanta en el lugar más colombiano de Italia. (Patricia Mogollón)

El tren se desplazaba de Génova a Pietrasanta, aunque ninguna de las dos ciudades sea uno de los destinos favoritos de los colombianos cuando piensan en Italia para vacacionar, pero deberían serlo, la primera por ser una ciudad de extraordinaria belleza y por el significado de Colón, con nuestra identidad y la segunda porque es un pequeño museo al aire libre, en la cual se destaca la huella de Fernando Botero, nuestro artista por excelencia y aquí nos detendremos.

A pesar del pronóstico de lluvia, afortunadamente los cielos se abrieron, dando paso a un cauto sol. El tren cuyo destino final era Roma, se detuvo en la pequeña estación de Pietrasanta, para dejar dos pasajeros. Una de las ventajas para el viajero es que no debe tomar ningún medio de transporte para ir al centro de la ciudad, porque a unos pocos pasos de la estación uno ingresa a la población y desde la entrada hay aroma de arte, porque como en las viejas casas hay una inmenso arco sin portón. El único guardia que franquea la entrada, es la escultura de un arlequín, luego se ingresa a un museo gratuito al aire libre.

Escultura de un arlequín en la entrada de Pietrasanta. (Patricia Mogollón)
Escultura de un arlequín en la entrada de Pietrasanta. (Patricia Mogollón)

Quizás lo primero que uno ve es un bar muy agradable, denominado Michelangelo, lo cual no es casualidad, porque está situado en una casa, en donde habría residido y trabajado Miguel Ángel, mientras el inmortal artista buscaba el mármol adecuado para la Basílica de San Lorenzo en Florencia. El bar que es restaurante, café y taberna y que era muy frecuentado por el Maestro Fernando Botero, está muy cerca del sitio de mayor interés de la ciudad, su catedral, construida en mármol y aquí sin lugar a dudas en mármol de Carrara, dada la cercanía con ese sitio que es tan mencionado en libros de arte como en los depósitos de material de construcción en Colombia

Escultura de una jirafa ante el bar Michelangelo en Pietrasanta. (Patricia Mogollón)
Escultura de una jirafa ante el bar Michelangelo en Pietrasanta. (Patricia Mogollón)

El viaje en tren es muy agradable, porque permite ver la belleza de un paisaje enmarcado por el Mediterráneo, y que en un momento cambia el verde de los cultivos por el blanco grisáceo de la piedra, de las explotaciones cercanas a Carrara, gigantescos bloques que luego de trabajados, podrían asemejarse a aquellos huevos prehistóricos que narraba García Márquez en 'Cien Años de Soledad'. Carrara queda a medio camino entre La Spezia, otro lugar clave para el arte y la literatura y la pequeña Pietrasanta.

Regresando a nuestra caminata por Pietrasanta, nos recibió una exposición temporal del artista Sandro Gorra, dedicado a las jirafas, algunas monumentales que encontramos por toda la Piazza del Duomo (Plaza de la Catedral). Impresiona el amor por el arte de los habitantes de esta ciudad, no hay calle, en la que no haya una manifestación artística, representada en museos, galerías y en las obras mismas, algunas que se confunden con el mobiliario urbano y los mismos transeúntes. Por ejemplo, las de los artistas Misja Kristoffer Rasmussen y Daphne Du Barry, que observamos en el recorrido.

La huella de Botero, se encuentra en varios sitios. Sin duda, la más pública y evidente, la monumental escultura de El Guerrero, que saluda y despide a los visitantes que entran o salen en vehículo, pues está situada en la bifurcación de una avenida muy transitada, al frente de un edificio oficial de la comuna de Pietrasanta. Aparte de esta que es visita obligada, hay dos lugares que deseo recomendar de manera decidida.

Escultura de El Guerrero, de Fernando Botero, en Pietrasanta. (Patricia Mogollón)
Escultura de El Guerrero, de Fernando Botero, en Pietrasanta. (Patricia Mogollón)

El Museo de los Bocetos (Museo dei Bozzetti), un museo muy particular porque muestra las maquetas, diseños, modelos a escala o bocetos de obras terminadas ulteriormente, en donde aparecen en su original terracota o yeso, que propiciaron las fundiciones posteriores en metal o su terminación en otros materiales. Los curiosos que ingresen al museo buscando a Fernando Botero, encontrarán los originales Adán y Eva, cuyas versiones en el bronce definitivo lucen en diferentes partes del mundo. Pero quien sea aficionado al arte, en general, hallará bocetos de decenas de artistas del mundo, con una buena proporción de italianos, que se encuentran en uno de los museos más originales que puedan haber sido concebidos, fundado en 1984 y que le permite al espectador identificar la idea inicial del autor sobre su obra.

Ahora bien, el lugar más entrañable que alberga obra de Botero en Pietrasanta es la Iglesia de la Misericordia, en donde hay dos frescos que son un verdadero legado para la posteridad. Se trata de dos puertas, la Puerta del Cielo y la Puerta del Infierno, que se miran de frente en los costados opuestos de esta bella y pequeña iglesia. Los murales fueron realizados en 1992 con las técnicas y colores del renacimiento italiano, en un trabajo que fue muy exigente desde el punto de vista físico. Como dato interesante, que revela el sentido del humor del genio colombiano, Botero se dibuja a sí mismo, pero no en el cielo, sino en el infierno, en donde parece que espera ser redimido por el generoso y piadoso espectador.

Fresco Puerta del Infierno en la Iglesia de la Misericordia de Pietrasanta, donde Botero se dibujó a sí mismo. (Patricia Mogollón)
Fresco Puerta del Infierno en la Iglesia de la Misericordia de Pietrasanta, donde Botero se dibujó a sí mismo. (Patricia Mogollón)

La iglesia también ha sido conocida como Iglesia de San Blas (San Biagio) o de San Antonio Abad, pero cambió su denominación para señalar la administración por parte de la Asociación de la Misericordia de Pietrasanta, que ayuda a desfavorecidos. Desde su construcción en 1320, ha tenido una vocación de asistencia a los más necesitados. Debemos agradecer las indicaciones para llegar a la iglesia, por parte de una amable dependienta de un restaurante, que nos indicó su ubicación, cuando ya teníamos poco tiempo, antes de tomar el tren de retorno a Génova.

Resultó una bendita coincidencia partir del viaje desde Génova, ese maravilloso puerto, tan opulento en su pasado naviero y comerciante, pues el primer antepasado de Fernando Botero, salió desde Génova con dirección a América y se quedó en lo que hoy es Medellín. De hecho, el apellido Botero, no es de origen español, sino italiano, pero hizo de Colombia su hogar, pues no hay muchos Boteros en Italia, la mayoría se encuentran en Colombia. 

Claustro en Pietrasanta. (Patricia Mongollón)
Claustro en Pietrasanta. (Patricia Mongollón)

El significado del apellido Botero, alude a un creador con las manos, pues hay dos versiones, el constructor de botes y barcos, o el artesano que fabricaba los barriles, para conservar en su interior vino o agua, siendo esta la más creíble. El  primer Botero en Colombia, fue Giovanni Andrea Botero Bernavi, luego conocido como Juan Andrés Botero quien viajó en 1715 al Virreinato de la Nueva Granada y se asentó en Rionegro, Antioquia, en las cercanías de Medellín. En ese precioso valle se casó con la señora María Antonia Mejía y tuvieron siete hijos, la cimiente de quienes hoy llevan ese apellido, incluyendo al Maestro Fernando Botero, el más conocido creador de arte con sus manos, que lleva ese apellido.

Al final, el pronóstico del clima se cumplió y comenzó a llover en Pietrasanta, así que nos desplazamos prestos a la estación del tren, para regresar satisfechos a Génova, el mismo sitio, en donde empezó la historia de los Botero en dirección a Colombia, luego de haber pasado unas maravillosas horas en el lugar más colombiano de Italia, gracias a un vecino que allí vivió, trabajó y dejó huella, un señor llamado Fernando Botero, alguien que fue feliz con su esposa, la también artista Sophia Vari. Esperamos que finalmente escampe y poder regresar algún otro día.  

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

Pietrasanta y la huella de Botero
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